SÁBADO, 18 de junio
Dentro de un cartel grandilocuente, la jornada del sábado era, quizá, la menos atractiva de todas. Grandes bandas pero muchas de ellas habituales del circuito de conciertos en sala.
Los japoneses Loudness (Main Stage 1) parecen estar viviendo una segunda juventud ahora que celebran su trigésimo quinto aniversario de carrera. Sus clásicos siguen sonando potentes en directo y el Heavy Metal clásico de “Crazy nights” o “Heavy chains”, ambas de su aclamado “Thunder in the East” sigue aún vigente. El carismático y veterano Minoru Niihara sigue siendo un seguro de vida como frontman.
Entrails (Altar) era uno de los platos fuertes de Hellfest para el equipo de Empire. Nos citamos con ellos en el Altar y Jimmy Lundqvist nos presentó a sus nuevos compañeros, Tommy Carlsson, al bajo y la voz, y Martin “Fjalar” Mikaelsson, a la batería. Si bien la banda centró su repertorio en sus dos últimos trabajos, especialmente en “Obliteration”, también se acordaron de “To live is to rot” y “Eaten by the dead” de su aclamado “The tomb awaits” y “Voices” de “Tales from the Morgue”. Death Metal sueco sin concesiones, con poco discurso y cuarenta minutos que se hicieron demasiado cortos.
Y a mediodía llegaba uno de los iconos del Rock, el británico Glenn Hughes (Main Stage 1), que en formato de Power Trío hizo un muy breve repaso a su carrera. Temas de Deep Purple como “Stormbringer”, “Mistreated” o la hímnica “Burn”, el “Black Country” de Black Country Communion o temas de diferentes etapas como “Muscle and Blood” o “Soul mover”. La extraordinaria clase del bajista y su carisma fueron suficientes para encandilar a un público más bien veterano. El bueno de Hughes pasó parte de su actuación pidiendo a los técnicos que le pusieran luces con insistencia pese a lucir un sol radiante y es que quizá no acababa de entender cómo había caído tan abajo en el running order.
Nikki Sixx regresaba a Hellfest ahora que Mötley Crüe se han separado. Sixx A.M. (Main Stage 1) realizaban su primera incursión europea y muy al contrario de lo que pudiera pensarse, la banda ofrece un concierto consistente, basado en grandes temas y con DJ Ashba ejerciendo de protagonista. Nikki actúa en un segundo plano pero el espectáculo escénico reside en cortes como “Everything went to hell” o “Life is beautiful”, que cierra con un público muy entregado que se queda con ganas de más.
A la misma hora de SIXX AM nos citamos en el Temple para ver a los Viking / Folk Heidevolk. Ataviados en sus vestimentas ancestrales curiosamente no utilizan instrumentos folklóricos; tan solo una pequeña flauta y un violín para acompañar su sonido. Los años no pasan en vano, se nota en sus rostros el paso del tiempo, y la versión de “Vulgaris magistralis” es el tema
que mejor conecta con el público allí presente. En el resto del repertorio nos presentaron varios temas de “Velua”. Para la última parte del show emerge la figura una bella bailarina pelirroja que nos deleita con una danza sugerente y su voz angelical.
Con lo difícil que es ver a Agoraphobic Nosebleed (Altar) tenía claro que era uno de los imperdibles de este Hellfest. ¡¡¡Qué manera de repartir cera!!! Inconmensurables, con la precisión de un reloj suizo y con la vitalidad de un recién llegado. Kim Katz y Richard demolieron cualquier atisbo de tranquilidad con sus gritos esquizofrénicos. Resulta curioso ver que llevan la batería programada en vivo pero en realidad tampoco importa para mostrar la impronta de la banda. Esperemos que empiecen a prodigarse cada vez más sobre el escenario porque tanto ellos como el público disfrutamos de lo lindo.
Y para rebajar tensiones nada mejor que una dosis de Foreigner (Main Stage 1) que celebran su cuarenta aniversario. No les había visto nunca y he seguido su carrera muy de lejos pero la ocasión la pintaban calva para escuchar su gran clásico “I want to know what love is” y temas como “Hot blooded” o “Feels like the first time”. Además, pese a no contar con Lou Gramm, la presencia de Kelly Hansen a la voz fue un aliciente a nivel personal pues de sus múltiples proyectos admiro a Unruly Child. Ciertamente mostraron un estado de forma envidiable y derrocharon una depurada técnica y una calidad sublimes que se vieron acompañados por un sonido espectacular. Estos conciertos de media tarde en Hellfest siempre son refrescantes y el de Foreigner fue una muestra de ello.
Tenía ganas de ver a Entombed A.D. (Altar) pero lo irregular de sus últimos trabajos hizo que no aguantara el concierto entero. Sonaban muy cañeros y la gente estuvo a muerte con ellos pero no terminaron de convencerme, a excepción de los clásicos. No aguanté todo el concierto y justo al lado, en el Valley, descargaban With the Dead, la nueva banda de Lee Dorrian. Sólo había oído hablar de ellos, no había escuchado nada. Entré y me quedé a verlos, pese al humo reinante. Densos, asfixiantes y turbios, pero tremendamente envolventes. Me atraparon con solo unas notas y me quedé, irremediablemente, a ver el resto del concierto. Han sido la revelación del festival y seguro que la mejor banda nueva del año. Al rato descubrí que Greg Anderson de SunO))) es su guitarrista. “Living with the dead” resultó deliciosa.
