ORANSSI PAZUZU + COBALT
2.05.2017, Razzmatazz 3, Barcelona
Promotor: Madness Live!
El mundo del Metal está viviendo desde hace unos años el nacimiento de una nueva ola de bandas influenciadas por aquellas que hicieron lo propio en su día, pero que algunas no fueron tan afortunadas ni incluso tuvieron la repercusión que merecían por entonces. Bandas como Godflesh, Eyehategod, Swans o Neurosis crearon escuela, mezclando el Rock setentero y la experimentación hasta la extenuación, cada uno con su propia fórmula creando sonidos inconfundibles y derivando a composiciones vanguardistas totalmente extremas si cabe, algo que ha marcado el camino para infinidad de bandas actuales, como por ejemplo Cult of Luna, Downfall of Gaia, Amenra o The Ocean entre otros. Bandas que tienen hasta sus propios festivales con cada vez mayor afluencia de público en el resto de Europa (no aquí, obviamente…) como por ejemplo el Roadburn Festival que se celebra en la pequeña localidad de Tilburg en los Países Bajos, el Desert Fest de Londres, o Damnation Festival en Leeds, dónde cada vez más bandas de esta corriente se unen a sus excelentes carteles.
Los fineses Oranssi Pazuzu son el resultado de esta variada amalgama de estilos siendo el black metal más crudo originario de su país, como harían sus compatriotas Beherit o Barathrum, la espina dorsal de su sonido, aunque su propuesta sea algo más vanguardista añadiendo a sus largas composiciones, ingredientes psicodélicos ya sea con las enrevesadas líneas de teclado en forma de loops o con riffs interminables que hace que el espectador y/u oyente acabe extenuado. Si a eso le sumamos una cuidada puesta escena con un técnico de luces como si fuera un miembro más, y una banda enérgica como pocas hemos visto últimamente en Razz 3, tenemos como resultado más que un concierto en sí, una experiencia sensorial única.
Hacía pocos días que Oranssi Pazuzu habían reventado la 013 de Tilburg así que las ganas de ver por primera vez a los fineses por nuestras tierras eran evidentes, aunque ya sabemos cómo está el patio aquí. Ni somos Holanda ni llenaremos en la vida una sala como esa, aún y así Razz 3 presentó un aceptable aforo, ya desde primera hora con la descarga de los de Colorado, Cobalt.
No poco público se acercó el pasado martes 2 aún con la resaca del puente del 1 de Mayo para ver como se lo haría la banda de Charlie Fell (voz) y Erik Wunder (batería) durante los 45 minutos que duró su brutal descarga. Con “Slow forever” como último disco editado hasta la fecha, los de Greeley nos deleitaron con una enérgica descarga de su peculiar mezcla de estilos abarcando desde el Stoner más distorsionado al Black más enfermizo, a la vez que Charlie nos dejaba con la boca abierta con sus inquietantes y a veces absurdos movimientos, unos movimientos que casi le harían perder los pantalones casi al final del show. Toda una experiencia ver a Cobalt y en especial al sudado Fell quien se destrozó la garganta en cada chillido a la vez que controla con total maestría el provocar acoples con su chivato añadiendo un punto más desconcertante si cabe a su música.
Sabía del buen hacer de Oranssi Pazuzu por recomendaciones personales y por todo lo que se ha escrito acerca de ellos en la red, pero jamás esperaba salir con la sensación con la que salí de Razz 3. Llegaron sin mediar palabra, se subieron tímidamente al escenario y sin darnos cuenta nos atraparon a través de su personal y particular trance musical. Ni la mejor marca de tapones auditivos consiguió reducir la brutal cantidad de decibelios generada por el demonio Oranssi Pazuzu.
Razzmatazz 3 parecía otra sala, y es que si se quiere se puede. La banda portaba consigo un equipo propio de luces que transformó la pequeña sala de la calle Pamplona en un escenario totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados a ver dónde la banda entre las sombras, enérgica como pocas (poco faltó para que se abrieran la cabeza entre ellos con los mástiles), desgranaba su último “Värähtelijä” entre loops y riffs en bucle donde la psicodelia más extrema tomaba protagonismo y nos dejaba extasiados en un ejercicio de control absoluto sobre nuestras mentes y sentidos.
Apenas una hora encima del escenario pero lo suficiente como para demostrar por qué son una de las bandas de las que más se habla actualmente. Si estuviste, enhorabuena, si no, lo siento de verás. Eso si, cuando veas que la banda del logo del pájaro se cruza en tu camino, ni te lo pienses.
Texto: Jero García
Fotos: Irene Serrano
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