Comeback Kid + Nasty + Brothers Till’ We Die
30/01/2018, Sala Razzmatazz 2, Barcelona
Promotora: Resurrection fest + HFMN crew
Comeback Kid suelen ser, y cada vez más, sinónimo de éxito. Y no tan solo a sus trabajos me refiero, si no a sus visitas a nuestras tierras, en las cuales disfrutan de una fanbase sanísima. Tal vez no la más abundante, pero si especialmente entregada.
Sus recitales en el Resurrection fest, que además eran los organizadores de esta visita en concreto, suelen estar siempre entre los mas destacados de la edición. No solo por ellos si no por la entrega de su público. Y es que si de algo gozan es de conexión directa con el susodicho. Y es por eso que recibimos con tanta ilusión la noticia de su visita en gira por salas, en las cuales no los veíamos desde su corta actuación en el Never say die! Tour de Impericon, en la misma sala Razz 2.
En esta ocasión venían acompañados de dos grupos con los que no comparten género. Tampoco crean la misma reacción en el público. Pero, desde luego, las tres bandas hacen gala del mismo estandarte: la intensidad.
Los primeros, y representación nacional, desde Madrid, fueron Brothers Till’ We Die. Una de las bandas jóvenes más queridas de la escena underground actual. Su beatdown metalizado es hostil y agresivo pese a predicar ellos, como individuales, un mensaje de unidad y amistad por encima de todo. La cuestión es que esta creencia consigue quedar plasmada en sus directos,
que cada vez despiertan más reacción en un público que empezó tímido, pese a un buen número de seguidores de la banda entregadísimos cantando y practicando el violent dancing en el centro de la pista, y terminó recolectando adeptos e incitando a que el número de moshers fuese cada vez mas alto.
Con su actuación dejaron patente (de nuevo) que van sobrados de técnica y de tablas sobre el escenario. Nada que envidiar a cualquier grupo foráneo en ninguno de los dos aspectos. Además, llama la atención ver salir tamaña densidad vocal de alguien tan pequeñín como es su cantante, Felipe Alemán. Pero desde luego lo que mas nos llamó la atención a todos fue lo arrolladores que sonaron. Limpios y bien ecualizados desde buen principio. Todo un hito para el primer grupo de la noche en Razz2. Hablases con quien hablases todo el mundo coincidía en el empaque que habían demostrado. La cosa empezaba genial.
Sin cambiar mucho de tercio, pero en una versión algo mas Hardcore de lo previamente visto, salían a escena puntuales otros bien queridos por aquí. Los belgas Nasty salían a repartir de lo lindo a base de breakdowns tocados con adoquines, mucho doble bombo y una guitarra más distorsionada que la política española. Sus directos son famosos por ser nido de patadas y puñetazos voladores. Había incluso miedo a los crowdkillers de turno pero la verdad es que la cosa empezó bastante calmada lo cual no hizo mucha gracia a los del grupo, que no pararon hasta conseguir hacer desaparecer el clásico hueco que provoca la fobia al escenario durante los teloneros. Dice mucho de ellos que lo consiguieran y que el éxito fuese tan rotundo. A los pocos temas ya no había espacio para nadie más en un pit que era zona de guerra absoluta.
Desde luego ellos se mostraron agradecidísimos con un público que, en palabras del propio vocalista, siempre se ha portado fenomenal con ellos. La intensidad no paraba de subir a la vez que lo hacía la temperatura de la sala. Los circle pis se sucedían a medida que el grupo encadenaba tema tras tema sin descanso. Lo cual debió ser un problema para cualquiera que quisiera cruzar la sala entre tema y tema sin que le partiesen la cara. La cosa es que con esto consiguieron dar un recital realmente largo para una banda telonera. De hecho, no me extrañaría que hubiese terminado siendo tan largo como el que ofrecieron los propios Comeback kid.
A estas alturas estaba claro que el leit motiv de la noche eran las bandas queridas. Directos y sin concesiones salían a escena los canadienses Comeback Kid ante un público ya enamorado de ellos desde antes que pisasen las tablas.
Los hemos podido en numerosas ocasiones por aquí y ya nos tienen acostumbrados a que sus shows sean un éxito pero eso no va a hacer que demos menos de nosotros mismos. Y es que si algo tienen de especial sus conciertos es la comunión tan directa que se forma entre banda y público, haciendo que la intensidad y la fiesta no venga dada solo a partir de la agresividad o la provocación, si no a partir de un sentimiento de familia más puro que todo eso.
Salieron a matar ya de buen principio con una de mis favoritas, “Do yourself a favor”, con lo que el público ya estaba en la cresta de la ola desde el principio. Sin embargo, la cosa explotó de verdad en el tercer tema. Y es que si en cualquier concierto (Desde Malú a Dillinger Escape Plan) metes la poderosísima «G.M Vincent and I» en el primer tercio ya te aseguras tener al público en el bolsillo para todo lo que quede.
Agradecidos, como siempre, ante dicha reacción entraron en materia nueva preguntando si nos parecía bien que tocasen temas de su nuevo “Outsider”. La respuesta no fue solo afirmativa de palabra, pues la reacción del respetable ante temas con alta dosis de melodía como “Somewhere Somehow” o “Hell of a Scene” fue igual de intensa que ante, por ejemplo, la bestialidad que es “Outsider”, en la cual el bueno de Andrew intentó emular a Devin Townsend en sus frases con un resultado mas que aceptable.
Pero, ante todo, me apetece destacar lo especialmente bien que sonaron los nuevos temas en directo. Así como con su anterior “Die knowing” nos trajeron un producto sólido como él solo pero que al fin y al cabo era bastante continuista, los nuevos temas corrían peligro de romper la tónica del concierto y bajar el nivel de entusiasmo del público al tratarse de un disco distinto a lo que nos tienen acostumbrados. Nada mas lejos de la realidad. Incluso me atrevería a decir que fueron de los mas disfrutados de la noche al tratarse de algo fresco para un grupo al que la mayoría ya ha visto en mas de una ocasión. Además, el carácter himnico de “Somewhere somehow” le viene que ni pintado a una multitud tan entregada.
Alerta. Poco antes de la mitad del recital, Andrew nos comunica que van a tener que poner el turbo ya que van tarde y la sala tiene que cerrar. Por suerte no hay problema. Poca palabrería y mucho Hardcore. Aquí, y no en la pureza o no del genero, es donde se demuestra lo autentico que es un grupo y es que consiguieron, en un show que no duró más de una hora, meter todos los temas previstos. Claro que nos hubiese gustado tenerles más rato sobre el escenario pero más nos hubiese dolido perdernos alguno de nuestros temas favoritos, y eso no pasó.
Obviamente el momento cumbre de la noche fue el clímax al que nos tienen acostumbrados con el tema por excelencia que es su “Wake the dead” durante el cual los crowdsurfers se multiplicaron, los saltos con pirueta desde el escenario no faltaron y uno era ya incapaz de discernir en que punto de la sala se encontraba el pit. Sudor y empujones. A nadie parecía importarle, pues esos tres minutos fueron compuestos para hacernos olvidar todos nuestros problemas. Y así fue.
No importa las veces que sean, ya estamos deseando tenerles aquí de nuevo. Por que pocos fans hay que quieran tanto a su grupo como lo hacen los de Comeback kid.
Texto: Titus Bellés
Fotos: Lluís García Solà
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