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THE WHITE BUFFALO + XAVIER CALVET
12.07.2018, Sala Apolo, Barcelona
Promotor: Cooncert

Increíble. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un concierto como lo hice el pasado 12 de julio en la sala Apolo de Barcelona con The White Buffalo.

Llevaba esperando el concierto desde el 9 de diciembre del 2014, cuando acabó Sons of Anarchy, serie gracias a la cual descubrí a The White Buffalo.
Cuando acaba una serie solemos recordar la trama, la música de inicio, los personajes, capítulos que nos han impactado, etc. En muy pocas ocasiones, por no decir ninguna, recordamos su banda sonora. Pero gracias al gusto musical de Kurt Sutter, creador de Sons of Anarchy, aquellos que hemos amado y seguimos amando la serie recordamos por igual las aventuras y desventuras de la banda de moteros de Charming como su banda sonora, en la que destaca, sin lugar a dudas una banda en particular, The White Buffalo.

Un grupo liderado por Jake Smith que mezcla ritmos Country, Blues y Rock de manera magistral en sus composiciones rematadas con una voz de barítono que complementa a la perfección las melodías.
La cita era a las 21:15 pero dos horas antes del concierto ya había cola en la puerta del Apolo, días antes se había colgado el cartel de “no hay entradas”, y eso que tenía como “rivales” musicales el mismo día y en la misma ciudad a Jack White, Enrique Bunbury y Seasik Steve, que inauguraban la edición de este año del festival Cruïlla.

Mientras la gente cogía posiciones, Xavier Calvet intentó calentar el ambiente con sus canciones pero no consiguió conectar con el público, seguramente porqué las canciones que tocó eran demasiado lentas como para atraer la atención de los allí presentes.

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Con la sala llena hasta la bandera se posicionaron sobre el escenario Matt Lynott a la batería, Chritopher Hoffee al bajo y Jake Smith a la guitarra y voz. Una vez en sus sitios la peculiar voz de Jake, al grito de “one, two, a one two three” dio el pistoletazo de la salida al concierto.
Desde el minuto uno quedó claro que ese no iba a ser concierto más, iba a ser un gran concierto.
El motivo, muy sencillo, se notaba que las ganas que había encima del escenario de ofrecer un gran show eran incluso mayores de las ganas que había en pista por disfrutar del concierto.
La distribución de los músicos en el escenario, uno al lado del otro, incluida la batería, ayudó a que se creara una mayor complicidad entre ellos y el público.
El set list elegido también ayudó a crear una atmósfera especial, la combinación de canciones con más ritmo, que nos hicieron bailar, saltar y cantar, y temas lentos fue, para mi, perfecta ya que hicieron que el ritmo no cayera en ningún momento.

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Además las canciones lentas de The White Buffalo tienen la fuerza suficiente para que no desconectes ni un momento.
El único de problema con los temas más introspectivos fue la gente que se toma los conciertos como una fiesta de discoteca y en lugar de callar y disfrutar cuando el artista abre su corazón encima del escenario hablan y gritan faltando al respeto al cantante y a los que sí queremos disfrutar de la música, esto hizo que los primeros acordes de estas canciones fueran acompañados de los “shhh” del público para hacer callar a los maleducados. Por suerte cuando se daban por aludidos se conseguía crear la atmósfera que merecen esas canciones
Conforme avanzaba el concierto se notaba que los músicos estaban cada vez más cómodos, y cuando un músico está cómodo encima del escenario se nota, Cristopher Hoffee no dejaba de dar saltos con una sonrisa en la cara mientras acariciaba las cuerdas de su bajo, Matt Lynott nos ofreció un gran espectáculo a la batería con solos de gran calidad y tal fue la pasión que le puso Jake a su actuación que acabó rompiendo una cuerda de su guitarra.

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En la hora que llevaban de concierto ya nos tenían a todos en el bolsillo, solo tenías que ver las caras de felicidad que había entre el público y encima del escenario, pero cuando la conexión fue total fue con “Come join the murder”, la canción con la que acaba Sons of Anarchy, seguramente, el tema que más ganas había de escuchar. La comunión entre banda y público en ese momento fue total, daba igual que los móviles invadieran la sala para grabar la canción e impidieran ver el escenario con claridad, ese era el momento que todos estábamos esperando, un momento para cerrar los ojos y volver a ver a Jax Teller (protagonista de la serie) sobre su Harley, un momento para guardar para siempre en la memoria.
Si en ese momento hubiera acabado el concierto nos habríamos ido a casa contentos, pero aún había tela que cortar.
El show continuó con “Home is in your arms” que bien podría haber reversionado como “Home is in Barcelona” porqué Barcelona ya es su casa, tiene las puertas abiertas para volver cuando quiera. “Joe and Jolene” precedió a una de las canciones más bonitas de la banda, “I got you”, aquí pondré el único pero al concierto, me faltó el acompañamiento de la voz dulce de Audra Mae.
Tras “The whistler” y “The pilot” la banda se tomó un descanso para recuperar fuerzas para los bises.

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Jake volvió solo al escenario y se bastó de su voz, su guitarra y una canción tan oscura como bonita, “I wish it was true”, para regalarnos otro momento mágico. Sinceramente, por más que me guste esta canción, no esperaba que tuviera un recibimiento tan bueno como el que tuvo, todo el Apolo le hizo los coros, eso fue contagiando al artista que a medida que avanzaba la canción, empujado por la fuerza del público, iba imprimiéndole más y más fuerza a la canción, lo que hizo se acabara convirtiendo, sin lugar a dudas, en uno de los mejores momentos del concierto, solo superado por el ya comentado “Come join the murder”.

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Con el público rendido a sus pies, volvieron los compañeros de viaje de Jake para encarar la recta final del concierto, que tras “Damned” acabó con una de las canciones más festivas del grupo, “How the west was won”, que nos hizo saltar y bailar a todos.
El concierto acabó con la promesa Jake Smith de volver a Barcelona, se notaba que había disfrutado, es más creo que no se esperaba una acogida tan buena como la que tuvo.
Como he dicho anteriormente, Barcelona ya es su casa y esperamos que cumpla con su promesa y vuelva pronto.

Texto: Jordi Thormas
Fotos: Gerard Brull (https://www.facebook.com/gerardbrullphoto/)