Los solapes empezaban a tomar peso en mi particular running order. Empecé viendo a Joe Satriani (Main Stage 2) sabiendo que iba a aburrirme. Es un músico portentoso pero me aburren bastante las bandas que no llevan vocalista. Quería esperar a escuchar uno de mis temas preferidos de Satriani, “Summer song”, pero terminé optando por cambiar de aires radicalmente y pasarme por la Warzone a ver cómo se las gastaban The Toy Dolls. Punk divertido y enérgico para un recinto a rebosar. Tuve que verlos desde la distancia y aunque en Punk me gusta en pequeñas dosis consiguieron entretenerme y convencerme para prestarles atención al llegar a casa. Sacaron hinchables y se montó un crowdsurfing de proporciones bíblicas.
Me fui a ver a Asphyx, (Altar)que me gustan pero ofrecen el mismo show de siempre. A esas horas la carpa yacía hasta la bandera ya. Como ver a Disturbed (Main Stage 1) no es fácil, le fui infiel a Van Drunen y los suyos. No conocía su repertorio pero los disfruté, especialmente cuando tiraron de versiones. “Shout at the devil” de Mötley Crüe con Nikki Sixx y el resto de músicos de Sixx A.M.; “Baba O’Riley” de The Who con Glenn Hughes; y “Killing in the name” de Rage Against The Machine que puso a todo Hellfest a botar. Todo ello del tirón. Buen sonido, gran puesta en escena y una banda grande que está acabando de abrirse camino en Europa (más allá de Inglaterra, claro).
La llegada de la noche nos acerca la presencia de bandas brutales como Terrorizer (Altar), toda una institución dentro del Metal extremo, rápido y destructivo. La velocidad
de esa batería es impensable. Como no, Pete “Comando” Sandoval en los tambores.
Hacen un recorrido por sus creaciones aunque gran parte del show se basa en su disco debut
de 1989, “World Downfall”. “Crematorium” de “Darker Days Ahead” de 2006, y
ultima colaboración de Jesse Pintado antes de su muerte, está presente en el set. Tan solo caen dos cortes de su trabajo de 2012, “Hordes of Zombies”. Sin duda son una banda de culto, demuestran la autenticidad de tocar a velocidad, en formato Power Trío. Gran show que mezcla el auténtico sonido del Death Metal con el Grindcore. Toda la trágica historia que rodea a la banda no les hace una banda fácil de ver en directo.
Me perdí a Within Temptation por ver a Primordial (Altar) y que los de Alan Nemtheanga son un valor en alza y de los que le tocan la patata a uno. Que el setlist no retrocediera más allá de “To the nameless dead” no fue un problema, pese a dejarse por el camino un clásico como “The coffins ship”. La atmósfera, densa y envolvente, era tal que era imposible no caer rendido a los encantos de una banda que tiene un sonido único. Alan teatraliza y siente hasta el extremo, hasta hacerte creer estás ante una tragicomedia de la Edad media. “Where greater men have fallen”, “As Rome burns” o “Empire falls” fueron estiletes de una actuación portentosa.
Twisted Sister (Main Stage 1) están de despedida, motivo más que de sobra para verles. Además, yo no los había visto nunca y los tenía en mi lista de pendientes, máxime cuando todo el mundo dice que Dee Snider está pletórico. El concierto fue muy bueno en lo musical, con gran sonido y unos músicos que estuvieron espectaculares. La banda es de ensueño, con Jay Jay French y un excelso Eddy Ojeda a las guitarras, Mark Mendoza al bajo y Mike Portnoy a la batería. Entiendo que Dee Snider necesite respiros entre canción y canción por el despliegue físico que hace. Ahora bien, tanto discurso cortó mucho el ritmo. Tenía claro que mis momentos álgidos serían “We’re not gonna take it” y “I wanna Rock”, los dos himnos de la banda, y así fue. Pero quiso el destino que viviéramos un momento especial cuando invitaron a Phil Campbell a tocar con ellos. Con dos temas consiguieron enloquecer a más de 50.000 personas al ritmo de “Shoot ‘em down” y sobretodo con “Born to raise hell”. Eso solo fue el preludio del homenaje que Hellfest quiso rendir a Lemmy Kilmister. Vídeo con varios temas de la última actuación de Mötorhead en Hellfest en 2015 y fuegos artificiales donde consiguieron escribir el nombre de Lemmy con fuegos de artificio. Realmente emotivo y espectacular y todo ello en presencia de Phil Campbell.
Y para cerrar el día esperaba con muchas ganas a Dark Funeral (Temple) pues su nuevo disco, “Where shadows forever reign” me parece extraordinario. Su grandes éxitos empezó en “The dark age has arrived”, la intro de su obra maestra “The secret of the black arts”. Pintaba conciertazo desde el segundo uno. La banda entregada, y también el público pese al cansancio. Tras “Unchain my soul” llegan los clásicos “The arrival of Satan’s empire” y “The secret of the black arts” y Heljarmadr se doctora sacando los temas adelante con gran solvencia. La retahíla de clásicos se entremezcló con temas del nuevo disco dejando para el final un tema destinado a convertirse en clásico desde ya, “Where shadows forever reign” que recoge la esencia de lo que han sido Dark Funeral desde sus inicios hasta hoy. Excelente fin de fiesta que me dejó con ganas de más.
Texto: Marc Gutiérrez y Juan Espinoza
Fotos: Marc Gutiérrez
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