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Con gran expectación por su próximo trabajo relacionado nuevamente con el AOR o rock melódico entrevistamos a Sergio Guillén Barrantes. Un dedicado periodista e incansable de la música, que combina sus pasiones cuando se vuelca en la escritura, la composición, la locución o la marca del ritmo a la batería. De buscador de tesoros musicales a hombre del milenio que domina los medios en la Red, cuenta en su obra con libros, revistas, programas de radio, podcasts, páginas web, canal de YouTube, ponencias, cuenta de Instagram, LPs, etc.
En esta ocasión le contactamos para que nos hable de uno de sus proyectos «AOR World», un manual para dummies sobre el género que fue publicado en 2018 por la Editorial Milenio y que está a punto de tener un hermanito.

Por Ymir Peiró
Fotografía: África Paredes

AOR World

EMPIRE MAGAZINE (EM): Buenas Sergio. Lo primero que te vamos a pedir es que resumas AOR World para una persona que aún no se haya topado con él.
SERGIO GUILLÉN BARRANTES (SGB):
AOR World es un viaje por la evolución del rock melódico; aunque, en lugar de hacer el trayecto por medio de la narración de su historia, me desplazo por sus diferentes décadas a golpe de análisis de álbumes que me parecen fundamentales. Y cuando me refiero a fundamentales, no quiero decir que necesariamente sean las obras puntales de un artista o banda –por lo general sí–, ya que igualmente hablo de discos de importancia capital por significar un cambio en el estilo concreto de un grupo o que marcaron el futuro de un conjunto. El decenio de partida son los años 70 y no paro el motor hasta llegar a la actualidad; es decir, el lector podrá hallar análisis de discos editados en cinco décadas diferentes. Además, en AOR World las siglas AOR se utilizan como término genérico en el que poder englobar la gran mayoría de vertientes que se entienden pertenecientes al rock melódico: soft rock, hard melódico, hi-tech, pomp rock, west coast, etcétera.

EM: ¿Cuándo o cómo decidiste que era necesaria una segunda parte? ¿Te hemos insistido mucho los fans de la primera?
SGB:
Hasta el momento, ninguno de los quince libros que tengo publicados (los podéis ver todos aquí: https://sguillenbarrantes.wordpress.com), trabajando para diferentes editoriales nacionales, han sido encargos. Me explico: cada proyecto parte de mi afán por tratar sobre unas músicas, unos discos o unos artistas que admiro y de los que llevo coleccionando y estudiando toda mi vida. En ocasiones he presentado a las editoriales dichas ideas en un estado embrionario; otras veces, los libros ya estaban medio escritos o terminados cuando he firmado el contrato de edición. En esta ocasión la cosa ha sido diferente y, efectivamente, han sido las palabras de ánimo por parte de los compradores del primer AOR World las que me han llevado a darle una continuación. Desde los iniciales días de venta, allá por las Navidades de 2018, los primeros lectores ya me escribían para pedirme análisis de bandas que no habían podido entrar en el tomo que editó Editorial Milenio. Y, de hecho, en diferentes espacios de las Redes Sociales creé encuestas para que los lectores pudiesen participar en parte de la selección de algunos de los elepés de formaciones que ya tenía claro que saldrían en el siguiente libro. El fin era agradecerles todas las muestras de apoyo y cariño que habían manifestado para con mi libro; incluso, durante meses publiqué en Internet las diferentes fotos que se hacían con la obra en cuestión. Reconozco que fue muy emocionante el ver una respuesta de ese tipo.

EM: ¿Cómo y cuándo tienes pensado sacar la segunda edición? ¿Qué vamos a poder encontrar en ella?
SGB:
Si se llega el 17 de enero, que es el final de la campaña de venta, al total presupuestado, únicamente quedarían cuatro pasos: terminar la escritura del libro –del que me faltan unas pocas reseñas–, realizarle la corrección, maquetarlo e imprimirlo. Los libros se enviarían a los compradores entre finales de junio y principios de julio de 2021. Para los interesados, comentar que la compra del libro solamente se puede realizar en la plataforma Kickstarter.com en este enlace: https://www.kickstarter.com/projects/aorworld2/aor-world-2-el-viaje-continua.
En cuanto a lo que podrá hallar el lector, es muy sencillo: otros doscientos análisis de álbumes pertenecientes a grupos o artistas que no aparecieron en el primer tomo.

