Calificación del editor
Estos chavales, que nos traen por el camino de la amargura. We came as romans nos han dado a los fans tantas alegrías como disgustos. No es para nada un disco redondo. El resultado final: cuantiosos y muy buenos singles.
WE CAME AS ROMANS
«COLD LIKE WAR»
Sharptone Records
¡Ay! Estos chavales, que nos traen por el camino de la amargura.
We came as romans nos han dado a los fans tantas alegrías como disgustos. A veces se ven tentados por el camino fácil. Otras demuestran que entienden su materia prima y aprenden a componer para una intensidad regulada a las capacidades de Kyle, su cantante, como hicieron en su «Tracing back roots».
A lo que quiero referirme es a que, pese a lo obvio, son un grupo que dentro de su propio status de Metalcore de masas han tratado de mostrar suficiente integridad como para que los que los disfrutamos podamos seguir aferrados a ellos.
Esto se fue un poco al garete con su anterior trabajo, en el que se entregaban casi absolutamente a la facilidad de la radio fórmula así que no recibí la noticia de un nuevo álbum con especial entusiasmo. No solo por ello, si no por que creo que deberían dejar reposar más sus trabajos a la hora de ponerse a componer uno nuevo. De todos modos, que sorpresa cuando decidieron sacar un single como fue “Wasted age”, que no solo recuperaba un poco la tralla (no era la falta de ella de lo que nos quejamos) si no que volvía la garra y la frescura (de esta sí). Era un tema inspirado de nuevo.
Los siguientes singles siguieron un poco esta estela. Temas inspirados, buen balance entre caña y melodía. La sobreproducción seguía ahí, pero volvía a rasgar un poco como antaño. Todo apuntaba bien. “Cold like war” era una X grande y roja en mi calendario.
El resultado final fue satisfactorio. No óptimo, pero eso estaba complicado. We came as romans no volverán a ser aquel grupo que componía en exceso en pro de una locura más controlada de lo aparente. En parte es de agradecer, sobre todo por lo ya mencionado de la voz de Kyle. Pero de todos modos en este disco se vuelven a intuir unas ganas de no dejarse escapar a sí mismos. Vuelve a haber pasión (al menos plasmada y reconocible) e intenciones.
El resultado final: cuantiosos y muy buenos singles (“Two hands” es perfecta como tal, aunque no la hayan sacado), algo de relleno más inspirado que de costumbre y un experimento que tiene su aquel pese a no terminar de funcionar del todo. Eso sí Dave Stephens, “Encoder” no es el tema mas bestia en el que ha participado por mucho que nos lo digas.
No es para nada un disco redondo. Como producto de Metalcore es algo más que correcto pero si se tiene en cuenta el precedente y lo que pueden significar estas ganas de cara al futuro a uno se le reaviva la llama.
Titus Bellés
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