LIV KRISTINE
20.12.2018, Alte Seminarturnhalle, Nagold
Liv Kristine es fiel a las tradiciones. Y es fiel a sus fans. Y es costumbre, desde hace siete años ya, que en vísperas de navidades de un concierto en Nagold, en su escenario fetiche por excelencia, el Alte Seminarturnhalle. Se trata de un restaurado gimnasio que se ha convertido en un centro de eventos en el que se celebran banquetes, conciertos y espectáculos.
El concierto anual de Nagold es siempre en vísperas de navidad y no son pocas las veces que he comentado con Liv la posibilidad de adelantarlo de fechas por el elevado precio de los billetes de avión para los que viajamos desde el extranjero, y a fe que somos bastantes. Aquí no hay un promotor con el que hablar y Susanne Kummer, responsable del equipo de catering de la sala me comentaba que ya es tradición que Liv Kristine cierre la temporada anual de eventos y de ahí que la fecha sea siempre muy cerca de navidad.
Nuestro viaje tuvo sus turbulencias antes de subir al avión y es que, con motivo del Congreso de Ministros que había en Barcelona y con la independencia como marco principal, habían convocadas movilizaciones de los CDR (Cuerpos de Defensa de la República) por toda Catalunya y amenazaban con cortar carreteras y accesos a las grandes infraestructuras de la ciudad. Así las cosas, decidimos salir de casa a las 07h00 de la mañana (vivo a escasos 10 minutos en bus del aeropuerto) para coger un vuelo que salía a Stuttgart a las 12h10. Antelación más que suficiente. Finalmente no encontramos ninguna complicación por lo que la mañana aeroportuaria se nos hizo eterna. El aeropuerto, lleno de gente durmiendo en el suelo por miedo a perder sus vuelos.
Pero las turbulencias se agravaron cuando en un kiosko vimos la portada del periódico Bild en la que se hablaba de amenaza terrorista en el aeropuerto de Stuttgart. No podíamos creerlo. A punto estuvimos de cancelar nuestro viaje pero servidor tiene la suerte de tener a Liv por amiga con lo cual un mensaje de whats app preguntándole por la situación solucionó el problema. La respuesta de Liv no dejaba duda “podéis venir tranquilos, los acaban de coger”.
Teníamos previsto ir al WeinachtMarkt de Stuttgart (muy recomendable para todos aquellos que vayáis a ir a ver a Liv a Nagold en otra ocasión) pero por la hora que recogimos el coche preferimos irnos directos a Nagold. Mientras anochecía y lloviznaba, a eso de las 16h00, conducíamos entre autopistas y carreteras secundarias que nos enseñaban pueblos de ensueño como Herrenberg o Jettingen.
Desde 2011, en su primera vez allí, no veía a Liv actuar en Alte Seminarturnhalle. Entonces también viajé con mi hermano, que es con quien he viajado en esta ocasión. Volver allí era especial y los recuerdos de entonces permanecían intactos. Solo entrar en el pueblo podías advertir que se trataba de un evento especial pues había carteles por todas partes. Nagold es un pueblo de cuento, tranquilo, verde y con encanto. Nagold es el lugar ideal para disfrutar de Liv y su música.
Llegamos a la sala y entramos cuando estaban montando el escenario y empezando a probar sonido. Saludamos a Micki, por supuesto, y Liv vino a recibirnos, a interesarse por nuestro vuelo y a ofrecernos lo que pudiéramos necesitar. Fueron llegando el resto de músico, Gijs Coolen, Dennis Hamm-Lüddecke y Tino Calmbach.
Vimos la prueba de sonido sentados en primera fila y ya advertimos dos cosas que iban a quedar patentes en el concierto. Por una lado, que la banda es muy solvente y son grandes músicos. Y por otro, que las voces guturales que corresponderían a Raymond iban a ser el punto débil. Dennis es un buen bajista pero las voces guturales no fueron muy acertadas pese a que puso toda su voluntad.
Cada año, después de las vacaciones de verano, suelo entrevistar a Liv para repasar toda la actualidad de su carrera, valorar algunas cuestiones y para que me cuente algunos detalles de los conciertos navideños. Es una pequeña tradición que tenemos.
