Calificación del editor
Septicflesh se reinventan nuevamente a base de recursos “clásicos” aplicados y dan un nuevo paso adelante en su carrera.
SEPTICFLESH
Codex Omega
Season of Mist
Hace unos cuantos años hubo un boom respecto al uso de melodías pertenecientes a la Música Clásica dentro del Metal. Y parece ser que ahora nos encontramos en una situación similar con el lanzamiento de grupos consagrados que colaboran con filarmónicas o componen canciones que explotan su faceta más épica y grandilocuente gracias a armonizaciones de corte sinfónico. Pero entre unos y otros tenemos a Septicflesh, quienes ya hace años apostaron por explotar los conocimientos de composición de Christos Antoniu en el ámbito de la Música Clásica y Contemporánea. Tras su regreso en 2007, la marca Septicflesh se ha ido haciendo cada vez más grande, y con su décimo largo ‘Codex Omega’ pretenden dar un paso adelante.
Cuando escuché los dos singles adelanto de este nuevo largo, que casualmente corresponden a las dos primeras canciones, me mostré bastante reacia a este álbum. “Dante’s Inferno” y “3rd Testament (Codex Omega)” utilizan una formula compositiva bastante similar a las de ‘Communion’ o ‘Titan’, donde el Death Metal es el predominante y las partes sinfónicas han sido anexionadas para crear un efecto de majestuosidad. Y, personalmente, prefiero un disco fresco y novedoso que segundas partes. Pero por suerte estaba muy equivocada. Si de por sí la música del inicio del siglo XX (sobretodo Ígor Stravinski, Krzysztof Penderecki e Iannis Xenakis) han sido influencias constantes en toda la carrera de los griegos, en esta ocasión este círculo se ha ampliado. Ejemplos de ello son “Portrait of a Headless Man”, “Dark Art” y “The Gospels of Fear», todas ellas con un notable influjo de John Williams y Hans Zimmer, dos grandes nombres de la composición de música cinematográfica. Éste último es reconocible sobretodo en “Portait of a Headless Man” donde, con la unión de varias capas separadas por instrumentos a un mismo son, los metales se encargan de hacer variar ese bucle sónico constante, rompiendo el color minimalista de la canción y siendo los causantes de los momentos de más emotividad.
Dentro de estos nuevos recursos “clásicos” aplicados, destaca también “Enemy of Truth”, que a buen seguro será uno de los grandes éxitos de este ‘Codex Omega’. El predominio de las tubas (siempre asociada a una función bélica o funeraria que aquí cumplen a la perfección), de los coros mixtos (aunque, como siempre, con dominio de las voces femeninas), con un inesperado final alejándose del esperado crescendo transmitiendo serenidad al oyente, estridencias en las cuerdas, cambios de ritmo (incluido el juego con el silencio), a la par que un Death Metal veloz y machacón, hacen de esta canción una de las más destacables de este disco. Sin duda alguna, un gran acierto a la hora de posicionarla en la mitad del disco porque te deja tan sorprendido que uno quiere más dosis de ‘Codex Omega’.
Tampoco debemos olvidarnos de la aportación de Sotiris Vayenas, no solo a nivel lírico, donde el grupo se mantiene fiel a narrar tradiciones de distintas culturas, también por el uso de su voz limpia. Aunque su inclusión vocal suele situarse en los estribillos de las canciones, teniendo siempre presente que esta parte vocal no será ejecutada en directo (a no ser que el público solvente esta carencia con su intervención), a diferencia de cómo han hecho en anteriores ocasiones en “Our Church, Below the Sea” es este cambio de estructuras guiados por la voz limpia de Sotiris el que hace que uno se deje embaucar por la canción. Una inclusión vocal muy acertada y que a servidora le genera curiosidad de cómo será cubierta en directo. En cambio, y siguiendo con este mismo punto, con “Faceless Queen” las voces limpias sí que cumplen su función de estribillo adictivo para ser cantando en directo por el público.
Por si todas estas novedades no son suficientes, el disco finaliza con “Trinity” mostrándonos a unos Septicflesh casi desconocidos. Con tempos más lentos de los habituales, un mayor protagonismo del Death Metal de corte old school y dejando toda la parte orquestal de lado para solo dar un pequeño momento de protagonismo a los coros, los griegos demuestran que sin toda la parte sinfónica también saben componer buenas canciones.
Una vez más, y ya van cuatro, la FILMHarmonic Orchestra of Prague dirigida por Adam Klemens ha ejercido un papel esencial bajo las órdenes de Christos Antoniu. Todas estas experiencias juntas, donde cada vez se ha ido ampliando el número de músicos participantes, hacen de este ‘Codex Omega’ un disco lleno de matices casi inadvertidos a primera escucha. Este largo contiene tantos detalles a nivel orquestal que se necesitan de varias escuchas para poder situar cada uno de ellos, y todo ello no sería posible si no fuera por la labor a la producción de Jens Bogren en sus Fascination Street Studios. Sí, cuando Septicflesh grababan en los Devasoundz Studio realizando ellos mismos todas las tareas, se apreciaban los distintos detalles de las composiciones, pero en este caso el haber optado por unos estudios con tan buena calidad y el buen saber hacer de Bogren, sin duda alguna allanan el camino al oyente para que encuentre todos estos matices. Y os preguntaréis por qué hago tanto hincapié en toda la parte sinfónica del disco: Septicflesh siempre han utilizado una misma técnica respecto al Death Metal que ejecutan, es simple pero funciona. Pero lo que hace distinto cada uno de sus discos es el quinto instrumento del grupo, la orquesta. El haber utilizado estructuras básicas pero épicas para llamar la atención de nuevos oyentes a modo de armonizaciones tanto como el sinfín de entresijos y pequeños pasajes creados para los instrumentos de la orquesta, con gran influencia del siglo XX, son los puntos clave de este ‘Codex Omega’. No hay duda de que pese a que sea la frase más utilizada cuando se promociona un nuevo disco, con este nuevo largo Septicflesh ha dado un paso adelante en su carrera.
Xènia Von Ereticy
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