HAVALINA
09/10/2015 Sala Sidecar, Barcelona
Promotor: desconocido
Hace relativamente poco, conocí a esta banda madrileña. Hacen un Indie rock un tanto especial y oscuro, el cual me atrajo a la primera escucha. Tras el descubrimiento, pocos días después anunciaron su gira de otoño, incluyendo una fecha en Barcelona, concretamente en la sala Sidecar. «¡Oh! Tengo que ir, necesito verlos en directo», pensé. Y así fue, el 9 de Octubre camino a la sala Sidecar deseando ver qué me deparaba.
La sala se encuentra en una de las esquinas de la Plaza Real de Barcelona. La cola para entrar daba la vuelta, algo que tampoco imaginaba y que fue grato, la verdad; nunca una cola a la entrada de un concierto me alegró tanto, porque eso significa que se presentaba algo más que interesante. Tras una media hora de espera, abrieron puertas y comenzamos a entrar. La sala, ubicada en el sótano, imitaba una bóveda con el escenario al fondo, con luz tenue, techos bajos, y era muy íntima. En poco tiempo, la sala se llenó y, con unos 15 minutos de retraso, salieron a escena Havalina.
Este trío lo componen Manuel Cabezalí, productor, guitarrista y vocalista -que claramente deja su huella latente en cada tema que compone y se nota-, Jaime Olmedo como bajista, tremendo a las cuatro cuerdas, y Juan Diego Gosálvez como batería, sustituyendo a Javier Coucerito para esta gira de otoño.
Despegaron con “Cristales rotos sobre asfalto mojado” de su último álbum «Islas de Cemento» (2014) el cual vinieron a presentar. Un disco que sigue la misma línea del estilo Havalina: inconfundible, contundente y personal. Tema tras tema, como «Antártida» o «Islas de Cemento», iban aumentando cada vez más el entusiasmo tanto de la banda como del público; un público más que volcado y es que se notaba que había ganas de verlos por estas tierras de nuevo.
Havalina es una banda que no te deja indiferente, sus melodías melancólicas consiguen llegar hasta el corazón más frío. Sus poéticas letras dan más que pensar y es que la voz de Manuel, entre susurros y dejadez, te embauca hasta lo más profundo de los sentidos.
Llegó un pieza que considero una joya , “Incursiones” del álbum «Imperfección», para mí un trabajo de lo más intimista, y es que esta canción despegó del suelo a más de uno con sus contundentes riffs de guitarra. Nuevamente, retomaron su último disco con temas como “Ulmo”, “Un reloj de pulsera con la esfera rota” o “El olmo centenario”, dándole un buen repaso, pero sin descuidar sus trabajos anteriores.
A pesar de que el set list que tocaron fue extenso, no se hizo pesado; todo lo contrario. Tienen la capacidad de envolverte en su mundo de forma que quedas atrapado entre sus letras. El público estaba absolutamente embelesado con ellos, cantando cada uno de sus temas, saltando y animando a más no poder a la banda madrileña, algo que se contagió a toda la sala. Fue una lástima el tamaño tan pequeño del escenario, parecían estar bastante justos encima de él. Manuel y Jaime estaban deseosos de volar a saltos pero les era imposible siquiera dar un pequeño salto por miedo a chocar sus cabezas contra el techo. Aún así no pararon, dentro de las limitaciones que tenían.
Y la noche se fue desarrollando de la forma más increíblemente posible: un chorro de temas prácticamente de toda su discografía. El éxtasis llegó cuando empezaron a sonar las primeras notas de “Norte”, el primer tema de su disco «H», una canción que te atrapa y te deja totalmente fuera de juego, pero lo más gratificante es que en directo es aún mejor, tiene un énfasis entre guitarra y bajo que es totalmente apabullante y, si a esto le sumamos la letra, tenemos un tema completamente redondo.
’NORTE’
Nos acercamos al final de este gran directo de Havalina y, tras unos minutos de aplausos, volvieron a salir para deleitarnos con tres temas más, “Sueños de esquimal”, “Mamut” y “Por la noche”, poniendo fin a una velada absolutamente satisfactoria y cargada de emociones. Tanto fue así, que arrasé en el puesto de merchandising, llevándome todo lo que pude.
Se nota que disfrutan, que lo viven y que lo dan todo por los que estamos allí abajo para verles. Esperamos que la próxima vez que vengan disfruten de un escenario más amplio, para poder verlos volar como yo creo que estaban deseando. Desde aquí, les deseo toda la suerte con la gira.
Texto y Fotos: Irene Serrano
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