GLORYHAMMER + CIVIL WAR + DENDERA
13.01.2018, Sala Razzmatazz 2, Barcelona
El pasado 13 de enero fue la fecha que elegí para inaugurar el año “conciertil”. Y no fue un día escogido al azar, quise empezar el año de conciertos con Gloryhammer para quitarme una espinita que tenía con ellos desde el pasado RockFest Barcelona, dónde no pude aguantar más de dos canciones de los escoceses ya que el sonido era horrible (actuaron en el RockTent y se colaba el sonido de Carcass que tocaban a la misma hora en uno de los escenarios principales).
Hablando con la gente antes y después del concierto vi que no era el único que quería quitarse esa espinita, incluso Thomas Winkler, portador del martillo de la gloria, tenía ganas de redimirse como reconoció mientras se hacía fotos y firmaba autógrafos en el mítico Pepe Bar.
Pero antes de comprobar qué tal suena Gloryhammer en directo en sala, pudimos disfrutar de dos grandes actuaciones.
La primera, para mi, fue una sorpresa ya que en la entrada y en la web de Razzmatazz solo había anunciado un special guest, Civil War.
Pero cuando a las 19:30 se apagaron las luces un sonido mucho más pesado que el de Civil War invadió la sala dos de Razzmatazz. Debo reconocer que el grupo supo captar mi atención desde el primer momento con un sonido potente y directo acompañado por un cantante que desde el primer momento sacó a relucir todo el potencial de su voz, que no es poco. Durante la media hora que duró su actuación, ese grupo, para mi desconocido, consiguió ponerse en el bolsillo a los allí presentes.
Al acabar su bolo solo tenia un problema, seguía sin saber quiénes eran, ya que a aquellos a los que les pregunté si conocían al grupo estaban en la misma situación que yo. Pensaba que me iría a casa sin saber cómo se llamaban pero, al acabar la noche, al salir de la sala me dieron un flyer promocional y antes de tirarlo a la basura reconocí en la foto al grupo hasta entonces desconocido. Ese flyer les anunciaba como Dendera, ya tenía el elemento básico para empezar a conocer mejor al grupo.
La sala se iba llenando poco a poco y tras la descarga de Dendera, ahora sí, llegaba el turno de Civil War. Esta vez no hubo sorpresas, en el escenario aparecieron cinco suecos enfundados en casacas militares con ganas de guerra y con nuevo capitán al frente, Kelly Sundown Carpenter, que en febrero de 2017 ocupaba la vacante que dejaba Nils Patrik Johansson como vocalista del grupo.
Desde el primer momento Kelly Sundown dejó claro que él era el nuevo capitán consiguiendo introducir su carácter y personalidad a las canciones de la banda sin que éstas perdieran su esencia.
Empezaron atacando con “USS Monitor” y cuando todos estábamos preparados para la batalla cambiaron el ritmo con las melodías folk de “St. Patrick’s day”, que hizo que la sala dos de Razzmatazz se convirtiera en una taberna irlandesa el día de San Patricio.
Volvieron a la épica con “Gettysburg” y “Deliverance” y acto seguido atacaron “I will run the univers”, no se si algún día dominarán el universo pero en ese momento sí eran los amos y señores de Razzmatazz.
Y entonces llegó lo que yo he bautizado como el momento feria ya que el inicio de “Tombstone” me recuerda mucho a la música de feria que te posee y te invita a moverte dejándote llevar por su ritmo mientras esperas para subir a los autos de coche. Esto dura hasta que llega el estribillo y la fuerza de las guitarras te golpean y te invitan a saltar y hacer volar tu cabellera (si la tienes) como si no hubiera un mañana. Tras «Tombstone» bajaron el ritmo para encarar el fin de fiesta con “Bay of Pigs” y acabar dándolo todo con uno de sus himnos, “Rome is falling”.
No me cabe la menor duda que después de ese concierto las filas de el ejercito de Civil War en Barcelona crecieron.
Cuando acabó el bolo de Civil War la sala presentaba un aspecto muy variopinto, parecía que el show se estaba celebrando en el salón del cómic en lugar de Razzmatazz, hubo un momento el qué me vi rodeado de chavales disfrazados del alter ego de Thomas Winkler, Angus McFife (martillo incluido), y esto es una de las cosas que más me gustaron de la noche, hacía mucho tiempo que no iba a un concierto Heavy y veía a tanta gente joven, ¡¡¡aún hay esperanza!!!
Con todos en sus posiciones, los más jóvenes en las primeras filas dispuestos a hacer mover sus martillos al ritmo de Gloryhammer, y los más veteranos en posiciones más estratégicas y cómodas, empezaron a sonar los acordes de “Infernus ad Astra”, y al ritmo de la canción que sirve como intro del disco, un par de soldados medievales, un vikingo, un monje medieval y una especie de Linterna Verde del medievo (sí, se que suena a chiste, per esto es Gloryhammer), tomaron sus posiciones en el escenario y antes de que se apagaran los primeros aplausos de bienvenida atacaron con la potente “Rise of the chaos wizards”. Tras la primera canción llegó el momento de presentar en sociedad al martillo astral y, obviamente, no había mejor manera de hacerlo que con “Legend of the astral hammer” estribillo que desde el público se coreó con más fuerza cuando una joven entregó a Thomas el martillo y este lo mostró en todo su esplendor y lo golpeó en repetidas ocasiones contra el suelo.
Con el público ya entregado antes de entonar “Gobling king of the darkstrom galaxy” Winkler nos hizo una demostración de cómo usar el martillo para “hacerlo cantar” moviéndolo de un lado a otro.
Llegaba el momento de refrescarse la garganta y mientras sonaba “Also sparch Zarathrusta” el bajista del grupo apuró una cerveza y presentó “The Hollywood Hootsman” canción con la que Angus McFife decidió mostrar todos su potencial vocal.
Le siguieron “Victorious eagle warfare” y “Questlords of Inverness, ride of the Galactic Fortress”.
Y aunque los primeros compases de “Universe on fire” son más tranquilos, a la que Thomas dijo “I wanna set tthe universe on fire” no sé si el universo se incendió, lo que sí puedo asegurar es que Razzmatazz sí lo hizo, en ese momento Gloryhammer ya no solo eran los “Heroes of Dundee”, también lo eran de Barceloan.
Llegaba el momento de cerrar el repaso a su último trabajo, “Space 1992: Rise of the Chaos Wizards”, con una de mis canciones favoritas de la banda “Apocalypse 1992”, y no decepcionó, todo lo contrario, la canción ganó mucho en directo.
Tras una breve pausa para tomar aire y encarar la recta final del concierto, los escoceses volvieron al escenario con ganas de seguir la fiesta. Los bises empezaron con “The unicorn invasion of Dundee” y “Quest for the hammer of glory” dónde el martillo volvió a ser el gran protagonista encima del escenario.
“Magic Dragon” precedió al fin de fiesta que estaba reservado, como no podía ser de otra manera, para la canción que nos cuenta la historia del alter ego de Thomas Winkler “Angus McFife”. Sin duda el broche de oro a un concierto que me sirvió para quitarme la espina del RockFest Barcelona.
Texto: Jordi Thormas
Sin Comentarios