EXTREME
TEATRO VORTERIX, Buenos Aires, Argentina, 18-06-2015
Veintitrés años, cuatro meses y veintiséis días tuvieron que pasar para que Extreme, banda ícono de la década del noventa, vuelva a visitar Argentina. Ocho mil quinientos cuarenta y nueve días pasaron de aquel mítico show en el Teatro Ópera. En aquella ocasión, los de Malden, Massachusetts, solo contaban con dos discos de estudio: el debut homónimo de 1989 y el archi-consagrado «Extreme II: Pornograffitti (A Funked Up Fairy Tale)» de 1990. Hoy, la banda cuenta además con otros tres discos de estudio: «III Sides To Every Story» (1992), «Waiting For The Punchline» (1995) y «Saudades De Rock» (2008). Pero la excusa perfecta para visitarnos por segunda vez en su trayectoria fue la de homenajear a su segundo y más consagrado disco, en el marco de su 25° aniversario. De hecho, la gira, lisa y llanamente, se llama «Pornograffitti 25th Anniversary Tour».
La cita fue en el teatro Vorterix, específicamente a las 21:00 hs. Previo al inicio del show, no se dejó ver tanta gente en el recinto. Lo he visto colmado en algunas ocasiones y prácticamente vacío en otras. En este caso, hubo mucha gente pero se pudo circular sin ningún problema por todo el recinto. Cerremos en un 80% de ocupación. A las 21:10 hs, las luces se despidieron hasta nuevo aviso y los cuatro protagonistas de la noche aparecieron en escena: Kevin Figueiredo en batería (sucesor de Pat Geary, miembro original de Extreme), Pat Badger en bajo, el gran Nuno Bettencourt en guitarra (muchos se hicieron presentes solo para verlo a él) y Gary Cherone en voz. Luego de la intro de poco más de un minuto que abre «Extreme II: Pornograffitti (A Funked Up Fairy Tale)», comenzó a sonar»Decadence Dance», sonido óptimo mediante. Nuevamente, no hubo soportes locales, con lo cual reconfirmo que el sonido siempre va a ser bueno cuando no haya bandas soporte de por medio. Personalmente, soy un acérrimo degustador de soportes.
Pero en tres shows vividos este año, me encontré con que al no haber bandas soporte, el sonido es inmejorable. Volviendo al show, como la excusa fue festejar el 25° aniversario del segundo disco de la banda, la misma ejecutó tema por tema, yeite por yeite, detalle por detalle, riff por riff, arreglo por arreglo el registro en cuestión. Como se dice, «de pé a pá». De principio a fin. En el orden original. Y con tanto detalle fue la seguidilla de temas que, al término de «Suzi (Wants Her All Day What?)», reprodujeron el mismo sonido de teclado tipo»Psicosis», a lo que Nuno explicó que, cuando grabaron el disco, les había parecido algo cool, algo loco. Pero repetirlo ahora… «¿Por qué?». Luego de la correspondida carcajada por parte del público presente, Bettencourt dijo que harían todas y cada una de las estupideces que dejaron plasmadas en el disco homenajeado. Y, literalmente, así fue. No hay que olvidarse de la soberbia versión de la balada «More Than Words», cantada íntegramente a dueto con el público. Gran momento de la noche. Y claro, se trata del tema que los consagró. Imposible no haberlo escuchado en algún momento desde su concepción. En «When I First Kissed You», Gary Cherone demostró que su voz dista de haberse deteriorado con el paso del tiempo. Demostró además su gran versatilidad en el mic. Cherone dio a conocer sus dotes de crooner, al menos en el tema en cuestión, en donde Pat Badger acompañó con contrabajo eléctrico y «K-Fig» con sus escobillas.
EXTREME
Otro grandísimo momento de la noche fue el esperadísimo»Flight Of The Wounded Bumblebee», un cuasi-interludio de poco más de un minuto de duración donde Nuno hace de las suyas… Y de qué manera. El tema/solo le salió exactamente igual que en el disco, por lo que se llevó merecidamente todos los aplausos de rigor. El final de la primera parte del set, de la mano de «Hole Hearted» (último tema de «Pornograffitti»), estuvo acompañado de un fragmento de «Crazy Little Thing Called Love» de Queen. Una de las particularidades del tema en cuestión fue que la impresionante guitarra acústica blanca de doce cuerdas que Nuno sacó a relucir para la ocasión falló, por lo que la banda tuvo que comenzar el tema nuevamente pero con Nuno tocando su Washburn 4N limpia. Fue lo mismo y, a la vez, no fue lo mismo. El sonido que llegó a escucharse de la acústica de doce cuerdas fue im-pre-sio-nan-te. Y lógicamente, nada tiene que hacer al lado de una guitarra eléctrica que, por más bien que suene, tiene otro cuerpo, otro tono, otro sonido. Así y todo, Nuno se colgó el tema al hombro y lo terminó épica y dignamente.
Luego llegó el turno de los bises, o en este caso, la segunda parte del show, compuesta por grandes éxitos o temas que no forman parte del disco homenajeado:»Play With Me» (perteneciente al disco debut), el genial «Rest In Peace» (de «III Sides… «), «Kid Ego» (también perteneciente al primer disco de Extreme), «Take Us Alive», «Am I Ever Gonna Change»,»Midnight Express» (nuevamente con Nuno como protagonista) y el gran «Cupid’s Dead», dándole cierre a una noche única en su especie, sobre todo por lo emotivo de la ocasión: una banda que hace veintitrés años que no visita un país, aplaudida por un público que no mermó en ningún momento y que coreó hasta los riffs más difíciles del repertorio de la banda. Tal fue así que al día siguiente, el mismísimo Nuno Bettencourt escribió en su cuenta de Facebook que ha hecho muchos conciertos, en muchos escenarios y en muchos países durante muchos años, pero que nunca experimentó lo que vivió la noche del show.
«Sí, tenemos muchas audiencias hermosas y apasionadas en todo el mundo, que cantan nuestras canciones con nosotros. Pero nunca jamás he visto ni oído a una multitud no solo cantar los temas sino además cada nota de cada riff ¡y cada nota de cada solo de guitarra! Fue increíble. Nunca estuve tan sorprendido y shockeado en mi vida. Si no fuera suficiente que hayan cantado los difíciles riffs de ‘He-Man’ y ‘Cupid’s Dead’, cuando me senté a tocar «Midnight Express», pensé: «Nah, no hay manera». Este tema es muy rápido para las voces y todos lo saben. Nunca estuve TAN equivocado. Uds. lo hicieron. Nota por nota. Argentina, están locos. Qué regalo. Nunca olvidaré eso. Muchísimas gracias por la dedicación y por darme un nuevo y divertido giro en torno al feedback con la audiencia». No cualquiera escribe algo así luego de un show. Mucho menos uno de los guitarristas más respetados, completos y versátiles de la escena. Se notó que no solo él, sino sus co-equipers estuvieron (muy) a gusto. Si bien durante todo el show los músicos notaron la locura del público argentino (mostrando caras de asombro en todo momento) al final del show los Extreme bajaron al pit de los fotógrafos a abrazarse con los afortunados que vivieron el show pegados a la valla de contención. Y estuvieron ahi durante un largo tiempo mientras sonó «Peace (Saudade)» a modo de cortina. De más está decir que prometieron no tomarse tanto tiempo para volver a visitarnos. Espero así sea. Fuimos testigos de una verdadera fiesta, intensa si las hubo.
Texto: Diego Almeyra
Fotografías: Pablo Gándara
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