Calificación del editor
no estamos hablando de un músico cualquiera, ni de una banda cualquiera, ni de un disco cualquiera, ni de un legado cualquiera. Estamos hablando del jefe. Del puto jefe, de hecho. De Ross The Boss. Si no te gusta Ross the Boss, no te gusta el heavy metal. Y punto.
ROSS THE BOSS
‘BORN OF FIRE’
AFM Records
Siendo totalmente honesto, el disco que tengo hoy entre manos podría resumirse en cuatro simples palabras: heavy metal y punto.
Pero no estamos hablando de un músico cualquiera, ni de una banda cualquiera, ni de un disco cualquiera, ni de un legado cualquiera. Estamos hablando del jefe. Del puto jefe, de hecho. De Ross The Boss.
Y Ross The Boss, como banda, son YA y desde hace unos años, un espejo en el que los músicos que quieran hacer heavy metal de verdad deberían mirarse. Un cuarteto tremendo, que rebosa talento, claro, pero sobre todo dos aspectos que, para mí, son más fundamentales aún: actitud y carisma. ¿Qué tenemos cuando aunamos talento, actitud y carisma? Un discazo como este ‘Born of Fire‘, cuarto de la banda, que recoge la estela del espectacular ‘By blood sworn’ de hace un par de años y la lleva más allá si cabe.
Claro está que editar un trabajo como banda novel o como banda (o músico) consagrada es diferente a varios niveles; especialmente, por las expectativas. Las mías estaban altísimas, no voy a negarlo. Si, además, tienes la sombra de una obra como ‘By blood sworn’, la presión de hacerlo bien crece exponencialmente. Así pues, Ross the Boss han hecho lo que se debe hacer. Por una parte, mantener la línea firme de aquello que mejor saben componer y tocar y que saben que encanta a sus fans. Por otra, empezar ‘Born of Fire’ con toda una declaración de intenciones; una patada en la boca de las que te quitan el sentido durante varios minutos. «Glory to the Slain», el tema de apertura, te pone en tu sitio rápidamente y te deja claro qué te vas a encontrar de ahí en adelante. Además, genera esa sensación maravillosa que no sucede muy a menudo… te descubres a ti mismo, en la primera escucha, moviendo el cuello, el pie, el puño, y deseando tomar más de eso que te están ofreciendo… y que te está encantando.
Así discurre el disco. Temas densos, pesados y potentes (al loro con «The blackest heart») se entrelazan con auténticos mandobles sónicos, veloces e hirientes (a mi juicio, donde más destacan tanto la banda como el álbum); siendo la sección central -compuesta por «I am the sword», «Shotgun Evolution», «Born of Fire» y «Godkiller»- una maravilla, una descomunal oda al true heavy metal, ejecutada a la perfección y (tengo debilidad por las voces portentosas) con un Marc Lopes que se sale. Se sale del altavoz, el auricular, la pantalla… se sale de las tablas, se sale de la puta estratosfera impregnando su voz con una garra y una fuerza casi imposibles de describir.
Lo cierto es que he disfrutado el disco al 100% y no he encontrado altibajo alguno en las emociones que me ha transmitido. No he encontrado canciones que quiera pasar, ni me he aburrido con ninguno de los doce cortes. El chute de heavy en sangre que nos ofrece Ross the Boss es de 98 octanos y hace que quieras más y más cada vez.
‘Born of Fire’ es continuísta, sí. No innova (¡¿para qué!?), aunque realmente no creo que nadie busque una fórmula novedosa en una banda como esta ni en un disco como este. He escrito varias veces que no tengo problema alguno con que un grupo mantenga un estilo inamovible en sus trabajos si estos mantienen también la frescura y la calidad. Y, en este caso, así es. Pura potencia. Pura actitud. Puro carácter.
Estamos ante uno de los discos del año; una bofetada que, además, grita de fondo una sentencia que resuena alto y claro: Si no te gusta Ross the Boss, no te gusta el heavy metal. Y punto.
Dani Ruiz
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