RHAPSODY OF FIRE – ‘GLORY FOR SALVATION’

RHAPSODY OF FIRE
‘GLORY FOR SALVATION’
AFM Records

No engaño a nadie, a estas alturas, si digo que la salida de un nuevo disco de Rhapsody of Fire (o Rhapsody en cualquiera de sus versiones y formas) es, para mí, motivo de alegría.

En esta ocasión, además, estamos ante lo que debería ser la consagración de este ‘nuevo’ quinteto comandado por el ínclito Alex Staropoli y encabezado por Giacomo Voli (de ‘La Voz’ al cielo). Porque sí, es innegable que ‘The Eighth Mountain’, primer trabajo oficial (‘Legendary Years no dejaba de ser un refrito) con el vocalista de Correggio, fue sólido y agradó a los fans, pero quedó lejos de los grandes hitos de una banda que aglutina algunos de los mejores LPs y temas de la historia del heavy/power metal.

Teniendo en cuenta todo esto, la trayectoria de Staropoli, la calidad de los músicos que lo acompañan y, por qué no decirlo, el enorme peso que supone cargar el nombre de Rhapsody y la responsabilidad que ello conlleva, seguramente no sea del todo justo enfrentarse a un trabajo como ‘Glory for salvation’. Por el agravio comparativo, claro.

Pero, qué narices, el metal, la música, se basa en emociones, en sensaciones, en momentos vitales (aunque hay quien, de forma respetable, prefiere ahondar más en cuestiones técnicas) e intentando liberar mi mente de prejuicios y abandonar mi propio bagaje con la historia de los italianos, me lancé a escuchar, no con voracidad sino con cierta distancia, un trabajo que, sin duda, me ha sorprendido y gustado a partes iguales.

Cabe destacar, para más inri, que el primer single que se pudo escuchar, ‘I’ll be your hero’, me dejó frío como un témpano (y, a la postre, por suerte, ha acabado siendo el tema más plano y ‘olvidable’ del álbum).

Sin embargo, podemos decir casi con rotundidad que lo que Staropoli y los suyos nos presentan en ‘Glory for Salvation’ es un ejercicio de brillantez al alcance de unos pocos.
Rhapsody lo hace, además, de forma inteligente; adentrándose en caminos que sabe que domina, que tiene bajo control, que puede recorrer con comodidad, esto es, moviéndose entre el power metal más clásico, la épica absoluta y la narrativa lírica y teatral que envuelve un conjunto, aunque con algún altibajo, en general, fantástico.

La sensación, en definitiva, que invade mientras el disco va avanzando, es la de estar recorriendo el camino con el protagonista, con el héroe. Las letras, llenas de valentía, garra, lucha, amor, decepción y redención, ayudan obviamente a ello.

De esta forma, mientras que el inicio con «Son of vengeance» apuesta descaradamente por la épica más coreable (con ese teclado casi militar y esos coros grandilocuentes), lo sucesivo se moverá, como decía antes, entre el power metal más canónico de «The kingdom of ice» y «Glory for salvation» y temas marca de la casa, que podrían encajar en casi cualquier trabajo previo, como el tremendo «Maid of the secret sand». Claro está, con la sorpresa de «Eternal snow» / «Terial the hawk», con las que Staropoli se deja mecer por un sonido folk que dista mucho de ser definitorio del quinteto pero que, a mi juicio, encaja a la perfección en la globalidad del LP.

Ahora bien, es en la segunda mitad donde llega el do de pecho. ¡Y de qué manera! «Abyss of pain II», que recoge el guante de la intro de «The Eighth Mountain», y que se convierte en el segundo tema más largo de la banda, es el resumen, la muestra, de las raíces clásicas que siguen inundando la música de Rhapsody of Fire y del propio Staropoli como compositor. Una ópera en sí misma. Una tragedia (desde el punto de vista narrativo) que te lleva, te estremece y te deja vacío al finalizar y que pasa, directamente, a mi top de temas favoritos de la banda.

De ahí, como decía, hacia arriba. Una dosis descomunal de heavy metal -power ballad incluída, ojo- que finaliza con otro HIMNO como es -será… al tiempo- «Chains of Destiny». Vello de punta.

Querría destacar también la labor del propio Voli. En la primera escucha del trabajo tuve la sensación de que sonaba poco heavy, de que su voz estaba muy escondida, tapada por una producción que casi había decidido dejarla en segundo plano. Y… nada más lejos de la realidad. Lo que han conseguido entre Staropoli y el propio Voli es aprovechar los casi infinitos recursos del bueno de Giacomo, no solo en lo vocal sino en lo interpretativo. Y es que estamos ante un cantante que es más, mucho más, que un tipo que puede gritar muy agudo. Puede emocionar, puede guiarte por el camino que dictan la letra y el ritmo, puede transmitir pasión y violencia con una naturalidad pasmosa. La labor de Giacomo Voli en ‘Glory for Salvation’ es SUPERLATIVA y, sin atisbo de duda, es mucho más vocalista e intérprete de lo que habíamos comprobado hasta ahora. Muestra inequívoca de madurez y de conexión orgánica con la banda.

Así pues, estamos ante un trabajo que presenta muy pocas fisuras, que, sin innovar en demasía, nos zarandea con calidad, con un sonido cristalino y con la fuerza y la épica que, a día de hoy, se exige a una banda como esta y a unos músicos como los que la componen.

Es posible que los laureles de Rhapsody (al menos, de la parte capitaneada por Alex Staropoli) ya nunca puedan lucir tan verdes como hace 20 años, pero hay motivos para ponerse en pie, levantar el puño, mover convulsivamente el cuello y sonreír con agradecimiento.

¡Por siempre Rhapsody of Fire!

Dani Ruiz