MOONSPELL + SEPTICFLESH
@Razzmatazz2, Barcelona, 25/03/15
Promotor: Madness Live!

Hacía mucho tiempo que estaba marcada esta fecha en el calendario por ser uno de los carteles más atractivos de lo que llevamos de año. El evento era de auténtico lujo para los amantes tanto del metal más sinfónico y técnico como del más gótico y elegante. Y, como no podía ser de otra manera las dos bandas, tanto griegos como portugueses, con sendos nuevos discos bajo el brazo para poder presentar ante el público barcelonés.

Seamos sinceros, Portugal y Grecia nunca han sido, ni lo serán, grandes exportadores de bandas de renombre pero, con el tiempo, han sabido colocar a dos de sus mejores representantes en el olimpo del metal europeo. Es por esto que, debido a su constancia, calidad y cercanía con su público, han hecho que Moonspell y Septicflesh no sean desconocidos dentro de este mundo para casi nadie.
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El aspecto de la sala, minutos antes de la descarga de Septicflesh, era el mismo de siempre desde hace años. Hasta la mesa de sonido, a rebosar de público expectante y, de ahí para atrás, espacio, mucho espacio… Con los años, uno se da cuenta de que Moonspell, en este caso, ya que eran los cabeza de cartel de este “Road to extinction Tour 2005 Part 1”, nunca serán “grandes” como por ejemplo bandas del estilo como Paradise Lost o Tiamat y siempre tendrán esa etiqueta de “infravalorados” aunque, como pudimos ver una vez más en Barcelona, siempre que los portugueses nos visitan, su público no suele faltar a la cita.

La apabullante descarga de Septicflesh sirvió para presentar en público a su nueva bestia parda tras los platos, que no es otro que Kerim “Krimh” Lechner (ex-Behemoth, ex-Decapitated) sustituyendo a Fotis Benardo y que demostró ser un auténtico metrónomo andante. Impresionante la destreza, habilidad y rapidez que demostró el joven Krimh. A su vez, el papel de guitarra rítmica esta vez fue asumido por Psychon, sustituyendo una vez más al gran Sotiris Vayenas.
El show de los griegos duró una hora de reloj y basaron su repertorio, básicamente, en sus tres últimos trabajos: “Communion”, “The great mass” y, el último, “Titan”. Arrancaron con “ War in heaven” tema que abre el fantástico “Titan” y, desde el primer momento, tanto sonido como actitud fueron impecables. Seth Siro, a la voz y bajo, sabe como nadie liderar una banda que en todo momento se mostró calculadora e imponente en directo. Tras la primera carta de presentación de “Titan”, le tocó el turno a la veloz “Communion”, que aceleró el corazón de muchos y abrió los ojos como platos a aquellos que aún no los conocían. Obviamente, la propuesta de llevar al directo la música de Septicflesh con instrumentos de cámara incluidos es una apuesta costosa, pero deberían planteárselo, aunque fuera en pequeño formato, porque si hay algún “pero” en su directo es la abultada cantidad de música pre-grabada que existe. Objeciones a un lado, los griegos seguían destrozando nucas con temas como “Order of Dracul”, “ A great mass of death” o la vitoreada “Pyramid God”. Tras interpretar “Titan” y “Prototype”, turno para uno de sus últimos buques insignia, “The vampire from Nazareth”, donde Krimh demostró por qué se ha ganado el puesto como batería en la banda helena. Simplemente bestial y mareante la manera de tocar que posee este chaval. Para finalizar, trío de ases con “Lovecraft´s death”, la conocida “Anubis” y “Prometheus”. Un diez para la actuación de unos Septicflesh cada vez más reconocidos pero que olvidan su pasado discográfico limitándose tan solo a los últimos tres álbumes de estudio. Ni tanto, ni tan poco.

Cambio de equipo, de tercio y de estilo musical.

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Sonaba “Love you to death” de los grandes Type O Negative por orden expresa de la banda, cuando fueron apareciendo, uno a uno, Mike, Don Aires, Pedro, Ricardo y Fernando para tomar posiciones. Sonaban, grabados, fragmentos de la cabaretera “La Baphomette” del último disco cuando atacaron sin aviso con la fantástica “Breathe (Until we are no more)” también del reciente “Extinct”. Luces azules, una puesta en escena enigmática y muy cuidada visualmente. El kit de batería de Mike Gaspar tras un enorme cráneo astado, Pedro Paixao al teclado y sin ejercer de guitarra rítmica al más puro estilo Tuomas Holopainen, Don Aires Pereira al bajo en la izquierda sin parar de moverse durante todo el show, Ricardo Amorim a la derecha, sobrio y distante como siempre, como único guitarra y el imponente Fernando Ribeiro como maestro de ceremonias. Tras “Breathe”, que sonó un tanto fría, turno para “Extinct”, tema que da nombre a su undécimo trabajo, en el cual han retomado la senda de discos como “Irreligious” o “ Sin/Pecado” pero sin perder su característica agresividad. En definitiva, “Extinct” es la combinación perfecta entre el pasado y el presente musical de Moonspell.

