Calificación del editor
Cuando una banda como Dragonforce lanza un trabajo titulado Extreme Power Metal, uno se acojona. Y mucho. ¿Significa que hasta ahora no habían hecho nada extreme? ¿Que consideran su discografía anterior como algo ligerito, suave y que ahora nos van a traer tralla de verdad? ¿Que van a tocar aún más rápido? Este nuevo álbum es 100% Dragonforce, pero no 150%.
DRAGONFORCE
‘EXTREME POWER METAL’
earMUSIC
Cuando una banda como Dragonforce lanza un trabajo titulado Extreme Power Metal, uno
se acojona. Y mucho. ¿Significa que hasta ahora no habían hecho nada extreme? ¿Que
consideran su discografía anterior como algo ligerito, suave y que ahora nos van a traer tralla de verdad? ¿Que van a tocar aún más rápido? ¡Cualquier día les da un parraque en el estudio!
Pero no. Podemos respirar tranquilos (como si eso fuera posible con semejante grupo). Este nuevo álbum es 100% Dragonforce, pero no 150%.
De hecho, su inicio, la tremenda «Highway to Oblivion», recuerda irremediablemente al que a día de hoy sigue siendo su gran hit: «Through the fire and flames» (no es osado decir que su inclusión en el videojuego ‘Guitar Hero III’ les dio un buen empujón hacia la fama).
Hay que remarcar que, en lo personal, nunca me han supuesto un problema las bandas que se acogen a una fórmula y la repiten disco tras disco. Si son capaces de seguir componiendo buenos temas, los fans siempre estarán de enhorabuena. Y eso, contentar a sus fans, Dragonforce lo hace a las mil maravillas con este ‘Extreme Power Metal’.
Velocidad endiablada, guitarras afiladísimas, vertiginosas y desconcertantes en muchos momentos, estribillos sencillos y coreables y un Marc Hudson que deja atrás definitivamente el estigma de ser “el nuevo cantante” y, tras 8 años en la banda, sin duda canta mejor que nunca.
Si bien es cierto, y por suerte, los británicos tienen tiempo de darse -y darnos- algunos respiros, como en «The Last Dragonborn», que cambia velocidad por una canónica épica medieval, «Remembrance Day», con esa estructura tan arquetípica a medio camino entre desfile y marcha militar o incluso el flirteo con el hard rock americano (ligeramente pasado de revoluciones) que se permiten en «Strangers». Pero nunca a costa de su verdadera identidad. ¿Qué, no? Escuchad «Troopers of the stars» sin que os dé un mareo. Si podéis. Y es que en su octavo disco de estudio, el cuarteto no está por la labor de lanzarse a experimentar con el avantgarde o el post metal (un día alguien tendrá que explicarme qué narices es eso, por cierto) o adentrarse en terreno desconocido. Dan la mandanga que prometen. Power. Metal. Extremo. Y punto.
Música al margen, los de mi generación soltarán una lagrimita con el diseño del CD y de uno de sus videoclips, ya que se han basado en la estética que tenían los juegos de la consola Mega Drive de Sega, llegando a hacer una carátula real con la portada del álbum (ah, los 90… cuántas tardes de pan de molde con Nocilla y toñas jugando al Street Fighter II).
Así pues, solo cabe destacar -y perdón por el topicazo de proporciones titánicas- que ‘Extreme Power Metal’ es un trabajo que gustará (mucho) a los seguidores fieles de Herman Li, Sam Totman y compañía y que no convertirá a los infieles en acólitos de las huestes dragonforceanas. Eso es asín, que diría aquél.
Por cierto, como cierre, y ruina, del LP, la banda se pega unas risas a costa de la versión de un tema pop / melódico archiconocido que no voy ni a nombrar. Porque no me gusta Celine Dion. Ni Titanic. Ni James Cameron. Ni la puñetera versión. Que os den, Dragonforce.
Daniel Ruiz
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