Calificación del editor

Si “Stellar” estaba basado en ese concepto espiritual y alejado de la Tierra, “Finisterre” te trae de vuelta a ella.

8.5
VALORACIÓN

der weg einer freiheit

DER WEG EINER FREIHEIT
“FINISTERRE”
Season of Mist

“La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero” – Herman Hesse

En 1927, el escritor y Premio Nobel alemán Herman Hesse publicaba “El Lobo Estepario”, impactante novela que relata un viaje a los temores, inseguridades, angustias y miedos del ser humano contemporáneo, que trata de encontrar una armonía entre la esencia corporal y espiritual a través de un viaje de experiencias y descubrimientos. Casi cien años después, los alemanes Der Weg Einer Freiheit sacaban a la luz su tercer álbum de estudio, “Stellar”.

Teniendo como principal influencia en su música la obra de Hesse, la formación de Baviera comenzó a ganar reconocimiento internacional a raíz de este lanzamiento, donde las letras hacían referencia a esa dualidad entre lo corporal y lo espiritual, dando lugar a uno de los mejores discos de Black Metal en 2015 y lanzando su carrera a nuevos horizontes. Dos años después nos encontramos con el nuevo larga duración de Der Weg Einer Freiheit, “Finisterre”.

Si “Stellar” estaba basado en ese concepto espiritual y alejado de la Tierra, “Finisterre” te trae de vuelta a ella con un álbum mucho más agresivo y rápido pero conservando el estilo de la banda y teniendo como concepto el fin de un mundo donde las únicas fronteras que existen son las que nosotros mismos hemos creado por miedo. De hecho, lo primero que escuchamos en “Aufbruch”, el primer tema del álbum, es un fragmento de “El Muro”, de Marlene Haushofer, donde se habla sobre la renuncia a una anterior existencia en la sociedad moderna para aprender a relacionarnos con la naturaleza y con nosotros mismos. Y es que a lo largo de “Finisterre” se ven perfectamente diferenciadas estas dos partes, la agresiva, rápida y más black metalera del grupo (el caos de la sociedad moderna, lo artificial, los temores y angustias de los que hablaban tanto Hesse como Marlene) y la parte melódica, tranquila y relajante (la naturaleza, la riqueza de lo sencillo, la introspección, las cosas que de verdad importan). Ambas conectan, chocan, estallan de una manera preciosa en “Finisterre”.

Destaco especialmente “Ein letzer tanz” (Un último baile), donde somos testigos de esa mezcla de pasajes melódicos y tranquilos con estrofas rápidas y agresivas. Llama la atención también la habilidad del grupo para pasar de cero a cien en escasos segundos. Melodías lentas que se van apagando poco a poco hasta que entran todos los instrumentos a la vez en una explosión de semicorcheas y doble bombo. Y, por otra parte, el tema homónimo, “Finisterre”, de corte más headbanger hasta que da paso a una instrumentación clásica de cuerda que acompaña al resto de la canción hasta el epílogo del álbum.

David Hernández