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EM: Como no había tenido ocasión de preguntarte antes, me gustaría repasar algunos puntos del primer libro. Empezaré por preguntarte: ¿cuál es el álbum que más te fastidió incluir y cuál el que más te dolió dejar fuera?
SGB:
Mi segmento preferido de la historia del rock melódico en todos sus derivados va de los años 70 hasta antes del ecuador de los 90. El nuevo milenio ha traído un reverdecer de laureles para el género, y es algo que valoro sobremanera, pero no todo está a la altura que debiera. Cuidado, tampoco digo que fuese así en mis años predilectos; pero los porcentajes de aciertos eran mucho mayores entonces ya que en los 70 y los 80 no se tenía que ir a contracorriente.
En cuanto a fastidio por incluir un álbum, creo que no es algo que realmente sintiese pues a fin de cuentas soy yo el que selecciona. Pero, sin duda, al querer mostrar una imagen global y en la que se viesen reflejadas todas las décadas, sabía desde el principio que muchos elepés serían sacrificados por el bien del viaje total a las cinco décadas. Trabajos como: “In The Middle Of The Night” de Aerial, “Shaft The Light” de Airrace, “One Eighty” de Ambrosia, “Fine Fine Line” de Andy Fraser, “Aviator” de Aviator, “Images Of Forever” de Cannata, “Friction” de Coney Hatch, “The Nightfly” de Donald Fagen, “Liaison” de Liaison, “Spies Of Life” de Player, “Silk Degrees” de Boz Scaggs, “Never Say Surrender” de Red Dawn, y un larguísimo etcétera que, junto a estos discos, aparecerán en la segunda parte.

EM: Como persona seguidora del rock sureño me sorprendió toparme con bandas como Blackfoot o 38 Special. ¿Qué crees que tienen en común el rock sureño y el rock melódico para poder llegar a este tipo de mezcla?
SGB:
En ocasiones puede parecer que el southern AOR sale de la nada, del mero seguir la moda que rompe en las listas; sin embargo, las semillas llevaban sembradas desde el principio en muchos de los casos. No hablo de rock melódico como se lo conocería en los años 80, por supuesto, pero en los primeros discos de grupos como los Outlaws (esos estribillos de “Breaker, Breaker”, por ejemplo) o 38 Special (la muy melódica en su medio tiempo “Fly Away” de su álbum homónimo de 1977); por no citar directamente la labor de los Allman Brothers como formación referencial para mucho combo de southern rock. El trabajo de las guitarras, la importancia fundamental de las melodías incluso en los estribillos más desbocados. Por supuesto, todo aquello se llevó a su paroxismo con ciertos vinilos de southern AOR de los 80, aunque para muchas de esas bandas fue un movimiento fugaz sobre el tablero para a la postre regresar a las raíces del terruño.

EM: En otras entrevistas te han preguntado por las bandas sonoras, porque te declaras amante del cine, y por la sección que figura al final del libro. Admito que yo me inicié en este género con ellas (Survivor, Journey…). ¿Crees que las películas tienen esa misma influencia hoy en día? ¿Por qué?
SGB:
No, para nada. Eso no quiere decir que no existan en la actualidad directores que cuiden las bandas sonoras de sus películas. Pero lo crucial de aquellas bandas sonoras de los 80 es que reflejaban la música que se estaba grabando en esos momentos, además de que muchas de las tramas o los guiones podían casar perfectamente con lo narrado en las letras de estos grupos. Y no hablo únicamente de las canciones seleccionadas para las bandas sonoras, también me refiero al score completo, a los arreglos instrumentales que acompañaban a muchas de aquellas filmaciones. La suma tenía una producción y un fin muy similar, aunque no fuese todo necesariamente AOR. Fíjate en la banda sonora de un blockbuster como Top Gun: tienes a Cheap Trick, Berlin, Teena Marie o la Miami Sound Machine, por citar cuatro propuestas diferentes, y nada suena fuera de lugar.

EM: En los bises del libro incluías una de las bandas nacionales que más me han marcado: Hardreams. ¿Sigue en pie la voluntad de incluirla en el segundo libro? ¿Seguiría siendo «Calling Everywhere» el álbum escogido? ¿Nos puedes avanzar algo de las razones o es algo que dejas para la persona que lea el segundo tomo?
SGB:
Hardreams es un conjunto excepcional que descubrí precisamente en el año de edición de su “Calling Everywhere”. Yo por entonces dirigía la revista musical digital Renacer Eléctrico Music Magazine y nos llegó a la redacción este trabajo. Mi sorpresa fue mayúscula y tremendamente positiva. Puede que luego asentasen su sonido, pero aquel CD me sigue pareciendo muy significativo de lo que propone la apuesta –esto es a lo que me refería al principio: algunas de mis elecciones en la discografía de una banda tal vez descoloquen a parte de su afición, pero puedo asegurar que tienen su sentido y siempre explico las razones–.