En esta ocasión le hice saber que tenía la sensación que, el de este año en Nagold, iba a ser uno de los conciertos más especiales de su carrera por la muerte de Mario, porque justo en diciembre pensaban casarse y porque Nagold es su escenario favorito. Ella misma reconocía que lo esperaba con muchas ganas.
Y cuando la prueba de sonido terminó Liv se bajó del escenario, tomamos café con pastitas y charlamos tranquilamente de muchas cosas, algunas de las cuales os las iremos contando próximamente.
Pero Alte Seminarturnhalle no es un lugar cualquiera. Allí trabaja mucha gente entre organización, catering, barra, taquilla… por lo que antes del concierto tuve la oportunidad de departir con algunas de ellas. Charlamos de camisetas, conciertos pasados y del que dio Liv en 2017. Y es que Susanne me comentaba que el año anterior la gente se fue disgustada del concierto, de poco más de una hora, y que eso había hecho que la venta de entradas hubiera bajado. No olvidemos que mucha gente del pueblo acude a los conciertos de Liv sin ser fan de su música sino más bien como un acto social junto a sus convecinos.
Y por fin se abrieron las puertas y empezó a entrar la gente. La primera sorpresa es cuando se acercó a saludarme Aenneken Mahlzahn, una chica encantadora y amiga desde hace un tiempo. Al momento conozco a varios de los miembros de Liv Kristine Fans Assembly (sin duda la comunidad más activa del mundo sobre Liv Kristine y que realizan un trabajo encomiable de la mano de Vivien Scalbert y Rocco Cogliati): Chris Smeidi, Hannah Sadowski y el propio Rocco Cogliati
The Sonic Spy, un grupo local, fueron los encargados de abrir la velada con un Pop Alternativo de melodías reconocibles. Empezaron con buen pie, sonando frescos, pero a medida que avanzaba el concierto las buenas voluntades se convirtieron en una propuesta lineal de escasos sobresaltos. Nos entretuvieron durante algo más de media hora pero la verdad es que pintaban más bien poco en el cartel.
Antes decía que Alte Seminarturnhalle no es un lugar cualquiera y con ello me refiero también a que el público está sentado, como si fuera un salón de un convite, y antes del concierto puedes comer algo de la carta que tienen para ese día y que te sirven en la mesa. Recomiendo el currywurst mit brötchen. Servicio rápido y precios populares. Así pues ya podía empezar el concierto.
Empezó a sonar la intro y aparecieron los músicos en escena. La primera parte, en eléctrico, fue un compendio de temas tanto en solitario como de su etapa en Theatre of Tragedy. Si bien “Vervain” o “Panic” tuvieron una gran respuesta del público lo cierto es que fueron los viejos temas los que arrancaron las mayores ovaciones y “Venus” y “Siren” son sus dos baluartes de la época. Alte Seminarturnhalle tiene una iluminación y un sonido imponentes y eso favorecía el espectáculo. Uno de los momentos más especiales del concierto iba a ser “Cassandra” por cuanto hace años que no la escuchaba en directo y siempre fue uno de mis temas favoritos de Theatre of Tragedy pero debo reconocer que terminó siendo una pequeña decepción ya que la acortaron a la mitad y perdió parte de su esencia. Pero, sin duda, el momento álgido de esta primera parte se vino con los dos temas electrónicos, “Let you down” y, muy especialmente, “Commute” que nos hizo vibrar de lo lindo.
Liv, vestida con pantalón y sujetador negro y camiseta transparente estuvo muy comunicativa, como es costumbre en ella, alternando el inglés y el alemán y devolviendo miradas y gestos de complicidad al público y es que Liv conoce a sus fans y sus gustos y sabe que determinados temas gustan especialmente a algunos de ellos.
Pero decía antes que uno de los puntos débiles del show eran las voces guturales de Dennis y Liv lo sabía. Por ello, cuando Dennis tenía que entrar a cantar Liv se le acercaba y con gestos y miradas de confianza lo animaba y apoyaba. Mientras, Gijs y, muy especialmente, Tino y Micki continuaban su recital y es que llevaron el concierto un paso más allá con su actitud y su calidad musical. Y tan rápido como empezó, terminó el set eléctrico. Unos cuarenta y cinco minutos que supieron a gloria y que se esfumaron a la velocidad de la luz.
