Motorhead y Judas Priest en Chile
05 de Mayo / Movistar Arena
Por: Patrick González Córdova
Cortesía: Necrosystem.cl
Fotografía: Sebastián Domínguez Urzúa
Judas Priest con Motörhead fue una jornada histórica. Dos de los grandes exponentes del rock y metal dieron catedra hace unos días, demostrando que, aunque pasen los años, siguen teniendo plena vigencia. Antes de empezar la review comento que, por motivos laborales, no logré llegar a tiempo para cubrir la presentación de Inquisición. Lo lamento.
Cerca de las 20h00 sale al escenario Motörhead y se despachan «Shoot you in the Back», despertando de una al público, el que constantemente gritaba el nombre del grupo o de Lemmy.
El sonido partió de menos a más, hasta llegar a un punto bastante bueno, donde todo se podía escuchar muy bien, aunque como es común en un recital de Motörhead, el volumen era muy alto, ideal para quedar con sordera. Había bastantes dudas sobre cómo lo haría Lemmy (recordemos sus problemas de salud y la cancelación de su show en Monster Of Rock, Brasil), pero a pesar de todo sacó la tarea. Es cierto que al principio se perdió en ciertos momentos o cantó a destiempo y ciertamente se veía un poco cansado, pero fue mejorando paulatinamente, llegando al nivel que uno espera de él. Además, Phil Campbell hizo correcto su trabajo y fue bastante comunicativo con el público. Por último, no podemos olvidar a Mikkey Dee, un baterista excelente (y que se marcó un tremendo solo).
Tocaron 1 hora y 20 minutos, donde pudimos escuchar grandes temas como “Going to Brazil”, “The Chase is Better Than the Catch”, “Rock It”, “Stay Clean”, “Doctor Rock”, “Ace of Spades” (donde el público se volvió loco) y “Overkill”, tema con el que cerraron. Sin duda fue un buen set-list, quizás algo trillado pero donde incluyeron temas novedosos para lo que tocan usualmente.
Probablemente, esta sea la última vez que veamos a Motörhead en Chile, así que afortunados los que estuvieron ahí. No fue la mejor presentación de ellos en Chile, pero fue muy buena. Aparte, ver a estos monstruos del rock es toda una experiencia, donde la simpleza y actitud hablan por sí solos. Tal como dice Lemmy en el comienzo de cada concierto; “We Are Motörhead And We Play Rock ‘n’ Roll”.
La mayor leyenda del Heavy Metal, Judas Priest, sigue mostrando lo vigente que se encuentra, ya que el año pasado sacaron el disco Redeemer of Souls, un muy buen trabajo donde siguen manteniendo en alto el nombre del grupo.
Eran las 22h00 y comenzó la intro con “War Pigs” de Black Sabbath pegada con“Battle Cry”. Después de esto, cambio de luces, gritos de los presentes y la banda toca «Dragonaut», canción de su último trabajo. El sonido fue mejor que en Motörhead, con una calidad y claridad excelentes, además de tener el volumen preciso.
Tenía unas expectativas con el show de Judas Priest que se cumplieron de manera cabal. Partiendo por Rob Halford, que a pesar de los años sigue cantando como los dioses. Es cierto que sus agudos ya no son los de antes, pero ahora los ocupa en los momentos precisos y el resto del tiempo sigue usando su clásica voz, la cual mantiene con gran calidad, Asimismo, su manejo en el escenario es único. Por el lado de las guitarras, ¡tremendo! Glenn Tipton se mueve menos que antes, pero su interpretación sigue siendo increíble. Sus riffs y sus solos siguen siendo idénticos a los de estudio (cosa que muy pocos guitarristas pueden hacer), y aunque lleva décadas tocando, sigue ejecutando con una maestría única.
Y qué decir de Richie Faulkner, que a pesar de cargar con la pesadísima mochila de ser el reemplazante de K. K. Downing, su labor es tremenda. De hecho, me impresionó bastante, más que cuando vi a Priest el 2011. Toca como los dioses, respeta los solos originales pero agregándole su personalidad y tiene un excelente desplante escénico. Sin duda, es como una versión joven de K. K., y dudo que pueda existir mejor reemplazante que Faulkner. Eso sí, no todo son guitarra y voces, ya que Scott Travis es un gran baterista, que mantiene de manera excelente las estructuras de los temas, lo mismo que Ian Hill, el único miembro que ha permanecido en toda la carrera de Priest, además de dar una muralla con ese bajo.
Una de las cosas positivas de Judas Priest son sus set-list, donde siempre meten temas novedosos, sin dejar de lado sus mayores clásicos y el material más nuevo. “Halls of Valhalla” y «March of the Damned” mostraron lo más nuevo; “Jawbreaker”,“Love Bites” y “Devil’s Child” fueron innovaciones e himnos como “Beyond the Realms of Death”, «Turbo Lover”, “Metal Gods”, “Painkiller”, “Victim of Changes”, “The Hellion (la mejor intro del metal, así de simple)/Electric Eye”,“Breaking the Law”, entre otros, son muestra de lo mejor del catálogo del grupo.
Quizás sea un poco obvio decirlo, pero Priest recibió una inmensa respuesta de los presentes, algo que se podía ver en la cara de los miembros del grupo. Definitivamente, fue una presentación redonda, donde es difícil pillar puntos bajos. En lo personal, quedé muy satisfecho; Judas Priest tiene demasiadas piezas maravillosas. Finalizando, espero que vuelvan a Chile, porque son increíbles en vivo, y porque al grupo aún le queda harta cuerda.
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