Turno para la dura “Night eternal”, única representante del disco con el mismo nombre en la que un desganado Ricardo Amorim apoyaba a Fernando en los coros guturales sin mucha efectividad. Fernando, con la cercanía que le caracteriza se negó, una vez más, a hablar en inglés ante el público y lo hizo en un español cada vez más perfeccionado. Así pues, nos hizo retroceder hasta el año 1996 cuando “Irreligious” llegó a lo más alto, para presentar el escueto “Opium”, que sigue levantando pasiones como en el día de su publicación. “Opium” sin “Awake!” no es concebible, así que el tercer tema de “Irreligious” enganchó al segundo, construyendo la pareja de temas perfecta.

Dejamos atrás 1996 para volver a nuestros días y descubrir como suena “Extinct” en directo, esta vez de la mano del primer tema que dio a conocer la banda a través de las redes sociales: “The last of us”, el cual suena elegante, refinado y gótico como sólo ellos saben hacer. Como si de unos enérgicos The sisters of mercy habláramos, Moonspell interpretaron la oriental “Medusalem” con un descaro y vacile propio de bandas curtidas en mil batallas teñidas de negro. Como nota negativa, en “Medusalem” el micro le jugó una mala pasada a Fernando, dejando de sonar en unas cuantas ocasiones y donde el portugués, en un ataque de rabia, acabó por estrellarlo contra el suelo. Una vez solucionado el problema, tiempo para uno de los temas más representativos de “Extinct”, “Funeral Bloom”, donde Fernando se dejó la voz literalmente,  alternando como un maestro voces limpias con guturales. Si hay un tema que represente el actual sonido de los portugueses, éste tiene todos los números, al fusionar a la perfección dos estilos tan contrarios como el metal más pesado y el gótico de corte más elegante.
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Los majestuosos teclados de Pedro Paixao inundaron la mediana Razz2 con el inicio de “Malignia” tema donde, una vez más, Fernando demostró que su elegante y profunda voz no ha perdido ni un ápice de calidad y personalidad en todos estos años de carretera. Uno de los clásicos atemporales, “Mephisto”, no podía faltar en esta oscura ceremonia, reivindicando una vez más a “Irreligious” como piedra angular en la discografía de la banda.

Con “The future is dark” llegó uno de los momentos más mágicos de la noche. Tema con una notable carga de emotividad musical y lírica donde Fernando, como letrista, abre su alma y narra sus miedos como padre a su propio hijo y donde la vida, la muerte y los sentimientos paternales salen a relucir. Precioso final donde Ricardo, durante el lacrimógeno solo de guitarra final, se ve cubierto de copos de nieve en una melancólica imagen que costará olvidar. Cuidada puesta en escena para el que es para mí el mejor tema de la banda desde hace muchos años. Casi sin tiempo para respirar profundamente, “Domina” nos volvía a poner de nuevo la piel de gallina, conectando emocionalmente con la anterior “The future is dark”, con un Ricardo espléndido a la guitarra hablando a través de ella literalmente con unos solos estremecedores.

Después de la dosis emotiva, turno para el disco de la portada de los lobos. “Vampiria” no podía faltar a la cita provocando, como siempre el delirio por parte del público, lo mismo que con la folclórica “Ataegina” que logró, una vez más, hacer saltar y bailar a toda la sala. Para antes de los bises, Fernando presentó “Alma Mater” como el tema que les abrió las puertas de Europa. Himno donde los haya.
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Tras el parón de rigor, grandes tragos de agua, toallas secando el abundante sudor y de fondo, “Wolfshade (A werewolf masquerade)” destrozando gargantas y cuellos a la par mientras los majestuosos teclados de Pedro nos invitaban a su personal jauría de lobos. Muy a nuestro pesar, el generoso repertorio de Moonspell tocaba a su fin y los que bien los conocen saben que con “Full Moon Madness” se baja el telón. Fernando daba las gracias a todo el público asistente por haberse acercado un miércoles a la sala dejando, por unas horas, a un lado obligaciones laborales y estudiantiles.

Personalmente, creo que ha sido uno de los shows de los portugueses más compactos, personales y maduros que he visto de ellos en muchos años. Una banda que gana cada vez más matices en directo y que, en estudio, están demostrando tener inspiración para bastantes discos más. En lo extra-musical cabe decir que, como siempre, la banda fuera del escenario sigue siendo la misma banda cercana y amable que nunca dice no a una foto o a firmar discografías completas si se tercia; algo de lo que no pueden presumir muchas bandas. Por esto y por mucho más, ¡Larga vida a los lusos!

Texto: Jero García
Fotos: Irene Serrano