Calificación del editor
El camino de Burning Witches no ha hecho más que comenzar. Tienen fuerza. Tienen carisma. Tienen talento. Tienen valor. Y tienen 3 discos, 'Dance with the Devil' incluido, que nos hacen presagiar un futuro muy exitoso para ellas. Así que, cuernos arriba, headbaning a tope y larga vida a Burning Witches.
BURNING WITCHES
‘DANCE WITH THE DEVIL’
Nuclear Blast
Hay bandas que gozan de una popularidad inmediata. De un ascenso meteórico en el que apenas hay margen entre el inicio y el pelotazo mainstream. La mayoría de estos casos están cimentados en agresivas estrategias de márketing y publicidad y en un fondo económico que lo hace todo más fácil desde el principio. Música supeditada a imagen. A diseño. A ventas. Como Ghost, vaya.
Por el contrario, otra serie de grupos se labran su trayectoria picando piedra. Trabajando de verdad, machacando autobús y carretera, dándolo todo en el local de ensayo y, por supuesto, en cada escenario en el que ponen pies e instrumentos. La sangre, el sudor y las lágrimas de los “currantes del metal” que tanto nos gustan y con los que tanto empatizamos. Y es que, no obstante, forman parte de la imaginería colectiva que nos envuelve. En este grupo, seguramente, estarían Burning Witches. 5 titanes del heavy metal afincadas en Suiza que, paso a paso y con algunos retoques respecto a la formación original, van labrándose un más que prometedor futuro (y esplendoroso presente, qué narices) en esto de patear culos haciendo puro heavy metal.
De esa fuerza nace su tercer trabajo, ‘Dance with the Devil'; primero con Laura Guldemond (ex-Shadowrise) a las voces, consiguiendo dar (casi) en el clavo.
Es de recibo puntualizar que este trabajo tiene dos filos. Es asimétrico, por así decirlo. Los temas en los que destaca son aquellos que, precisamente, desprenden más potencia. Esa potencia conseguida, sobre todo, a través de la velocidad y la épica. Por eso, martillazos directos al cerebro como «Lucid Nightmare», «Six feet underground», «The sisters of fate» o «Threefold Return» (¿el mejor estribillo de Burning Witches?) funcionan a la primera. Entran fácilmente, te impregnan y ya no puedes desprenderte de ellos. Y, por eso también, ‘Dance With the Devil’ flaquea en los pasajes más pesados, menos hirientes. Como si el motor estuviera pidiendo aumentar de marcha y, al no hacerlo, el quinteto fuera ahogándolo poco a poco. Muestra exagerada de ello es la decisión de incluir «Black Magic», una balada (power ballad y todo eso, sí…) que parte el álbum por la mitad y hace que te sientes en el sofá cuando llevabas un rato saltando y agitando el cuello como si quisieras una excusa para visitar al fisioterapeuta. Es decir, mal.
Pero no me gustaría que se me malinterpretase. Todo fan del heavy metal debería echarle una escucha y todo fan de “las Witches” debería comprarlo con los ojos cerrados, porque no se arrepentirá en absoluto. Al fin y al cabo, no todos y cada uno de los discos que edita una banda han de ser siempre el Santo Grial, y no sería justo obviar que estamos ante un trabajo sólido, más que correcto, que quizá adolece de esa falta de ritmo y garra que ya son marca personal del grupo pero que nos da un puñado de temas que SEGURO sonarán en directo años y años. Un disco, en definitiva, disfrutable, con momentos 100% heavies (ojo con «The sisters of fate», un himno en ciernes), basado en melodías férreas y profundas que funcionan la mar de bien. Podríamos decir, quizá, que el 70% del disco raya a gran altura -incluso el cierre, una canónica versión del «Battle Hymn» de Manowar-, mientras que el 30% se queda en la cuneta.
Por lo tanto, queridos amigos y amigas, que nadie lo dude ni un segundo. El camino de Burning Witches no ha hecho más que comenzar. Tienen fuerza. Tienen carisma. Tienen talento. Tienen valor. Y tienen 3 discos, ‘Dance with the Devil’ incluido, que nos hacen presagiar un futuro muy exitoso para ellas.
Así que, cuernos arriba, headbaning a tope y larga vida a Burning Witches.
Dani Ruiz
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