POWERWOLF + BATTLE BEAST + SERENITY
03.04.2016, Sala Salamandra 1, L’Hospitalet de Llobregat
Promotor: Madness Live!
Que el Power Metal va recuperando sus constantes vitales es un hecho y que los fans estás respondiendo a ello, también. Un cartel con Powerwolf + Battle Beast + Serenity es una buena muestra de ello.
Reconozco de entrada que mi atracción principal en este cartel eran los austriacos Serenity, pues su último trabajo, “Codex atlanticus”, los ha puesto en el lugar que merecen. Llevaban años avisando de su potencial y creo que en estos momentos se encuentran en el mejor momento de su carrera. Sin duda, un trabajo soberbio de Power Metal.
Pero llegaba la hora de defenderlo en directo y lo cierto es que mostraron lo que de ellos se esperaba: calidad y elegancia a raudales. Georg Neuhauser se revela con una voz capaz de llenar un escenario por sí mismo y su puesta en escena y su música les permite interactuar con el público continuamente. Fabio D’Amore ejerció de escudero. Un gran sonido y una buena iluminación ayudaron a engrandecer piezas como “Sprouts of terror” o “Legacy of Tudors”. Lástima que solo tuvieran veinticinco minutos para demostrar su valía porque nos dejaron con ganas de más, mucho más.
Si hay una banda que haya tocado en España en el último año, esa es Battle Beast. Tres veces en doce meses. ¿Excesivo? Para mí sí, pero también reconozco que no soy un gran fan de la banda. En contraposición, diré que así se fideliza a su legión de seguidores y que sus más acérrimos están bien contentos.
La banda desplegó todo su arsenal en un reducido escenario que apenas permitía movimientos y es que el montaje de Powerwolf es espacioso. La aclamada “Let it roar” abrió las hostilidades y, desde el minuto uno, sus fans corearon todos los temas. “Fight, kill, die”, “Black ninja” o “Out of control” supieron a gloria mientras Noora Louhimo hizo gala de su poderío vocal y físico.
Sin embargo, a medida que pasaban las canciones, no dejaba de pensar que, musicalmente, se trata de una buena banda pero no superlativa y quizá tampoco para que giren tres veces por aquí y llegaba a la conclusión que sin Noora y el factor femenino probablemente no lo hubieran conseguido. La cuestión es que, días después, exponiendo esta teoría a un amigo, fan de la banda, me confirmaba que Anton Kabanen, ex miembro de Battle Beast y actualmente en Beast in Black, hace temas grabados en los primeros discos de Battle Beast y no está consiguiendo reconocimiento… Quizá eso refuerce mi teoría.
Buen concierto de los finlandeses, lleno de energía, vitalidad y una Noora en estado de gracia.
Y los alemanes Powerwolf, en su primera gira por salas en España llegaron, vieron y vencieron. Creo, al igual que con Serenity, que se encuentran en el mejor momento de su carrera y que “Blessed & possessed” ha marcado un punto de inflexión en su discografía. Gran montaje escénico, con multitud de detalles, una iluminación excelente que llegaba incluso a los pies de Charles y Matthew Greywolf y un set list equilibrado en el que apremió su más reciente lanzamiento.
Attila Dorn no posee una gran voz, ni tan siquiera destacable, pero su presencia en el escenario impone y encaja a la perfección en la banda y su concepto. Falk Maria Schlegel tiene ubicados sendos teclados, unos en cada lado del escenario y sus vaivenes constantes le permiten alguna representación teatral, interactuar con el público y hacer de frontman desde la sombra.
Así las cosas, la banda empieza fuerte y muy pronto el title track y “Coleus sanctus” ponen al público patas arriba. Salamandra roza el lleno. El concierto está resultando soberbio y “Dead until dark” y “Let there be night” así lo atestiguan. Sin embargo, llega un momento en el que su música se convierte en monótona, con pocos cambios de ritmo, con un sinfín de notas que parecen ser una continuación la una de la otra. Lo que iba para conciertazo acaba en un buen concierto al que le sobraron tres temas para no ser demasiado edulcorado. Sí, repito que me gusta la banda y que su último trabajo me parece digno de mención pero también me gusta el chocolate y en exceso me resulta empalagoso.
No obstante, la gente disfrutó hasta el final y (casi) todo el mundo salió más que satisfecho. Grandes carteles como este hacen que el Power Metal siga remontando el vuelo para recuperar el estatus que tenía hace un lustro.
Texto y fotos: Marc Gutiérrez
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