rollingstones

THE ROLLING STONES
27.09.2017, Estadi Lluís Companys, Barcelona

Podría haber sido más original con el titular. Haber buscado uno de impacto que llamara la atención. Pero, sinceramente, ninguno reflejaría mejor lo vivido en el Estadi Olímpic Lluis Companys el pasado 27 de setiembre. Porqué sus satánicas majestades demostraron, una vez más, que el tópico “los viejos rockeros nunca mueren” les va como anillo al dedo.

La cita con Mick, Keith, Ron y Charlie era a las nueve de la noche, pero antes, la organización nos organizó una gincana para que los más madrugadores no nos aburriéramos mientras esperábamos, a los que llegaban con el tiempo justo no creo que les hiciera tanta gracia como a mi. La primer prueba, si ibas en coche, era aparcar, y una vez conseguido la más emocionante, encontrar la puerta de entrada, para ello debías ir buscando unos carteles tamaño DIN-A4 que indicaban el camino y preguntando a los organizadores, si tenías entrada de pista la vuelta que se debía hacer era considerable, (dicho esto debo romper una lanza a favor de la organización y reconocer que, por pasadas experiencias en el mismo estadio, este sistema hizo que la cola fuera menos agobiante y más ágil). Una vez llegabas ante el guardián del castillo debías superar una última prueba, la de la mochila, según lo simpático que fuera el guardián podías entrar la mochila o debías tirarla a la basura, a nosotros nos tocó tirarla.

Superada la gincana, y ya con una cerveza servida en un bonito vaso conmemorativo de la gira, que subía el precio de la bebida, tuvimos la oportunidad de disfrutar de una de las bandas más en forma del Rock nacional, Los Zigarros. Los valencianos salieron al escenario sin complejos e hicieron lo que mejor saben hacer, Rock and Roll. Con su estilo directo, sincero, sin pretensiones ni estridencias se metieron en el bolsillo a aquellos que esperaban impacientes que los ingleses empezaran su show.

Pasaban 20 minutos de las 9 de la noche, cuando se apagaron las luces, se iluminó el escenario y sonaron los primeros “golpes” de «Sympathy for de the Devil», y antes de que en Montjuic sonaran los típicos gritos de alegría, Mick Jagger saludó a las más de 60.000 almas que llenaban el Estadi Olímpic con un “uh, uh”, al que todo el estadio contestó de la misma forma (no había necesidad de decir «Bona nit, Barcelona», los allí presentes sabíamos que ese «uh, uh» era más sincero que el típico saludo). Acto seguido Mick Jagger salió al escenario con la fuerza de siempre y sus característicos movimientos, y en cuanto dijo lo de “pleased to meet to you, hope you guess my name” el estadio se vino abajo con la entrada en escena de Keith Ritchards y Ron Wood.
Sinceramente, mirando la extensa discografía de la banda no se me ocurre mejor canción para empezar uno de sus conciertos.
En honor a la verdad debo decir que, a pesar de la emoción de cumplir el sueño de ver a los Rolling por primer vez, el sonido en esta primera canción no estuvo a la altura, por suerte mejoró a lo largo del concierto.

Con el público entregado entonaron aquello de “i know, it’s only Rock and Roll, but i like it”, canción que algunos usamos para justificar nuestra afición a un estilo de música que se ha convertido en nuestro estilo de vida.
Entonces llegó el momento de tirar los dados con “Tumbling dice”, y éstos decidieron que las siguientes canciones sirvieran para presentar «Blue and Lonesome», su último trabajo. “Just your fool” y “Ride’em on Down”, fueron las escogidas. Dos canciones que muestran la esencia más pura de los Rolling, la de sus orígenes cuando el Blues de Muddy Watters y compañía les inspiró para formar la banda, encontrar su sonido y convertirse en la banda de Rock and Roll más grande del planeta.
Sigo pensando que las canciones de su último disco encajarían mejor un concierto más íntimo que en un concierto de estadio, quizá por eso solo tocaron éstas dos.

Aunque el tempo de las canciones era un poco más lento de lo normal, los años no perdonan, el ritmo del concierto era alto, estábamos viendo todo lo que uno espera ver en un concierto de los Rolling. Por eso antes de “Under my thumb” y “Rock off” la canción elegida por el público, la banda se tomó un respiro para que Mick Jagger, con un más que correcto castellano, recordara que era la octava vez que tocaban en Barcelona.

Entonces llegó el momento de bajar las pulsaciones, cerrar los ojos y disfrutar de uno de los himnos de la banda, “You can’t always get what you want”, con un Rod Wood, que tiró de maestría a la guitarra para darle más fuerza a la canción. El ritmo subió con el “Paint it Black” que precedió a uno de los momentos de la noche con “Honky tonk woman”. Una de esas canciones que te ponen una sonrisa en la cara y que te hacen darlo todo en el estribillo, momentos en el que la comunión entre el grupo y los fans fue total, aquí las guitarras sí sonaron todo lo fuerte que debían sonar, algo que a lo largo del concierto, en algunon momentos, se había echado en falta.

Tras la descarga de energía era el momento de bajar el ritmo, Mick Jagger presentó a la banda y se retiró a descansar. Keith Richards tomaba los mandos de la nave, y el Olímpic se vino abajo. Keith se llevó una de las ovaciones más grandes de la noche, la emoción le embriagó y le costó sobreponerse para poder empezar el momento más blusero de la noche que empezaba con una canción que venía al pelo en ese momento, “Happy”. Así es como estábamos los allí presentes, por eso a nadie le importó que Richards se equivocara con la letra de la canción, o que no acabara de afinar del todo con “Slipping away” o “Miss You”, canción con la qué Darryl Jones, con su bajo, se hizo el dueño y señor del escenario dejando en segundo plano a los protagonistas de la noche.

Jagger volvió a escena para empezar la recta final con “Midnight Rambler”, no sin antes decirnos que había comido algo tan típico catalán como “butifarra y trinxat de la Cerdanya”.
El Estadio Olímpic se vino abajo cuando resonaron los primeros acordes del “Start me up” y enloqueció con el “Brown Sugar”. Y cuando todos esperábamos que sonara “Satisfaction”, en todos los conciertos de la gira el orden era éste, nos sorprendieron con “Jumping Jack Flash”.

Y tras el típico parón para hacerse de rogar y coger aire llegaron los bises. El primero una de las canciones que más ganas tenía de escuchar en directo, una de mis preferidas de la banda, “Gimme Shetler”, y aunque estuvo a la altura de mis expectativas, y la corista que acompañaba a la banda en Barcelona tenía un chorro de voz que ya quisieran muchas cantantes, no era Lisa Fisher y se notó.
Para acabar lo hicieron con el clásico y, para mi gusto, sobreexplotado “Satisfaction”.

Aunque aquellos que los han visto en otras ocasiones puedan pensar que ha habido conciertos mejores, los que los que los vimos por primera vez salimos más que satisfechos con lo que habíamos visto.
Sea como sea, lo que quedó claro después del concierto es que, aunque hoy en día vivimos en un mundo lleno de filtros para conseguir likes, los Rolling Stones demostraron que no necesitan filtros para destacar sobre el resto.

Jordi Thormas