Graspop es sinónimo de festival al aire libre, de experiencia y calidad; lleno de metal, hardcore o hard rock por todos lados. Si el año pasado nos sorprendían con una jornada más, este año, para nuestra suerte, han vuelto al formato normal. Situado muy estratégicamente entre Holanda, Alemania y celebrado en Bélgica, los visitantes del festival se encuentran repartidos entre todos los países con poder económico suficiente para visitarlo, no nos olvidemos que el poder económico también dirige los eventos musicales como éste que, analizado en su conjunto, sale mucho a cuenta el visitarlo.
Jueves
Como en todos los festivales con cierto rodaje siempre hay una jornada de bienvenida, Graspop no es menos, y por lo que veo cada año se va asentando de una forma firme este día. Al final tendremos otra jornada igual, pero yo creo que cuatro días es más que suficiente para disfrutarlo en toda su amplitud. El año pasado, que casi fueron cinco, ya fue un poco demasiado para el cuerpo.
Los primeros que pude ver fueron esos clásicos de la NWOBHM, Raven. Supongo que están pasando una cuarta o quinta juventud. El trío funciona con su heavy metal clásico y siempre hay momentos especiales en sus conciertos. Aunque fueron relegados a segunda división en su momento, siempre han conservado un carisma especial, y no lo negaré, tienen grandes canciones que fueron compuestas hace muchos años y que tienen vigencia hoy día. Otro tema es lo nuevo, que más bien es para olvidar, pero como basan sus directos en lo antiguo, bien.
Ese día tampoco es que me interesara mucho lo que había dada mi animadversión al Metalcore. Decidí terminar con unos minutos de ese refrito de Pantera que se han montado Phil Anselmo & The Illegals. Noté de buen inicio que ese día Phil lo llevaba un tanto torcido y por eso ya te puedes esperar lo peor, con Pantera le sucedía lo mismo. Phil y los suyos tocaron temas de esa banda tan querida que nadie, ni él, puede levantar con dignidad a día de hoy. Una verdadera pérdida de tiempo, no aguanté mucho sus devaneos y, por lo tanto, di por terminada mi toma de contacto con el festival ese día.
Viernes
Empezar la jornada con los de San Francisco es siempre una garantía de éxito, Death Angel no tuvieron demasiado tiempo y además tuvieron problemas técnicos, pero eso no quita que su concierto de minutaje reducido fuera más que notable. Me gustó que a pesar de todo confíen en su nuevo material ya que es muy fácil recurrir a lo clásico en conciertos tan cortos, pero ellos siempre han estado a un nivel muy superior a sus contemporáneos. Gran inicio de jornada.
Luego venía Glenn Hughes y su banda de versiones de Deep Purple. La verdad es que poco se diferencia esta banda de lo que se le podía ver antes de esta gira, mucho Purple, bien interpretado, con una voz prodigiosa que con el paso del tiempo va decreciendo en ciertos aspectos, pero disfrutable, al menos esta vez ya estaba anunciado que todo era Purple.
Los siguientes que pude ver fueron Testament. Con una formación de lujo, solo nombrar a Di Giorgio y Hoglan son un caso aparte, estuvieron muy bien pero Chuck Billy no está del todo bien como años antes, se le nota cascado. Suerte de sus compañeros, que forman una cuadrilla imparable de Thrashers.
Y llegado este momento, les siguieron los de Nueva York, Anthrax. Sinceramente eran una banda que me gustaban muchísimo pero con el paso de los años, y por culpa de Belladona y las ausencias de Benante, hicieron decrecer mi interés por ellos. Pero para nuestra suerte, en este concierto sí estuvo Benante y solo por rescatar un tema como “Now, it’s dark” me ganaron. Yo el primero en quedarme sorprendido.
Llegaba un momento especial en el festival, la primera y última actuación de Lynyrd Skynyrd en Graspop. Era la gira despedida y por ello había mucha parte emocional en este concierto, una de las bandas precursoras del Southern rock nos dejaba y creo que todos los que estuvimos viéndoles sabíamos muy bien lo que sucedía en cada segundo y en cada tema de este gran concierto de los Skynyrd.
Rápidamente para dejar un poco de lado los sentimientos de falta que nos invadirán en ciertos casos como éste me voy a ver a unos jefes absolutos del Punk rock crust como Discharge. Ya llevan años con ese nuevo vocalista que borda sus conciertos de una forma realmente espectacular, un crack en esto de Punk rock, conexión y música básica y bruta a partes iguales.
Y qué decir de los que para mí y para muchos fueron los cabezas de cartel de la jornada, con una despedida que recorre toda Europa, ahora tocaba Bélgica. Slayer no desfallecen en ningún momento, se despiden por todo lo alto y lo demuestran en cada uno de sus conciertos que también son especiales desde el primer segundo.
Un setlist muy estudiado y milimetrado pero que satisface a sus seguidores y no tanto, impactantes esta vez al utilizar como nunca pirotecnia y visualizaciones que forman parte conceptual de un concierto estremecedor como siempre. Muy grandes Slayer, da igual donde se les haya podido ver, no han dejado títere con cabeza. Yo lloro su ausencia…
Texto y fotos: Joaquim Valls
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