AUDREY HORNE + DEAD LORD + DEAD CITY RUINS
09.09.2015, Sala Razzmatazz 3
Promotor: HFMN Crew

A priori no era un concierto que pudiera ser más que eso, un buen concierto de una banda difícil de ver en España como Audrey Horne, un telonero con proyección como Dead Lord y unos australianos desconocidos. No era suficiente augurio como para llenar Razz3. Y cuatro horas después, la conclusión no puede ser otra: ¡Qué error más grande el de todos aquellos que prefirieron quedarse en casa esa noche de un lunes cualquiera!

Llegué mediada la actuación de Dead City Ruins y su Rock And Roll con ese aroma setentero y a Black Sabbath sonaba muy bien. Y de pronto, un mero concierto se revela como un espectáculo visual que roza la locura con Jake Wiffen de protagonista. Desde jugar con un cuchillo a bajar a cantar y contonearse entre el público para, más tarde, subirse a la barra a jugar con las luces. Inconscientemente, Jake lleva el espectáculo en su cuerpo gracias al tatuaje de Ozzy Osbourne y Randy Rhoads que lleva en su costado izquierdo. “Til death” supuso el broche de oro a un brillante concierto en todos los aspectos.

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Y llegaban los suecos Dead Lord para presentar “Heads held high”. Su contrato con Century Media les ha dado alas para pasar de tocar en RockSound a hacerlo en Razz3 con una banda como Audrey Horne.

En directo, el cuarteto se desenvuelve con mucha soltura y, pese a su juventud como banda (desde 2012), tienen muy claro el oficio. Hakim Krim y Olle Hedenström se reparten el protagonismo mientras desgranan temas como “Farewell”, “No regrets”, “Strained fools” o “Hammer to the heart”. Las influencias más que notorias de Thin Lizzy en su propuesta y un sonido añejo les sitúa en la hornada de bandas a tener en cuenta dentro del revival del Classic Rock que estamos viviendo con bandas como ellos y otras de tendencia más ocultista. ¡Que vuelvan pronto porque lo bordaron!

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La pena de Dead Lord es que tras ellos venían Audrey Horne y estos noruegos se comieron el escenario, al público y convirtieron Barcelona en una fiesta.

La banda liderada por Toschie decidió que, desde el minuto uno, tenía que recuperar las sensaciones perdidas tras lo sucedido en Bilbao (cuentan las malas lenguas que apenas hubo 15 personas) y Madrid (cancelaron por problemas con el bus de gira). Una banda hiperactiva sobre el escenario que hizo un balance casi perfecto entre “Youngblood” y “Pure Heavy” y entremedio colaron temas del disco que pasó infravalorado en su momento y que da nombre a la banda. Ice Dale y Thomas Tofthagen forman una solvente pareja de guitarristas mientras que Espen Lien al bajo ejerce de showman y animador también. Sin duda, una banda con carisma y presencia escénica. Si la suerte les acompañara, siguieran la progresión musical que llevan a día de hoy y se prodigaran más en vivo estaríamos hablando, junto a Volbeat, de una de las bandas de referencia del futuro del Metal. El tiempo dirá, pero de momento cortes como “Out of the city”, “Redemption blues” o la hímnica y festiva “Waiting for the night” se revelan como torbellinos electrizantes. En muchos momentos del concierto, Toschie bajó a cantar entre la gente, lo mantearon, lo grabaron en vídeo y, en el tramo final del concierto Ice, Thomas, Espen y Toschie decidieron que era el momento de tocar entre la gente, lástima que el kit de batería de Kjetil no fuera móvil.

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Y después del concierto, firmas y fotos con tres bandas que dieron una lección de actitud, eso de lo que tantas bandas adolecen sobre los escenarios.
En lo personal, agradecí que tocaran “Bridges and anchors” que, pese a no ser su tema más reconocido, sí es el que me hizo engancharme a la banda cuando les vi en Hellfest hace ya unos añitos en esos conciertos de las 11h00 de la mañana en los que se descubre a bandas espectaculares como Audrey Horne.

Texto y fotos: Marc Gutiérrez