Calificación del editor
'Ordinary corrupt human love' se transcribe en sensaciones que todo oyente habrá vivido alguna vez en su vida, y crea unos ambientales absolutamente limpios y directos al recuerdo.
DEAFHEAVEN
‘ORDINARY CORRUPT HUMAN LOVE’
Anti-
Se me hace extraño empezar un texto sobre Deafheaven con una idea clara sobre la que basarme. ‘Ordinary corrupt human love’ es el nuevo y esperadísimo trabajo del grupo revelación de diversas escenas que se unen en ellos. Y en esta unión reside el quid de lo que hace reconocible su sonido. En este nuevo trabajo esta cohesión se diluye fervientemente resultando en un trabajo distinto a los anteriores con una inclinación más clara que nunca.
Los de San Francisco abandonan la amalgama de ideas y géneros para entregar un disco mas shoegazer que nunca. La oscuridad, densa y atronadora, que nos llegaba en forma de llanto ahora se convierte simplemente en melancolía. Pura y contundente, pero singular.
El problema es que este volantazo tal vez se ha dado demasiado pronto pues creo que Deafheaven todavía tenían mucho que contar a través del sonido que crearon para ‘Sunbather’ o ‘New bermuda’ (este sonido tan único aún estaba por crear en «Roads to Judah», es por ello que no lo incluyo), y no puedo evitar sentir una sensación de estar perdiéndonos algo. Tal vez este uso de su música de una forma tan luminosa se deba a un reflejo del dulce momento que vive la banda respecto al público. Tal vez sea un capitulo más en su historia en vez de una dirección hacia la que reencaminarse. Sea como sea, espero poder disfrutar algún día de lo que, creo, todavía está en su tintero.
Centrándonos en el disco, y teniendo en cuenta todo esto ¿Es este un mal trabajo? Absolutamente no.
En el estilo que presenta es absolutamente brillante. La expresividad de la que dotan a las melodías es la muestra inequívoca de que están aquí para dejar huella.
‘Ordinary corrupt human love’ se transcribe en sensaciones que todo oyente habrá vivido alguna vez en su vida, y crea unos ambientales absolutamente limpios y directos al recuerdo.
Como digo, se trata de un disco rebosante de melancolía, y esto nos llega de forma absolutamente clara pese al tono más alegre de la mayoría de sus composiciones, pese a que para llegar a muchas de ellas haya que pasar por los atardeceres siniestros de, por ejemplo, «Honeycomb» o «Canary yellow» (la cual por cierto tiene para un servidor un segundo tramo digno de considerarse por sí solo el tema del año) que usan una estructura bastante paralela y ambas evolucionan en un cambio salvaje hasta una luz que amanece poco a poco. Y tras esta parte central venida arriba, el disco empieza a apagar luces a partir de su colaboración con Chelsea Wolf en «Night people», iniciando así un cierre de disco (cierre de quince minutos, todo sea dicho) con su vertiente más apagada y derrotista. Muy ansiada era esa colaboración pero en mi opinión se queda más en una curiosidad que en un tema a defender. De hecho, es el tema más corto del álbum y cierto es que cuatro minutos es realmente poco para sus estándares.
Entiendo pues «Night people» como un momento más que como un tema en sí. Al fin y al cabo, es a ello a lo que se dedican.
Una vez un buen amigo me describió a Deafheaven como “un estado mental” y aquello cambió absolutamente mi visión de ellos. En ‘Ordinary corrupt human love’ esta definición divaga un poco al convertirse su sonido en algo más concreto. Pero en dicha concreción siguen siendo de los que mejor saben hacerlo.
Titus Bellés
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