Calificación del editor

Este reciente ‘Into the Purgatory’ viene a reafirmar todos los elementos que conforman la seña de identidad del grupo: velocidad, técnica, épica, melodía y sentimiento. Todo junto, mezclado pero no agitado, para ofrecer una bofetada sónica en la cara.

9
VALORACIÓN

galneryus into the purgatory

GALNERYUS
‘INTO THE PURGATORY’

16 años de carrera discográfica ininterrumpida no están al alcance de todas las bandas de metal. Ni mucho menos. Pero, claro, no estamos hablando de una banda cualquiera, sino de una de las grandes referencias del heavy metal japonés como son Galneryus.
El quinteto capitaneado con mano firme (¡y qué mano!) por el brillante Shusuke Ueda, más
conocido como Syu, puede presumir de solidez. Hablo de solidez férrea, pétrea, inquebrantable. Quien encuentre una mancha en la trayectoria de Galneryus que levante la mano. Y luego que se vaya a tomar por saco.

Este reciente ‘Into the Purgatory’ no viene sino a reafirmar todos los elementos que conforman la seña de identidad del grupo: velocidad, técnica, épica, melodía y sentimiento.

Todo junto, mezclado pero no agitado, para ofrecer una bofetada sónica en la cara que, en contra de lo que uno pudiera pensar, acaba por dibujarnos una sonrisa de satisfacción.
Como quien sonríe, henchido de orgullo, tras finalizar un maratón. Dolorido pero contento. El esfuerzo ha valido la pena.
Lo curioso es que todos esos elementos antes comentados parecen no tener techo. Cuando uno cree que los nipones no pueden ser más veloces, llega un tema como «My Hope is Gone». Cuando cree que no pueden ser más cañeros, se sacan de la manga «The Followers». Y cuando crees que no pueden ser más épicos, «Glory» pone el vello de punta y la piel de gallina ¿¡Cómo narices lo hacen!?
De nuevo, la respuesta es Syu. Retuerce el mimbre de cada composición hasta extremos vertiginosos, pero sin romperlo. Esa delicadeza, ese temple del que está durante años moldeando el bonsai para conseguir la forma perfecta. El equilibrio entre accesibilidad (‘Into the Purgatory’ ofrece temas -como el propio «Glory» del que hablaba- que dan en el clavo a la primera escucha) y complejidad técnica con el que sueña la mayoría de guitarristas, sin duda.
No voy a ser maleducado, sin embargo, y despreciar a musicazos como Yuhki, Taka, Fumiya (la más reciente incorporación, en 2016) o a un vocalista como Masatoshi Ono que raya, tras 10 años en la formación, a un nivel sencillamente descomunal. Como todos, vaya.
Quizá se presenten, eso sí, algo menos pomposos que en su anterior ‘Ultimate Sacrifice’, abundando más en el power directo y menos en el neoclásico pero, insisto, sin dejar de lado ni un solo ápice de su marca registrada.
En definitiva, una nueva pieza maestra en el haber de la banda de Tokyo que hará las delicias de sus fans y que, creo, debería generar muchos más acólitos a la religión galneryusiana.
Tras escuchar obsesivamente el disco, solo me queda una última cosa por decir: Galneryus,
arigatou gozaimasu!
Y amén.

Dani Ruiz