ADAM BOMB: EL GLAMOUR DE ALCANTARILLA NÓMADA
“Mi nombre es Pink Gibson. Toco la guitarra y canto para el grupo Get Animal. Vengo de Nueva York y lo único que quiero hacer en este mundo es rodar como un puto trozo de mierda sobre ruedas, y tocar cada noche como si fuera mi última noche en la Tierra”.
El señor Bomb es un luchador oriundo de Seattle, y un tipo afable que malvive en la carretera. En los 80 estuvo en todos los fregados importantes, colaboró con la flor y la nata del hard rock y siempre estuvo a punto de entrar en alguna de las grandes bandas de la época. Pero el destino le fue siempre esquivo y le sonrió maliciosamente. A finales de los 90 Adam consiguió un gran proyecto bajo el nombre de Pink Gibson, grabó un par de discos excelentes apoyado por una discográfica potente, pero el negocio había cambiado… A pesar de ello Adam consiguió colarse en giras de bandas importantes
pues sigue siendo un nombre conocido y respetado. Su amor por los escenarios es casi poético y tiene una relación muy especial con España, pues siempre que puede, se acerca y hace un montón de fechas por toda la Península. Cada año que pasa, Bomb recluta a una nueva banda, sube a su destartalada furgoneta y emprende una vida nómada de asfalto y glamour decadente. Su estética Glam es algo que no ha abandonado, ni lo hará jamás, como tampoco abandonará nunca su amor por las sustancias tóxicas y el lado oscuro del rock. Si uno está al tanto, verá que cada año hay siempre alguna fecha de Bomb por su ciudad. No me equivoco si digo que en todos los conciertos que ha hecho ha montado un pollo importante, con policía, bandas locales, barmans o incluso… ¡con perros!
TRAYECTORIA
Mr. Bomb empezó realmente fuerte cuando a los 16 años ya estaba tocando con Geoff Tate, futuro cantante de Queensryche y una de las más privilegiadas y elegantes voces del heavy metal. Formarían la banda de versiones Tyrant pero pronto su culo inquieto lo llevó a entrar en TKO, con los que grabaría el disco “In Your Face”. Cuando en 1982 los Kiss andaban buscando un sustituto para Ace Frehley en el puesto de guitarrista, Bomb llegó a probar con ellos, pero no conseguiría el preciado puesto. El futuro estaba en Hollywood y más concretamente en la escena del Sunset Boulevard, así que nuestro protagonista decidió instalarse allí y compartir piso con, nada más y nada menos, que con Izzy Stradlin, futuro guitarra de Guns N’ Roses. Uno de sus vecinos, Tommy Thayer (de Black and Blue, ahora guitarra de Kiss) le animó a crear su propia banda viendo la calidad de Adam. El azar haría que Bomb sustituyera a Yngwie Malmsteen en la banda Steeler cuando el divo sueco no podía tocar por motivos personales.Finalmente, consigue grabar su primer disco “Fatal Atraction” junto al batería Chuck Ruff (Montrose) y el bajista Cliff Williams de AC/DC. Finalmente había nacido el proyecto Adam Bomb.
ADAM BOMB
En la formación del grupo veríamos a nombres como los de Jimmy Crespo de Aerosmith o a Gregg Gerson de Billy Idol. Incluso llegarían a telonear a bandas como Metallica o Chuck Berry. En un concierto en 1993 Adam estaba cantando en escena cuando Axl Rose de los Guns N’ Roses se subió a las tablas para cantar con él.Posteriormente le dijo que él e Izzy le vieron tocando con TKO en la sala Trouvadour en 1983. En esos momentos estaban formando Guns N’ Roses y andaban a la búsqueda de un nuevo guitarrista, pero no se atrevieron a pedirle a Bomb por miedo a que les rechazara. Los discos “Pure Sex” (1989) y “Bone Yard” (1992) le dieron nombre y respeto por parte de la escena angelina, pero nunca consiguió asomar por las listas de éxito ni abrazar la trascendencia buscada. “Grave New World” de 1993 mantuvo el nivel, pero ya eran años en los que el grunge copaba las portadas y las listas de éxitos, y todo lo que olía a fiesta y hard rock había quedado desfasado de la noche a la mañana.