SERGIO GUILLÉN

(Sobre AOR World 2) En esta ocasión han sido las palabras de ánimo por parte de los compradores del primer AOR World las que me han llevado a darle una continuación. Desde los iniciales días de venta, los primeros lectores ya me escribían para pedirme análisis de bandas que no habían podido entrar en el tomo que editó Editorial Milenio. El fin era agradecerles todas las muestras de apoyo y cariño que habían manifestado para con mi libro. Reconozco que fue muy emocionante el ver una respuesta de ese tipo. La compra del libro solamente se puede realizar en la plataforma Kickstarter.com en este enlace: https://www.kickstarter.com/projects/aorworld2/aor-world-2-el-viaje-continua.

EM: Con algunas de las formaciones y tantos cambios a veces cuesta ubicarse. ¿Has pensado alguna vez en incluir árboles genealógicos como se hace en las sagas literarias?
SGB:
Tienes razón, y es algo que ya me sucedió cuando me enfrenté a escribir sobre la historia de la música experimental y progresiva en los dos tomos de Radiografía del Rock Experimental que coescribí junto a Andrés Puente. Allí lo resolvimos organizando el libro por años –AOR World va por orden alfabético de bandas– y manteniendo ese timeline desde la fundación de cada proyecto a su desaparición o a su estado actual, si aún seguían en activo. En cada año podías leer lo que había hecho o lo que le había pasado a uno u otro grupo. Pero sí, lo del árbol genealógico de cada conjunto sería muy interesante; aunque solamente con ellos ya llenaríamos las doscientas páginas, pues hay nombres por los que han pasado o con los que han colaborado decenas y decenas de músicos.

EM: Aparte del libro, recientemente has lanzado un podcast, accesible en https://www.ivoox.com/perfil-aor-world-radio-show_aj_23489054_1.html, complementario a tu canal de Youtube https://www.youtube.com/c/AORWORLD/. ¿Tienes la intención de construir en AOR World un mundo multimedia?
SGB:
No era mi intención primera, pero entiendo que la iniciativa AOR World se pueda ver como un todo. Mi forma de escribir, de expresarme, de analizar la música, siempre ha sido muy concreta, siempre intentando crear una firma. Llevo veinticinco años trabajando en el periodismo musical y el tratamiento que le doy a esta disciplina sigue una línea muy clara que reconocerás tanto en uno de mis textos como en cualquier audio de mis programas radiofónicos. El canal de Youtube fue una idea loca. He hecho de todo en el periodismo, pero nunca me he tenido que enfrentar a una cámara. Fue un reto, aunque tampoco salgo tanto en los vídeos –me refiero a mi imagen–. No soy el protagonista, no soy un influencer, únicamente personifico al cicerone que te acompaña a la mesa, que te presenta el análisis que vas a escuchar; sí, un análisis que lleva mi voz también, pero en el que estás viendo imágenes de directos o videoclips del artista o grupo a tratar. De hecho, en un primer momento yo no tenía intención de salir ante el objetivo, pero entendí que Youtube marca otras reglas y hay que seguirlas, aunque únicamente sea para presentar tu proyecto. Yo ya tenía un canal en Youtube personal, pero su contenido era totalmente random. Subía desde vídeos que durante años he grabado a bandas en sus directos como tutoriales míos mostrando cómo se tocan diferentes canciones a la batería, al igual que teasers que montaba sobre mis libros; todo muy de estar por casa, sin importarme audiencias, días de publicación o cualquier otro dato de referencia relacionado con el flujo de visitas.
El canal de AOR World encuentra su nacimiento en la necesidad que siento de dar una continuidad al libro mientras llegaba o no la segunda parte. La editorial no terminaba de confirmar si publicaría la obra –al final sería que no–; yo veía que ya pasaba el primer año tras la edición de AOR World, seguía recibiendo mensajes preguntando por ese posible AOR World 2, y pensé que lo de Youtube podía ser un parche para que no se hiciese tan larga la espera. Desde su comienzo me planteé que debía tratarse al canal como a una suerte de programas sobre el mundo de la música AOR, como un espacio semanal televisivo que te podrías haber encontrado cual sección dentro de un magazine musical –si quedasen magazines musicales en la televisión y si en algún momento se hubiesen preocupado por el rock melódico–. Sin embargo, de mero “parche” el programa ha cobrado vida propia, por lo que de las iniciales audio reseñas se llegó a los rankings por años y a entrevistas de nombres como Jordi Castilla, el argentino Charlie Giardina, Hackers o Güru.
En cuanto a AOR World Radio Show, creo que era el paso lógico. Incluso pensé en ello antes del canal de Youtube. He estado más de quince años haciendo radio: comencé en Onda Mayor en los años 90 y luego pasé por emisoras decanas de Madrid como Radio Carcoma o Radio Enlace. Durante todo aquel tiempo dirigí y presenté espacios como el dedicado al rock/hard rock/metal “Despertar Eléctrico” (posteriormente titulado Renacer Eléctrico, que también sería el nombre de mi revista, aunque ya abierta a decenas de estilos musicales), el magazine cultural y musical “El Puente de Cassandra”, “Un Mundo Entre Dos Décadas” (versado únicamente en la música de los años 60 y 70) y “Discos Para Inquietos” (del que incluso llegué a escribir y publicar con la Editorial CastellArte un libro). Todavía entendiendo que era mi medio natural, veía que en las Redes Sociales la gente era más proclive a ver un vídeo de Youtube que a meterse en un enlace de iVoox o a esperar cierto día para escuchar en una emisora digital un espacio radiofónico. Por ello me decanté por Youtube. Sin embargo, sentía que faltaba la música. Hallé grandes problemas en Youtube únicamente por mostrar unos minutos de diferentes vídeos oficiales de las bandas –de la música ya ni hablamos, aunque fuese unos segundos de uso a modo testimonial–, y también me vi obligado a tener eso en cuenta a la hora de editar y montar las imágenes. Finalmente hace unas pocas semanas, y tras llevar desde 2011 sin hacer radio, comenzaron las emisiones de AOR World Radio Show; un espacio del que cada miércoles subo nuevo programa en iVoox y que, posteriormente, ya en horario de 22:00 a 23:00 los sábados por la noche, se emite también en Rockliquias Radio.

