Cavalera

CAVALERA RETURN BENEATH ARISE
30.11.2019, Sala Mitty Cats, Madrid
Promotor: Resurrection Fest

Con rigurosa puntualidad arrancó su descarga la banda telonera en este 30 de noviembre en la sala Mitty Cats. Healing Magic, que así se llama el grupo que abría este concierto es un trío pero atronan como si fueran el doble de componentes y contaron con treinta minutos para hacer evidente que son una banda algo mutante; porque a pesar de que su sonido es un death-thrash bastante contundente, a ratos recuerdan a Neurosis, a ratos a los desaparecidos Occult. Resumiendo: voluntariosos aunque algo repetitivos a mi juicio.

Mientras la sala se llenaba y la expectación crecía, una bandera de Brasil era colocada en el escenario y quedaba claro que en breve la energía del ambiente iba a explotar. Pocas veces ves una sala ya repleta cuando aún no ha comenzado la descarga de la banda principal, pero los hermanos Cavalera, con una propuesta centrada casi íntegramente en sus dos discos más extremos y exitosos, atrajeron un público cuarentón con ganas de explotar frente al escenario. Y lo lograron.
Un apabullante inicio con «Beneath the remains» ya daba pistas de cómo iba a ser la noche. Veo un movimiento extraño en primera fila con varias personas desplazándose de forma repentina y me temo algo chungo pero no lo veo bien. Enlazan con «Inner Self» y el público no para de recitar a gritos las letras íntegras de los temas. El sonido mejoró desde este segundo tema aunque hacia la mitad del repertorio comenzó a saturar, sospecho que por carencias acústicas  de una discoteca reconvertida en sala de conciertos. Max Cavalera está disfrutando y se nota en el tono con el que se dirige a la peña, que ya en 4-5 temas se los había metido en el bolsillo.
Cuando introducen «Stronger than hate», en mi cabeza se lo dedico a la extrema derecha que está convirtiendo Madrid en una ciudad hostil para quien es pobre y solo quiere buscarse las lentejas. Somos más fuertes que el odio. Max interrumpe las canciones para implicar al público y la gente responde porque lo que está cayendo del cielo es thrash metal de calidad, ejecutado de forma excelente. Parece ser que en esta gira van cambiando los temas que tocan y cuáles no en cada ciudad, y nos roban «Sarcastic existence», «Lobotomy» y «Hungry»; pero presenciar a Iggor Cavalera tocando «Desperate cry» y el inicio de «Murder» ya valía el dinero de la entrada. Va siendo hora que reconozcamos que es un gran batería y que parte del éxito de los mejores Sepultura también es mérito suyo.

Precisamente en «Murder» hacen un parón inesperado y meten una versión muy particular de «War pigs» de Black Sabbath, que la banda aprovecha para vacilar un poco la peña y acabar desfasando entre risas coreando la expresión «¡Carajo!» a modo de estribillo.
Cuando crees que van a bajar las revoluciones ejecutan de un tirón medio álbum ‘Arise’ y el público ya se entrega al pico de intensidad de saltos, gritos eufóricos, circle pits espontáneos, algún golpe fortuito y demostraciones varias de camaradería con tu nuevo colega de al lado, al que acabas de echar el brazo sobre sus hombros aunque aún no sepas cómo se llama.
Están ejecutando «Infected voice» cuando me doy cuenta que estos dos hermanos no han parado de experimentar y reinventarse. Nunca han resucitado como un Fénix porque nunca murieron artísticamente hablando. Ahí están los discos con Sepultura, Soulfly, Nailbomb, Cavalera Conspiracy y en el S. XXI exactamente lo que estamos disfrutando.
Nos regalan su versión preferida de los dioses Motörhead y un bis semi-sorpresivo de «Chaos AD». Con el público entregado Max se despide en excelente castellano para darnos las gracias por acompañarles en estos 30 años de carrera.
¿Fueron los triunfadores? Sí…pero también lo fueron los heavys que al comienzo del concierto, estando en una ubicación privilegiada justo delante del escenario, cedieron su espacio cuando llegó hasta allí un chaval con movilidad reducida; allí estaba, llegado desde Granada solo para esta noche, con su melena, en su silla de ruedas y su camiseta de Slayer. En una demostración de comportamiento cívico, le cedieron el único espacio desde el que podía ver a la banda, que no solo a Granada, probablemente conquistó toda España en un gran concierto.

Oswaldo MS