NIGHTWISH + ALQUIMIA
10.09.2016, Barclaycard Center, Madrid
Promotor: Madness Live!
El pasado día 10 de Septiembre nos reunimos en el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid para asistir a todo un espectáculo, muy esperado y ansiado por todos los fans de esta gran banda finlandesa. Nightwish regresaban a nuestro país tras muchos años de ausencia en el mismo para ofrecernos la gira de su último trabajo “Endless Forms Most Beautiful” con Floor Jansen a las vocales. Como teloneros, Alquimia, que pese a las críticas negativas de los asistentes en la página de la promotora, creo que fueron la mejor elección para preparar el terreno gracias a su metal sinfónico nacional.
Primeramente, turno para Alquimia, o para una servidora el legado de Avalanch y para aquellos que lo desconozcan, el grupo liderado por Alberto Rionda. Nos deleitaron con unos treinta minutos aproximadamente de show en el que tan solo pudieron ofrecernos cinco temas y entre ellos, el famoso “Xana” de Avalanch, defendido muy bien por la voz de Israel Ramos. Qué vamos a decir del maestro Rionda con esa ejecución de la guitarra. Aunque el sonido de la banda durante su actuación no fuese tan bueno como se esperaba, defendieron muy bien el tiempo sobre el escenario entonando temas como “Divina Providencia” o “Vulnerable”, de su último trabajo en el mercado hasta la fecha.
No es la primera vez que veo a Nightwish sobre el escenario junto a Floor Jansen pero seguramente sí ha sido la mas intensa que he vivido. Dos horas de concierto, ofreciendo un buen repaso a su discografía desde su actual lanzamiento “Endless Forms Most Beautiful”, repasando “Imaginareum” y “Once” hasta rozar su “Century Child” además de “Dark Passion Play” y “Oceanborn”. Destaco con especial ilusión temas como “Stargazers”, “Nemo” y “Ghost Love Score”, erizándome el vello al segundo.
¿Algo que echáramos de menos? Quizá (como no) el famoso “Wishmaster” junto a “I Wish I Had an Angel” pero no fue un espectáculo como para ponerle pega por esa falta de temas, tan solo por un fallo en el sonido casi al final que dejó un silencio duradero de varios altavoces, ya que no se escuchaba nada de lo que ejecutaban Holopainen y los suyos.
Gran puesta en escena en la cual, aunque los fuegos se ausentasen, pudimos disfrutar de una sincronización perfecta entre músicos con una pantalla de fondo que reflejaba la temática de cada uno de los temas que se tocaban. Muy trabajado y, sobre todo, muy ameno junto a las sonrisas de todos y cada uno de sus miembros.
En cuanto a sus miembros… Marco Hietala no se quedó atrás en ningún momento con su inigualable voz, destacando ese desgarro de la misma en “7 Days To The Wolves” y la ejecución de Emppu a la guitarra no fue para menos a la par que jugaba con el público en algún que otro momento. Tuomas Holopainen nos mostró su lado mas activo a la hora de interpretar los temas más movidos mientras que retornaba a esa paz en cuanto llegaba la hora de la tranquilidad a los teclados. A los vientos, Troy Donockley y a la batería, Kai Hahto (Wintersun, Trees of Eternity) deja claro el porqué de su elección tras la baja temporal de Jukka Nevalainen. Floor Jansen, simplemente perfecta.
Un directo que personalmente no decepcionó, en el que pudimos observar cómo Floor cierra el círculo de la perfección de la banda gracias a su tonalidad vocal, adaptable a cualquier tema. ¿El concierto de nuestra vida? Viendo como lo vivieron la mayoría de espectadores, podríamos decir que para ellos sí; en cambio, para una servidora, personalmente no lo fue. Eso sí, bien cabe decir que mis expectativas una vez más sobre los finlandeses se superaron y más de uno acabó con el vello de punta en diversos momentos de la actuación por ese feeling mágico que transmiten en cada canción.
Texto y fotos: Victoria Durán
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