Calificación del editor
Una banda que no se deja amedrentar por las dificultades, se reinventa, y vuelve a hacer lo que queremos escuchar, una fantástica obra de hard rock. Con su nueva formación Nathan James se ha puesto las pilas en sonar más duro que nunca.
INGLORIOUS
‘WE WILL RIDE’
Frontiers Music
Cuando se produce una desbandada del tipo que sucedió en Inglorious, el primer miedo que me asaltó fue perder el sonido por el cual me gustó la banda por primera vez. Pero debe ser que, en el confinamiento, nuestro queridísimo Nathan James se ha atiborrado del programa ese que te arreglan la casa y tienes que decidir si compras la nueva o te quedas con la tuya arreglada. Nathan tiene claro cuál es el sonido que quiere ofrecer y lo hace aunque cambie la mitad de la plantilla de la banda, así que ha preferido quedarse con su casa reformada. La coherencia con la trayectoria musical de Inglorious es perfecta. No falta ninguno de sus toques de Deep Purple, Led Zeppelin o Bad Company.
La entrada a casa del tito Nathan la hacemos con «She won’t let you go», un recibidor con hard rock, ritmo bailable y estribillo perfectamente cantable. Una invitación a entrar más que atrayente, no en vano fue seleccionado como uno de los singles, adelanto de lo que se nos venía encima. Pero no ha sido nada mala la selección de singles porque «Medusa», que ya nos ponía los dientes largos nada más empezar este año, te transporta a los Whitesnake más duros, previo a su etapa como éxito de ventas. Riff macarra, batería muy presente y una voz que te seduce mientras te avisa de los peligros de mirar a los ojos a la criatura mitológica.
Para hablar de conexión con el pasado de la banda, hay que pararse a escuchar «We will meet again», que se convierte en nuestro comedor lleno de retratos de familia. Pero esta es una casa con su jardín y apertura de miras al exterior también, como «He will provide» que se sacude de encima diferentes estilos. A la vez contiene desarrollos para que la diversión no se limite a lo más sencillo de digerir. Atravesado estancia tras estancia, finalmente llegamos a mi favorita: la sala de juegos representada por «Cruel intentions». Estando dentro del grupo de temas más influenciados por el pasado, desarrolla y reordena los elementos que los pioneros del género esparcieron sobre la faz de la tierra para construir una letra que cabalga en perfecto movimiento sobre el resto de elementos.
En definitiva, una banda que no se deja amedrentar por las dificultades, se reinventa, y vuelve a hacer lo que queremos escuchar, una fantástica obra de hard rock. Con su nueva formación Nathan James se ha puesto las pilas en sonar más duro que nunca. Parece ser que don Bryan May ha comentado que la banda suena a Deep Purple como nadie, y si lo dice una autoridad en el estilo, no estoy yo por la labor de contradecir. Pero es verdad que no es una copia directa, sino que añade elementos y estancias que deleitará durante su visita a quienes gustéis.
Ymir Peiró
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