Calificación del editor

Pain of Salvation vuelve a reinventarse con Panther y actualiza su catálogo sonoro sin perder ni un ápice de su estilo. Y lo hace crear una novela gráfica musical en la que Daniel Gildenhöw se cuela en la piel de aquellos que han de pelear cada día porque la norma ha establecido que ellos son “los diferentes”.

9
VALORACIÓN

pain of salvation panther

PAIN OF SALVATION
‘PANTHER’
Inside Out

Tres años han tenido que esperar los seguidores de la banda sueca para poder disfrutar de nuevo material desde su excelente ‘In The Passing Light Of Day’ (Inside Out, 2017). Si en aquella ocasión Daniel Gildenlöw nos hacía partícipes de lo que supuso para él poder escapar de las garras de la parca y nos brindó un disco conceptual en el que se abría y mostraba todas aquellas sensaciones y sentimientos, con este ‘Panther’ pasa a la acción y se mete en la piel de quien tiene que seguir luchando por mantener vivo su espíritu. Cada vez resulta más evidente que Pain Of Salvation es más un proyecto individual de Daniel que no un grupo en su concepto clásico. Si bien es cierto que la formación ha pasado estos años sin cambios desde la reincorporación a la banda de Jonah Hallgren, la grabación del disco ha sido trabajo de un solo hombre en el que, salvo las baterías de Léo Margarit y un solo de guitarra, todo ha sido compuesto, interpretado y grabado por Gildenhöw. Y es que da la sensación de que la idea sobre cómo debía sonar el disco la tenía muy clara, y que para que se pudiera reflejar en los surcos no había otra opción que encargarse de todo.

El disco comienza con lo que fue el primer adelanto, “Accelerator”, un tema en el que las texturas iniciales generan una agobiante sensación, recrean la opresión que el protagonista del tema está sufriendo hasta que la canción se abre y comienza su particular lucha a medida que aumenta la intensidad del tema. Los arreglos más propios de la música electrónica, que por otra parte son una tónica general en este “Panther”, demuestran una ambición por evolucionar y crecer en los amplios parámetros del prog metal. Es muy interesante la transición hasta “Unfuture”, donde recuperan la sonoridad más clásica con unas graves guitarras acústicas, potentes riffs y la expresividad vocal de Gildenhöw, en el que el ambiente distópico se mueve entre la densidad y la oscuridad siempre acompañada del excelente trabajo de baterías de Léo Margarit. Las nuevas sonoridades electrónicas vuelven con “Restless Boy” donde el continuo tic tac de un reloj va quedando oculto tras los ritmos y la modulada voz robótica de una forma calmada hasta que las guitarras y la batería irrumpen cuando menos lo esperas, transformando el tema en una curiosa mezcla en la que podrías reconocer elementos de grupos tan dispares como Depeche Mode, Meshuggah o Shinedown, y todo eso en apenas tres minutos de canción. Pero si hay algún tema en el que el sello clásico de Pain Of Salvation se pueda estampar es en “Wait”, una auténtica delicia donde destaca el inicio, con un piano en bucle haciendo sonar una hipnótica melodía mientras Gildenhöw usa el famoso auto-tune como un efecto (el que conozca la banda sabe que no necesita de un elemento así para afinar) para dotar a la voz de cierto tono oscuro y sombrío que contrasta con claridad del tema cuando rompe en el sencillo pero efectivo estribillo. Por supuesto los elementos electrónicos no desaparecen pero es, junto con “Icon”, probablemente el tema más puramente progresivo de los que componen el disco.
“Keen To A Fault” sigue un poco esa línea del sonido clásico de la banda aunque a más de uno la construcción del tema podría llevarle a pensar en alguno de los últimos trabajos de Anathema. Para el que escribe este es un tema de transición que es posible que pase algo más desapercibido, quizás por romper con la línea del disco. Eso sí, su letra refleja perfectamente la intención de ‘Panther’ de mostrar la continua lucha que los protagonistas de esta historia han de realizar por ser considerados “normales” en esta sociedad. Es posible que este vuelo bajo el radar sea buscado y deliberado, ya que tras “Fur”, un breve instrumental con ciertos aires a Danny Elfman, llega el tema que da título al disco. La introducción de “Panther” con bases electrónicas lo ponen como gran candidato a iniciar los (ojalá) conciertos de presentación. El scatting vocal que usa Daniel, propio del rap o hip hop junto con las afiladas guitarras hacen de este un tema cercano al nu-metal en alguna de sus partes, para pasar a la delicadeza de una voz limpia acompañada de un piano mientras repite “que se siente como una pantera en un mundo de perros”. Pero todas las historias tienden a terminar, y las contundentes capas sonoras de las que está compuesto este disco ceden el protagonismo a una intensidad más emocional con un par de temas que
podríamos decir que llevan la marca de la casa. “Species” con esa narrativa lírica que llevan brindando desde “Road Salt One” en la que pone de manifiesto algo que también suscribo, y es que a veces, cuando miras a tu alrededor, uno lo que quiere es cambiarse de especie.
Y al igual que en su último trabajo, el tema final queda reservado para uno de esas canciones que hacen que el tiempo se reduzca a la mitad mientras lo escuchas sin darte cuenta de que los trece minutos que dura ya han pasado. El contraste del bello pasaje de piano y las delicadas notas de bajo con la entrada de las guitarras y la batería le dan a “Icon” un cierto aire épico de tema de conclusión de una banda sonora.

Y es que ‘Panther’ no deja de ser la banda sonora de una historia en la que ese personaje que Gildenhöw ha creado representa y defiende las voces de todos los que han tenido que luchar por superar una dificultad tras otra y que tienen que enfrentarse a ella cada día. De hecho ya lo avisa en cuanto abres el libreto: “La normalidad no tiene cura”. Que Pain Of Salvation es el proyecto personal de Daniel queda muy claro desde ‘In the Passing Light Of Day’ en el que la enfermedad que estuvo a punto de acabar con él sirvió de inspiración y motivación para escribir el disco. En este ‘Panther’ es el autismo, que Gildenhöw conoce tan bien, el que sirve como hilo narrativo de esta historia. Quizá esa complejidad sonora que ha querido darle y el uso de elementos electrónicos sea lo que puede hacer que la primera escucha del disco resulte extraña, pero es realmente interesante ir descubriendo los diferentes matices y cómo es capaz de reflejar con su música sentimientos y sensaciones como la angustia o el miedo para acompañar las letras. Destacar no solo la música si no también el apartado gráfico y el diseño de su edición especial, en el que curiosamente no hay ninguna foto para mantener ese aire de cómic de superhéroes, sólo que esta vez el héroe es mucho más humano y cercano aunque por dentro sea una pantera.

Maese Leiva