En el tiempo de descanso aprovechamos para comentar el concierto, como si de las mejores jugadas de un partido de futbol se tratara. La opinión era unánime, Liv había salido a por todas.
Debo reconocer que el set acústico me daba miedo porque acabar un concierto de esa forma puede suponer un bajón de adrenalina. Pues bien, sucedió todo lo contrario.
Liv se cambió de ropa y su falda larga de cuadros y su blusa negra dieron un punto de elegancia y color que se vio refrendado con “Rooting for you”, la versión de London Grammar, con la que Liv nos conquista desde finales de 2017. El inicio de este set, con Micki a la guitarra y Tino al cajón, era más que prometedor y se vio a Liv muy motivada y entregada desde el principio. El nivel de emotividad del concierto iba subiendo a pasos agigantados con “Irish rain” y, sobretodo, una excelsa “Silence” que Liv dedicó a Mario. Era un momento esperado, Liv iba a tener a Mario en el recuerdo y sobre el escenario lo despidió como solo ella sabe hacer, con una interpretación portentosa de un tema muy especial para ella.
Las pulsaciones seguían subiendo y “Love decay” sonó refrescante y muy animada a lo que el público correspondió con incesantes aplausos y poniéndose en pie para cantar y bailar. Ese crescendo acabó de llenar de magia el Alte Seminarturnhalle.
Como ya viene siendo tradición, Liv acabó el concierto con dos temas tradicionales como “Pie Jesu” y “Ave Maria” que fueron muy aplaudidos y es que se ha convertido en una tradición tocar ambos en Nagold.
El nivel de exaltación era tal entre los músicos y los asistentes que la audiencia empezó a entonar aquello de “zugabe” (otra más en español) con insistencia y la banda volvió a salir a escena para volver a tocar “Love decay”, esta vez en eléctrico. La locura y las sonrisas se desataron en Nagold y Liv Kristine salió por la puerta grande tras algo más de hora y media de actuación.
Sin duda, fue un concierto para el recuerdo con Liv Kristine en estado de gracia, tanto vocalmente como por su actitud. El aspecto de Liv era relajado pues se sabía liberada de esas pesadillas del pasado que ya han terminado para siempre. En ese cúmulo de sensaciones Liv coge su corazón con la mano para compartirlo con sus fans y dar lo mejor de ella misma a todos los niveles y más aún con el recuerdo de Mario tan presente porque no debe ser nada fácil sobreponerse a una tragedia de semejante índole y plantarse delante de un auditorio con el recuerdo tan vivo. Eso solo hace que engrandecer su figura.
Después del concierto tanto Liv como sus gangsters estuvieron charlando, fotografiándose y tomando algo con fans y amigos y eso, justamente eso, es lo que hace especial el concierto anual en Nagold donde no hay prisa por cerrar el local y que la gente se vaya. Fans venidos de todos los puntos de Alemania, Inglaterra, Italia o España estuvieron presentes en este concierto para recordar. Coincido y departo con Adam y Uli, viejos conocidos venidos de muy lejos para ver el concierto y a los que hacía mucho tiempo que no veía.
Algunos afortunados consiguieron souvenirs como posters o pancartas del concierto firmados por Liv. Eran más de las dos de la madrugada cuando abandonábamos la sala con la sensación de haber visto un concierto realmente especial. He visto a Liv actuando en muchos países, en muchos escenarios y en muchos proyectos pero este concierto ha sido mágico.
Nos despedimos de Liv sabiendo que en 2019 volveremos a vernos y que van a pasar muchas cosas y muy buenas en su carrera.
Lloviznando y con menos frío del esperado subimos al coche y conducimos en medio de la noche por carreteras desiertas, sin prisa, repasando el concierto y los momentos y con la sensación que el viaje ha valido la pena. Nuestra siguiente para era coger un vuelo al día siguiente a Hamburgo para ver el concierto de fin de gira de Helloween pero eso es otra historia.
Texto y fotos: Marc Gutiérrez
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