TOUNDRA + ALCEST + JARDIN DE LA CROIX + VIVA VELGRADO
30/04/2016 Barclaycard Center ( The Box ), Madrid.
Promotor: Holy Cuervo, Madness Live! Prods

Toundra llevan años ocupando portadas, espacios radiofónicos y televisivos, escenarios por todo el país incluyendo los más importantes festivales, y siendo protagonistas de muchos y diversos debates musicales. Ellos encabezan, desde hace un tiempo y a base de mucho trabajo y esfuerzo, ese estilo llamado Post-Rock tan popular últimamente, incluso entre un público al que no le interesaba en demasía esto del Rock y el Metal.

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Así que, para finalizar la extensa gira española que les ha llevado por incontables ciudades presentando su flamante “IV”, su disco con mayor número de ventas si no me equivoco, a los madrileños se les antojó despedir esta gira a lo grande, en su ciudad y en un inmenso Palacio de los deportes (ahora Barclaycard Center, nombre horrible, por cierto) junto a tres bandas relacionadas con ellos como eran los cordobeses Viva Belgrado, Jardín de la Croix y los franceses Alcest.

Obviamente, el Palacio estaba acotado a la mitad, ¿o alguien pensaba que un estilo musical como este reuniría a 15.000 personas? Ya lo harían Muse a la semana siguiente…

Lo de la pasada noche fue dedicación, ilusión y riesgo, los únicos factores culpables de una noche inolvidable para bandas y público. Hay cosas que hay que hacerlas sí o sí, y Toundra han sabido hacerlo en uno de los mejores momentos de su carrera, si no el mejor. Arriesgaron, apostaron y ganaron.

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 A las siete y media de la tarde y cumpliendo con los horarios programados, salían a escena los cordobeses Viva Belgrado con su Post-Rock apocalíptico y enérgico y con la desquiciante voz de Cándido Gálvez como hilo conductor y discordante a la vez. A medida que la banda iba descargando con más intensidad temas como la inicial “Báltica”, “De carne y flor” o “Archipiélagos”, el Barclaycard Center empezaba a acoger a más y más gente mientras miraban atónitos la estridente descarga de Viva Belgrado, quienes durante la media hora escasa de actuación dejaron anonadados a gran parte del público.

Jardín de la Croix poseen talento como para llegar a donde han llegado Toundra o más aun si cabe. Técnica y virtuosismo de vértigo son las señas de esta potentísima banda que suena aún con más pegada en directo, comparado con el estudio, especialmente quienes se sustentan en los vertiginosos tappings de guitarras dobladas por parte de Ander Carballo y Pablo Rodríguez además de las impresionantes líneas de bajo de Nacho Hernández. Si a todo esto le sumamos un impactante y efectivo juego de luces y la energía de sus miembros en vivo da como resultado una descarga que, si bien no sonó lo nítida que merecía, resultó apabullante.

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Alcest era la banda “rara” en este mini-festival y a priori menos conocida por la gran mayoría, ya que su propuesta no encajaba demasiado con la fiereza de Viva Belgrado, Jardín de la Croix o Toundra, bandas que provienen de otras sonoridades alejadas del Shoegaze con tintes blackmetaleros de los franceses. Cuando Alcest salieron, tímidos, a escena bajo un manto de humo azul, el madrileño recinto ya presentaba un lleno considerable. A Neige lo de ser frontman le va grande, siempre le ha ido, y si a su melancólica propuesta le sumas sus quehaceres en el escenario pues queda lo que quedó, una descarga descafeinada y falta de pegada que solo convenció a los más acérrimos de la banda entre los que me incluyo, pero reconociendo que la intensidad musical sobre el escenario disminuyó notablemente.

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Que sí, que estuvieron mucho mejor que en el primer Be Prog! My friend Festival, pero ni las guitarras sonaron con la distorsión que debieran ni supieron llegar a un público al que les llegaron a resultar pesados. A pesar de eso, fue inevitable disfrutar y dejarse el cuello con “Percées de Lumière” uno de los momentos álgidos del concierto, “Autre temps”, “Souvenirs d’un autre monde” o la que cierra su último de estudio, “Délivrance”, con Neige solo en el escenario, despidiéndose.

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Y tras Alcest llegaba el plato principal de este exquisito menú servido en uno de los sitios más selectos de Madrid para la música en vivo. Tras muchos meses de trabajo, veíamos cómo subía el telón del concierto más ambicioso que han dado nunca Toundra hasta la fecha.

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Sabíamos que iban a estar acompañados por una orquesta, lo que no sabíamos era que esta estaría en una planta superior sobre el escenario, dejando abajo espacio para la banda y creando visualmente un magnífico cuadro irrepetible. En medio de un inquietante silencio abrió tímidamente la sección de cuerda orquestal mientras Toundra tomaban posiciones para entrar a matar con “Ara Caeli”.

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La banda estaba exultante, eufórica, en especial Esteban (guitarra), quién no dejó de animar a un público entregadísimo mientras, en el otro lado del escenario, Maca y sus punteos nos hacían disfrutar como a niños. La gran cantidad de láseres distribuidos por el escenario, incluso entre los miembros de la orquesta y la enorme pantalla de LEDs que separaba a banda y orquesta eran espectaculares, encajando perfectamente con los temas elegidos entre los que se encontraban “Zanzíbar”, “Oro rojo”, la preciosa “Requiem” o “Bizancio”. Para terminar, y en forma de bis, cerraron con “Magreb” y, desgraciadamente, con “Cielo Negro” en el tintero por culpa de la organización, algo que ni les iba ni les venía y que pudo haber sido el broche de oro de una jornada inolvidable para todos los que estuvimos allí para contarlo.

Texto: Jero García
Fotos: Irene Serrano

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