STRAVANGAZZA
21.10.2017, Sala Custom, Sevilla
Promotor: Saga Promusic
El regreso de Stravaganzza a los escenarios se puede considerar ya una de las noticias más importantes a nivel nacional de este 2017. Ya lo fue su anuncio, pero el poder disfrutar en directo del espectáculo que Leo y compañía nos tenían preparado es una prueba irrefutable de que han vuelto por todo lo alto y para quedarse. Su concierto en Sevilla, el tercero de esta pequeña gira, supuso no solo la constatación de que siguen muy en forma siete años después de anunciar su parón de actividad, sino también de que son una banda diferente en todo, en lo musical, en lo lírico y, por supuesto, también en lo escénico.
Así quedaba claro desde el primer instante. Las luces de la Sala Custom se apagan y los murmullos comienzan. Sobre el escenario, una bailarina nos deleita con sinuosos movimientos mientras, de fondo, suena una hermosa intro orquestal, con la potente voz de Patricio Babasasa guiándonos hacia el Primer Acto. Las primeras notas de “Dios” ya hicieron reaccionar al público que llenaba casi por completo la sala. Todo un triunfo para Stravaganzza, a los que un servidor ha visto, en el mismo lugar con la mitad de aforo. El sonido, algo turbio en las frecuencias graves, va mejorando poco a poco. El primer tema es todo un clásico y Leo se siente acompañado por las gargantas de las cientos de personas que asisten asombradas al inicio del recital. La actuación continúa con “…Y en soledad me lamento”, mucho más parada, pero igualmente épica, y la flamenca “Mi Tempestad”, también coreadísima.
Además de los cuatro miembros de la última formación (Leo Jiménez, Pepe Herrero, Patricio Babasasa y Carlos Exposito), el grupo estuvo completado el pasado sábado con Migeloud a la segunda guitarra, Beatriz Albert a los coros, Eloy Terrero a los teclados y Sergio Ramírez al violín, además de la inestimable colaboración de Natalia Barrios, Zarina y el resto de bailarinas que hicieron un trabajo absolutamente impresionante, dejándonos a todos con la boca abierta.
La banda sonaba cada vez más asentada cuando “Esperanza” y “Pasión” abrieron el Segundo Acto. Ésta última fue seguramente una de las más celebradas por el público, todo un alarde de épica, armonía y fuerza, un auténtico temazo interpretado de manera sublime por toda la banda. “Desilusión” precedió a otro de los momentos álgidos de la noche, “Dolor”, un tema que, como ellos mismos reconocieron, es muy especial. Leo dio lo mejor de sí mismo en una de las canciones más difíciles del repertorio y el conjunto sonó arrollador. El momento íntimo de “Nostalgia”, con Pepe Herrero al piano, fue la pequeña calma antes de la tempestad.
Y es que como interludio entre el Segundo y el Tercer Acto, Stravaganzza sacó a relucir la ya mítica versión de “Hijo de la Luna” que tanta controversia provocó en su momento, pero que ya es un clásico dentro de su repertorio. Cantada por todos en la sala, la interpretación de Leo la elevó un nivel más allá dejando el camino llano para un Tercer Acto que vendría a definir el cambio de rumbo de la banda en aquel momento de su historia.
“Deja de llorar” y “Grande” suenan cien por cien Stravaganzza, pero es cierto que se nota mucho más ese punto de crudeza en el sonido a partir de ese tercer álbum. “Máscara de Seducción”, distinta y sensual, de nuevo con Natalia Barros en el escenario, sonó absolutamente brutal, como si Danny Elfman compusiera una Metal opera para alguna película de Tim Burton. Dedicaron “Requiem” y “Grande” a Big Simon, y nos pusieron los pelos de punta, saliéndose una vez más Leo en su interpretación y permitiendo a Pepe realizar algunos de los solos más épicos de la noche. Se vivió un nuevo momento íntimo con “Inmortal”, que dio paso al Cuarto y último acto.
He de reconocer que, personalmente, “Raíces” es el disco que menos me gusta de Stravaganzza. Tal vez sea demasiado diferente a los dos primeros, y eso hace que lo vea de otra manera. Aun así, “Cuestión de Fe” consiguió animar bastante a la sala, y “Sin Amar” puso un toque muy especial, al igual que “Un Millón de Sueños”. Si bien son buenos temas, lo cierto es que no tienen tanto gancho como los que habíamos oído anteriormente. De hecho, la aparición de “Impotencia II” nos permitió volver a la parte más extrema del sonido del grupo, para terminar por todo lo alto con esa maravilla sinfónica que es “Raíces”.
Después de un breve receso los músicos volvieron a escena para interpretar las dos últimas canciones del repertorio. “Desátame”, versión de Mónica Naranjo, puso la Custom patas arriba, con un Leo espectacular que no se dejaba nada dentro a pesar de llevar ya más de dos horas cantando con todo lo que tenía. El último tema fue también una versión, “Vivir Así Es Morir De Amor”, de Camilo Sesto. Si bien resultaba curioso escuchar a la banda tocar un tema tan alejado en principio de su estilo, la versión carecía dela chispa de “Desátame”, “Hijo de la Luna” o la propia “Eloise” que, por desgracia, no llegó a sonar.
Nada que empañara sin embargo la magnífica actuación de más de dos horas de Stravaganzza, un espectáculo que va mucho más allá de la música, de la danza y del teatro para convertirse simple y llanamente en arte sobre un escenario, en todas sus formas posibles.
Texto: Manuel Jesús Palma
Fotos: Irene Serrano (fotos pertenecientes al concierto de Barcelona)
https://www.flickr.com//photos/130165329@N07/sets/72157665424259669/show/
[…] la difusión de la danza: Ángel Marco Fotografía, Cejo Conejo Metal, Diario de un rockero, Empire Zone Magazine, Esquirlas de Metal, Estribillo Pegadizo, Insonoro.com, Iris Soler Photography, José Oro […]