Calificación del editor
Ghost están desarrollando una carrera centrada en la ambigüedad para construir un universo paralelo donde se contornean entre muchas texturas diferentes.
GHOST
«PREQUELLE»
Loma Vista Recordings
Ghost parecen haberse abonado a la vida eterna, a aquella que permite crear melodías infinitas; que permite devaluar la identidad de los límites musicales; aquella que difumina para seguir construyendo; que derroca muros, infranqueables muchas veces, para darles nuevos matices.
Ghost editan ‘Prequelle’ en medio de una expectación inusitada donde las cábalas sobre los nuevos derroteros de la banda han alcanzado lindes insospechados.
De una forma u otra la banda vuelve a dar una vuelta de tuerca a su sonido. Si bien ‘Infestissumam’ fue una evolución más o menos natural de ‘Opus eponymous’, ‘Prequelle’ lo es de ‘Meliora’. Lo que ya no es tan predecible es la evolución estética del Papa Emeritus III, que ha muerto, a la del Cardinal Copia. Sea como fuere, disociar a Ghost del marketing es tan complicado como negar que en lo musical navegan entre dos aguas tan poco avenidas como el Pop y el Metal. Y es que Ghost nunca fueron una banda convencional y siempre estuvieron rodeados de polémicas, rumores e interrogantes.
Pero si al caramelo le quitamos el envoltorio descubrimos que tiene sabor e incluso sus detractores encuentran musicalidad en sus canciones. Si saboreamos el caramelo descubrimos que tiene diferentes texturas que engloban voces amables, teclados de iglesias, muchísimos elementos setenteros y melodías poppies que aportan un dinamismo exacerbado a cortes como «See the light», «Danse macabre» o «Life eternal». Y es que Ghost están desarrollando una carrera centrada en la ambigüedad para construir un universo paralelo donde se contornean entre muchas texturas diferentes que danzan entre la música siniestra, el Pop, el Rock, el Metal, los efluvios setenteros, las melodías pegadizas y un sinfín de variantes que juntas crean el monstruo que son hoy en día.
El único punto discordante de ‘Prequelle’ es la ya tradición de incluir dos temas instrumentales, «Miasma» y «Kelvetesföuster» en este caso, además de la intro de rigor, «Ashes». Excesivo para un trabajo de apenas cuarenta minutos. Diré en su favor que encajan perfectamente entre el resto de temas y musicalmente su credibilidad resulta irrefutable.
Otro de los elementos esenciales en su música, y del que se podría debatir mucho también, es la producción ¿necesitan Ghost una sobreproducción como la de Andy Wallace en ‘Prequelle’ para lograr el éxito? Indudablemente sí pues no resulta fácil ensamblar tal cantidad de capas en su sonido y tratar en casar la oscuridad con el Pop. Pero al mismo tiempo hay que recordar que ‘Opus Eponymous’ tiene un sonido más crudo y consiguió llamar la atención de propios y extraños.
Y aunque podríamos estar escribiendo de Ghost y ‘Prequelle’ durante mucho tiempo, me gustaría terminar haciendo referencia al artwork del disco pues resulta absolutamente catártico por el concepto, por la ingente cantidad de detalles que contiene y porque Zbigniew M. Bielak ha creado uno de los diseños, tanto de portada como de contraportada, más espectaculares que recuerdo.
Resumiendo, Ghost han grabado un álbum que les permite seguir creciendo a pasos agigantados, ampliar su fanbase y consolidarse como la banda de estadios de la próxima década, y sino al tiempo.
Marc Gutiérrez
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