godflesh 4 by eduard tuset

GODFLESH
20.04.2015, Sala Apolo, Barcelona
Promotor: TBC Produccions

Todavía no sé muy bien cómo enfocar esta crónica. La cuestión es que la actuación de Godflesh me encantó, pero sus asistentes me la jodieron un poco. Y no hablo de la falta de los mismos: que cada cual haga con su dinero y tiempo lo que mejor le parezca; no seré yo el que se rasgue las vestiduras ante la notable ausencia en esta ocasión de los centenares de «modernos» -eternos chivos expiatorios de la cultura, aunque nadie parezca saber muy bien qué significa serlo; si bien todo el mundo tiene una idea muy clara de quién lo es y quién no, pero no el porqué- que abarrotaban la grande de Apolo durante la anterior visita de Justin K. Broadrick y Ben G. C. Green a Barcelona.

No; hablo de las poco más de cien personas que sí asistieron. ¿Qué narices estaban haciendo allí? Quiero decir, que cada cual vaya a un concierto a hacer lo que le dé la gana, que para eso paga; pero ¿dónde estaba la energía? Que eran GODFLESH, por el amor de los dioses: una inmisericorde apisonadora sónica viviendo su segunda juventud, esta vez con un volumen fantástico y en estado de gracia, remachando riffs como si de clavos de ataúd se tratara.

godflesh 6 by eduard tuset

GODFLESH

Estaban sudando la camiseta como nunca los he visto, dándolo todo sobre el escenario, con sus casi cincuenta tacos

Pues no. Que la gente no se movía. Y bueno, que si no quieres zurrarte con nadie por diversión al ritmo de «Streetcleaner», lo entiendo. Y que si no te apetece bailar porque no tienes el día, pase. Pero ¿quedarse ahí de pie frotándose la propia barbilla? ¿A qué venían? ¿A ver las proyecciones? Vale que Justin ha metido un par de diapositivas nuevas en el carro, pero no lo entiendo. Aunque tengan su encanto, a pesar de que las puede hacer un niño de siete años con conocimientos básicos de Powerpoint.

Y ya digo, que los de Birmingham estaban sudando la camiseta como nunca los he visto, dándolo todo sobre el escenario, con sus casi cincuenta tacos cada uno y contorsionándose al ritmo de sus brutales descargas, dejándose el señor Broadrick las cuerdas vocales en cada línea, regalándonos articulaciones de puro y estremecedor ruido entre canciones, que ni Swans. Pero nada. A duras penas sí se oían aplausos.

Igual es que no les gusta el último álbum. Y vale que cayeron un montón de canciones del mismo, como era de esperar, pero es que sonaban de cojones en directo -¡Y a Godflesh de toda la vida, aunque con bases electrónicas un pelín más sofisticadas!-; y que se nota que lo han escrito pensando en poder tocarlo con comodidad sobre el escenario, porque Justin y Ben se lo estaban gozando. Pero tampoco, porque cuando nos atronaron con las gloriosas «Spite» o «Crush my Soul» al «respetable» seguía costándole menear la cabeza. Cojones.

godflesh 5 by eduard tuset

Pues yo qué sé. Mira que escribir una crónica sobre uno de los grupos más apasionantes e innovadores de la música extrema de todos los tiempos, y acabar hablando del público. Joder. Pero es que Godflesh estuvieron magníficos, inmaculados, mejor que nunca, de vuelta por fin, a tope. Y su audiencia barcelonesa no estuvo a la altura. Apenas transmitió mucho júbilo cuando los ingleses nos regalaron «Like Rats» para el encore. Una auténtica decepción.

Así que, a los que no vinisteis al concierto: llorad. Y a los que os perdisteis a Godflesh, pese a tenerlos ahí mismo, delante de vuestras narices: me jodisteis un poco la noche. Por lo menos, la gente que vino a verlos al Primavera Sound parecía estar divirtiéndose mucho más que vosotros.

Texto: Rider G Omega
Fotos: Edu Tuset (https://www.flickr.com/photos/eduslayer/)