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DIAMOND HEAD – AERIAL BLACKED
Sala Monasterio, Barcelona
Promotor: Kivents

Diamond Head demuestran en Barcelona que la leyenda de la NWOBHM sigue viva
Siempre he tenido mala suerte con Diamond Head. Han estado en muchos festivales, pero nunca había podido verles en directo. También es siempre preferible ver a una banda en su propia gira y con su show completo, pues en festivales el sonido y las condiciones no siempre son “perfectas”, y lo que ves, queda a veces bastante alejado de lo que puede dar realmente un grupo con todo de cara. Bastante buena entrada hubo para una semana en la que pudimos ver también a otras bandas de la NWOBHM como fueron Quartz y Saracen. Costó que la gente entrara en su show, pero cuando se consiguió, grupo y público disfrutaron de lo lindo en el Bóveda barcelonés.

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Aerial Blacked cumple con creces
Antes de la performance de los Head estuvieron los thrashers Aerial Blacked alentando a una parroquia algo tímida. Héctor demostró ser un cantante sumamente versátil y poseedor de una amplia gama de registros. Gustaron en “Gasoline” y presentaron a un nuevo bajista. Su thrash con muchos matices fue calando con un buen Kike Díaz a la guitarra. Temas que lucen y un “The Radar” que fue lo que más brilló en una banda algo reducida en el poco espacio que les dejaron Diamond Head. Estuvieron bien y
presentaron un proyecto paralelo contra el cáncer en el que también han participado grandes nombres de la escena como David Palau, El Sevilla o gente de Ktulu.

Diamond Head evidencia que fueron la mayor influencia que en su día tuvo Metallica
La banda de Stourbridge sigue manteniendo su encanto y su legado, y tampoco tiene prisa en lo que a grabar discos se refiere. Siguen presentando el homónimo “Diamond Head” de 2016 y mantienen más o menos la formación estable desde hace unos pocos años. Obviamente el motor del grupo es el eterno Brian Tatler con su guitarra, bien secundado por un gran Karl Wilcox tras los parches. La juventud la pone sobre todo Dean Ashton al bajo y un Rasmus Bom Andersen a las voces, que a medida que se fue
entonando, dejó al respetable más que contento. El inicio fue titubeante. Banda y público no terminaron de conectar ni en la clásica “Borrowed Time” ni en “Sweet and Innocent”.
El sonido cumplió bastante bien y “Bones” fue la primera concesión a su nueva etapa, con ese gran riff por parte de la dupla Tatler-Abberley. No está nada mal el nuevo material, y consiguen que suena a sus principios. Afortunadamente en “Helpless” las cosas dieron un giro y la gente empezó a cantar uno de sus grandes clásicos. Es divertido oír gente en la sala diciendo: “¡están versionando a Metallica!”. Puños en alto y coreo masivo para una canción que siempre luce. Luego ofrecieron un “In the Heat” of the Night” que siempre me ha parecido uno de sus mejores temas. En directo se subraya esta opinión. Vimos un gran Rasmus en tempos más templados.

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Público y banda fríos hasta la interpretación de “Helpless”
“Set My Soul on Fire” fue otra visita a su último disco y otra demostración de que el grupo tiene todavía mucho que ofrecer. Esta vez el tema mezcla su NWOBHM con elementos muy Led Zeppelin, un terreno muy cómodo para su cantante. “Call Me” representó a su segundo disco y nos sirve de aviso de que éste es casi tan bueno como su ópera prima. Uno de los grandes momentos fue “Lightning to the Nations”, uno de esos grandes estribillos y pura electricidad. Puede que el mejor tema de su última obra sea “Diamonds”, con unas guitarras muy trabajadas y una línea vocal muy conseguida, con ciertos toques que bordean el sleazy. Mención aparte merece el gran trabajo de Wilcox comandado la nave desde el taburete. También algunos parlamentos compartidos por Tatler y su cantante, preguntando si entendíamos el inglés.

Quedaban las cargas de profundidad y empezaron con “Shoot Out the Lights”. “It’s Electric” fue recibida como agua de mayo y es en estos momentos cuando ves el peso de la leyenda. Ver a Tatler tocando este tema ya vale el precio de la entrada… Le siguió la genial “The Prince”, otro de los temas que versionó Metallica en su día, pero todo se vino abajo definitivaente con “Am I Evil?”. Ya no es que la versionaran los Four Horsemen, es que el tema es un clásico del heavy metal en toda regla. Impresionante reacción de la sala. Sólo hubo un bis y fue el “Sucking My Love”. Está bien cerrar con una pieza que no sea la obvia.

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Un solo bis y un parlamento muy especial
Buen concierto al que le quedaba un bonito detalle: Karl Wilcox, mientras el resto del grupo recogía y se despedía, se acercó al micro para dar un pequeño discurso sobre la entrega de las bandas como Diamond Head y su lucha, alimentada por la recompensa del aplauso de la gente y del que estuviésemos allí. Era algo pensado, pero no ensayado. Le brillaron los ojos y tuvo toda la credibilidad, saliendo con una de las más grandes ovaciones de la noche. Con este concierto realmente te das cuenta de que una de la mayor influencia de Metallica fue Diamond Head. Y no solo en lo musical, si te fijas en el logo ya puedes ver por dónde van los tiros.

Texto: Jordi Tàrrega
Fotos: Marcelo Marcerock