ZEAL & ARDOR + FOSCOR
Sala La [2] de Apolo, Barcelona
Promotor: Primavera Sound & Madness Live
Aún recuerdo cuando hace un par de años vi una portada que me llamó mucho la atención en la sección de discos recomendados de la extinguida Terrorizer. Recuerdo como si fuera ayer esa mezcla de imagen y símbolo sobrepuesto así como la mezcla del verde y el morado. ‘Devil Is Fine’, debut de Zeal & Ardor, obtuvo una excelente acogida y fue el precedente de lo que ha sucedido este 2018 tras el lanzamiento de su segundo disco ‘Stranger Fruit’: se han convertido en el grupo del momento. Y tras girar por todo el globo llegó el turno de la ciudad condal coincidiendo con el fin de gira y su último concierto del año. ¡Cómo para perdérselo!
Para abrir tan esperado evento contaron con la actuación de Foscor, grupo barcelonés con muchos años tras sus espaldas, muchos logros y una gran evolución en su trayectoria musical. Ya hace años que han apartado esa crudeza característica del Black Metal para moverse por terrenos más experimentales, de fusión, ofreciendo el denominado Post-Black Metal (etiqueta comodín) que logró que realizaran un salto en su trayectoria al fichar por una discográfica tan poderosa como es Season of Mist. Con tan solo treinta minutos de actuación ejecutaron un set list basado en su último largo ‘Les Irreals Visions’, con canciones como “Instants”, “Altars” o “De Marges i Matinades”, y tan solo “Graceful Pandora” del anterior ‘Those Horrors Wither’. De nuevo queda claro que Foscor están totalmente enfocados en esta nueva sonoridad y que de buen seguro que así será en el inminente nuevo trabajo que entrarán a grabar a principios de 2019.
La puesta en escena fue correcta siendo el juego de luces el que ayudó al grupo a transmitir unos claroscuros que acompañan muy bien a su música. El problema fue el sonido, en donde el bombo de la batería no se escuchaba, los efectos vocales tampoco sonaban bien y había ocasiones en donde se escuchaba un poco de barullo sonoro. Y aunque no vimos a ningún técnico de sonido durante su actuación (o bien estaba en la barra tras la mesa de sonido principal y donde se encuentran otras mesas de sonido pero no se le veía) queremos pensar que sí que hubo alguien encargándose del sonido de Foscor. Sea como sea, con esta cortísima (por tiempo) actuación la banda puso punto y final al ciclo correspondiente a ‘Les Irreals Visions’ . Esperamos con ganas la nueva andadura de Foscor y, quién sabe, actuar en una producción de Primavera Sound quizá les abra las puertas a formar parte del ecléctico festival.
Puntualmente a las 21:30h se apagaron las luces y la Electrónica, el Soul, el Blues y los sintetizadores se apoderaron de La [2] de Apolo con la intro “Sacrilegium I”. Y sí, estamos aquí para disfrutar de Metal, pero el hecho de que Zeal & Ardor sea uno de los nombres más mencionados de la escena metalera (a parte de Rosalía, ¡quién lo iba a decir!) es, mayormente, por la magnífica cohesión que ha ejecutado Manuel Gagneux entre el Blues, el Soul, la Electrónica y, por supuesto, el Metal generando a todo aquel que les escucha o adoración o repulsa, y es que nunca dejan indiferente a nadie.
Durante poco más de una hora Manuel, acompañado de Denis Wagner, Marc Obrist, Tiziano Volante, Mia Rafaela Dieu y Marco von Allmen, ejecutaron lo que ellos denominan “música de esclavos negros alabando las virtudes de Lucifer”. Desde el primer segundo toda la simbología e imagen de Zeal & Ardor es transmitida encima del escenario con un juego de luces absolutamente espectacular, combinando a la perfección los colores utilizados en sus artworks, así como la combinación de luces verdes y rojas a modo de parpadeos que crea el símil del efecto 3D momentáneo.
Durante la actuación hubo tiempo para repasar una gran parte de las canciones que forman su discografía con cortes como “In Ashes”, “Servants”, “Come On Down”, “Blood In The River”, la coreadísima “Row, Row”, “You Ain’t Coming Back”, “We Never Fall”, “Fire of Motion”, “Ship on Fire”, “Stranger Fruit” y “Cut Me” que sonaron una tras otra, sin pausa alguna, sin tan siquiera viendo a un grupo que buscara el feedback del público. Excepto tras “Cut Me”, en donde hubo un problema con la batería y Manuel se vio obligado a intercambiar un par de frases con el público, no sin antes ser claro en su postura de que “nosotros habíamos pagado para ver música, no para escucharles hablar”. Nos ha quedado muy claro el mensaje, Manuel. Tras solventar rápidamente el imprevisto siguieron con “Coagula”, “Gravediggers Chant”, “Children’s Summon”, “Built on Ashes” y “We Can’t Be Found”.
Con la pausa de rigor previa al bis y despedida final, volvieron a escena para, esta vez sí, ver a un Manuel muy emocionado interactuando con el público y explicándonos que éste era su último concierto del año, el último de la gira y, la coletilla típica de que éramos la mejor audiencia. Fue bonito ver la alegría y emoción brotar a modo de lágrimas tras tantas semanas exhaustas por todo lo que conlleva hacer un tour, que no es moco de pavo. Y para este punto y final acabaron de enloquecer al público asistente con “Don’t You Dare”, “Devil Is Fine” y “Baphomet”.
Cabe añadir que desde el inicio de la actuación gozamos de un sonido casi de excelente, sin contar la ejecución precisa de todos los miembros del grupo. Y es que cada vez más vemos grupos que deciden ser prácticos en las giras apostando por no llevar cabezales ni todos esos trastos pesados para ir directamente conectados en linea, a la mesa de sonido, que les devuelve la mezcla por los pinganillos inalámbricos en simultáneo y según los requisitos de cada uno de los músicos. Esto ayuda ya no solo a cuidar todos los detalles durante el directo, a anticiparse a los imprevistos, sino que también hace que el sonido sea mucho más limpio, minimiza ruidos no deseados. Y por mis experiencias cada vez que he visto a un grupo que se decantaba por esta técnica en directo el sonido es casi idéntico que al disco. Eso sí, con Zeal & Ardor debemos matizar que en directo ganan mucho más al ejecutar las canciones con más distorsión, más directas, más “duras” y eso hace que su directo sea muy potente.
Acabar la temporada anual de conciertos con el que, para servidora, es el grupo del año ha sido todo un lujazo. Demostraron que tienen motivos de sobra para justificar el auge que están cosechando con una buena ejecución en directo de una propuesta compleja, y que podemos esperar grandes composiciones y directos en un futuro que, deseamos, sea próximo. Y luego hay quien dice que el Metal está muerto y que no hay relevo… Zeal & Ardor son un buen ejemplo de apertura de miras y de sangre renovada que aún tiene mucho que ofrecer.
Texto: Xènia Von Ereticy
Fotos: Irene Serrano
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