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INGLORIOUS
14.12.2017, Sala Bóveda, Barcelona
Promotor: Madness Live!

Si tuviéramos que definir la noche del jueves 14 de diciembre con una sola palabra, ésta sería acelerada.
Tras haber ejercido de teloneros durante los últimos años, Inglorious por fin se enfrentan a su primera gira en la que son protagonistas. Repasando el setlist podría dar la sensación de que uno ha asistido a un concierto adecuado para un cabeza de cartel, pero lo cierto es que se despacharon los 17 temas (además de un solo de bajo y batería) en poco más de una hora y cuarto. Quizás fue producto de las ganas pero ese ritmo, más propio de Los Ramones que de Whitesnake, apenas te permite saborear los matices clásicos de una banda llamada a juntar bastante más público que el centenar de espectadores que llenaban la Sala Bóveda.

El concierto comenzó con puntualidad británica y, a las nueve en punto, los primeros acordes de “Read All About It” sonaban. Tras unos ligeros ajustes de sonido, la banda sonaba contundente. Quizás demasiado, ya que la voz de Nathan James quedó durante casi todo el concierto en un segundo plano. Y es una verdadera lástima porque uno de los puntos fuertes de este grupo es la poderosa voz del líder de la banda.
Fueron enlazando los temas casi sin descanso entre uno y otro, repasando los dos únicos trabajos de la banda. «High Flying Gipsy» y sus reminiscencias a «Kashmir» de Led Zeppelin, o «Taking The Blame» con ese toque a lo Deep Purple, fueron los temas más destacados. Hubo espacio para un interesante solo de bajo y batería y un pequeño set acústico con el que la banda quiso honrar la memoria de Chester Bennington y Chris Cornell con un medley de “Numb” y “Black Hole Sun”. Tras el homenaje, Nathan hizo subir al escenario a una antigua participante de “La Voz” para interpretar a dúo “Sex On Fire” de Kings Of Leon. “Faraway” sirvió de puente entre la parte acústica y la vuelta a la electricidad. Y de un tirón hasta el final. Incluso obviaron el momento de salir del escenario para que la gente pidiera otra y cantaran los bises. Así que tras “I Don’t Need Your Love”, la banda siguió en el escenario para rematar con “Holy Water” y “Until I Die”.

Es cierto que lo dieron todo durante la hora y cuarto pero quizás estaría bien que la duración de sus actuaciones fuera un poco mayor, aunque sea mediante el uso de sobados trucos. En definitiva un buen concierto de aquellos cortos pero intensos, aunque más propio de un festival veraniego que de una gira como protagonistas. Espero que en la próxima visita, con un tercer disco bajo el brazo, el repertorio y la duración sean un poco más adecuados a las expectativas que uno tiene cuando va a disfrutar de buen Hard Rock, e Inglorious son una buena muestra de gran banda con mucho camino que recorrer.

Maese Leiva