“New York Times” cerró esa etapa en 1997, así que había llegado el momento de darle un giro a su carrera.
LA ETAPA PINK GIBSON
En 1999 Adam Bomb se convierte en Pink Gibson, un nuevo personaje que toma nombre gracias a su guitarra Gibson rosa, curtida en mil batallas. Consigue una formación estable junto al bajista KK McKay y Consi a la batería. El disco homónimo “Get Animal” consigue excelentes críticas y vuelve a poner a Bomb en el mapa, consiguiendo colarse en la gira de los reunificados Hanoi Rocks, banda con la que les une una gran amistad gracias a sus muchas correrías nocturnas. La portada muestra un
caniche en un paso de cebra junto a su guitarra ensangrentada. Su posterior “Number 2” es otro gran cañonazo de hard rock sleazy, pero a pesar de las grandes críticas, la discográfica alemana SPV no les renueva. En la portada aparece el hombre más pequeño del mundo junto a las dos guitarras Gibson rosas ensangrentadas.
Posteriormente Pink Gibson recuperaría su antiguo nombre de guerra, Adam Bomb, y se lanzaría a la vida nómada tocando en tugurios de mala muerte y salas pequeñas, siempre ofreciendo su show desenfadado, vacilón y con ese punto peligroso. En contraste a su vida gitana vemos que en 2010 llegó a abrir para Kiss en Praga y su amigo Tommy Thayer se subió al escenario para tocar con él. Es bonito ver que sus viejos amigos siempre le echan un cable cuando pueden. A inicios de la presente década
la encarnación de Adam Bomb la formó el bajista italiano Paul Del Bello (ha tocado con Steven Adler de Guns N’ Roses) y la espectacular baterista Violet the Cannibal. En 2009 grabó un interesantísimo disco de versiones en la que incluye su versión drogadicta del clásico de Antonio Flores “Siete vidas”. Atención a la balada “King of the World”, todo un clásico que con los medios necesarios debería devolverle al lugar que merece, en el que nunca ha estado. Ha seguido grabando discos y en 2018 ha presentado uno plagado de versiones en el que Led Zeppelin y Jimi Hendrix son los
grandes protagonistas.
“El primer día que yo en España, Antonio muerte. Lo siento tío, un saludo a Lola”.
SU DIRECTO
Adam es un showman de la vieja escuela glam de los 80. Sigue coherente y fiel a sus orígenes y sabe, con pocos medios, hacer que el público disfrute con su show y se quede con sus trucos. Solía vestir de blanco y expulsar sangre falsa por la boca. A pesar de los años mantiene la figura y el glamour de sus tiempos mozos y sigue utilizando su viejo truco de quemar la guitarra rosa en el último tema (si le dejan). En la gira de 1999, teloneando a Wasp, la dirección de la sala le prohibió quemar su guitarra. Su enfado monumental hizo que, ni corto ni perezoso, saliera a la calle y la quemara en la acera enfrente de la sala, todo ensangrentado ante la reacción perpleja de los transeúntes. En un show privado en el Hard Rock café barcelonés incomodó a todo el público lanzando su confeti y quemando su vieja guitarra. En el pasado 2010 tocó en un pequeño bar cercano a las Ramblas al cual, de público, sólo asistí yo y un par de amigos. Fue obligado a tocar un show acústico, pero se enfrentó a los propietarios del bar insistiendo en tocar con su guitarra y con la banda al completo. En 2017 se presentó en el Rocksound sin su banda. Le habían abandonado y se habían largado a su casa. Sus shows en pequeños bars pueden terminar con la policía invitándole a parar. Así es su vida: 1500 conciertos por Europa en siete años. Adam es el rock and roll hecho carne.
Jordi Tàrrega
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