EM: ¿Qué tres bandas tótem (y su disco) recomendarías a una persona que no sabe de este estilo y lo quiere conocer?
SGB:
Parece una pregunta sencilla de contestar, pero claramente tiene su miga. Aunque en ocasiones el rock melódico pueda parecer un género estanco, no lo es; y como pasa con el rock progresivo, hay muchas variaciones, modos de entenderlo, subcategorías, afluentes o influencias que hacen que no todo el rock melódico se rija por unos cuantos estatutos inamovibles. De hecho, con los años he descubierto que hay amantes del AOR que no entienden el género si no es a partir de lo que se publicó en los años 80; es decir, no comulgan ni con las ideas musicales ni con las producciones de los 70. Al igual que también hay oyentes que aman el AOR pero no ven sus concomitancias con el pop, al igual que otros sí lo hacen. Nadie es mejor ni peor, pero lo cierto es que todo esto puede condicionar a una u otra persona a la hora de entrar en esta disciplina. Por eso, y aunque parezca muy trillada la respuesta, los nombres clásicos siempre suelen funcionar como primera invitación al género: el “4” o “Agent Provocateur” de Foreigner, “Turn Back”, “IV” o “Isolation” de Toto, “Eye Of The Tiger” o “Vital Signs” de Survivor, “Hi Infidelity” o “Good Trouble” de REO Speedwagon, “Escape” o “Frontiers” de Journey…

EM: ¿Qué 3 bandas en activo actualmente señalarías como las que están manteniendo vivo el género?
SGB:
Te voy a nombrar a tres bandas actuales que creo que ofrecen una muy interesante visión del rock melódico: los Hackers desde Las Palmas de Gran Canaria, el noruego Satin y los Palace del sueco Michael Palace.

EM: No puedo evitar preguntarte sobre uno de los cambios de vocalista más polémicos de los últimos días: en Sunstorm, sale Joe Lynn Turner y entra Ronnie Romero. ¿Qué te parece el cambio?
SGB:
Últimamente se ha creado un gran revuelo en las Redes Sociales sobre este respecto, y la verdad es que lo entiendo. Recuerdo que Joe Lynn Turner, precisamente hablando hace algunos años sobre Sunstorm, me dijo que él seguía aceptando muchas de las propuestas de músicos que lo contrataban vía internet para que pusiese voz en un disco o hiciese un dueto con ellos. Hay que comer y la vida del músico está cada vez peor; y no hablo de la actual crisis que ha traído la pandemia, que eso ya es totalmente descorazonador, me refiero a músicos que han visto que en el nuevo siglo no se puede vivir de lo que décadas atrás fue una profesión más que asentada. Romero ha estado en los últimos ocho años relacionado con nombres o bandas como Nova Era de José Rubio, Lords Of Black, Rainbow, The Ferrymen, Destinia de Nozomu Wakai, CoreLeoni e incluso Adrian Vandenberg. Entiendo que lo de Ronnie en Sunstorm habrá sido un ofrecimiento directo del capitoste de la casa Frontiers, Serafino Perugino; pero el fundador del sello italiano no se ha percatado de que esta clase de jugadas en ocasiones pueden llegar a dañar la credibilidad de un proyecto de este tipo –sobre todo cuando están asociadas a un nombre, a un registro vocal y a una figura en concreto de tanta relevancia como la de Turner–.