VOIVOD + NIGHTRAGE
24.09.2018, Sala Bóveda, Barcelona
Promotor: Madness Live
Hay bandas “true”, bandas “Trve”… y luego está Voivod
¿Dónde han estado los fans de Voivod todos estos años? Lo que son las cosas, si la última vez había sólo 20 personas viendo a estos locos canadienses, ayer la sala Bóveda registró una muy buena entrada para ver a un grupo que lleva ya más de 35 años de singladura. Han superado tragedias (la muerte de Piggy), han tenido a figuras de renombre en su formación (Jason Newsted de Metallica) y han grabado discos realmente difíciles de digerir, pero ellos siguen inasequibles al desaliento. Hay bandas “true”, hay bandas “Trve”… y luego está Voivod.
Nightrage defienden con uñas y dientes su death melódico
Pude reseñar el gran ‘The Venomous’ de Nightrage, esta agrupación de origen griego pero repleta de músicos de la ciudad sueca de Uppsala, más un canario residente en esas latitudes armado con un bajo. Importante demostración de contundencia, velocidad y técnica desde la primeriza “Being Nothing”. Abrasivos riffs para que Ronnie Nyman dejara patente su gran nivel de growls. Dinamismo escénico y notoria evolución ya en el primer corte de ‘The Venomous’, “In Abhorreance”. Las guitarra de la escuela Goteborg tomaron la sala y la clave más accesible se hizo patente.
Sus influencias son más que evidentes y hay muchos guiños a In Flames, Carcass o Dark Tranquillity, pero fue interesante ver el cambio que han ido experimentando respecto a temas más antiguos. “From Ashes into Stone” tiró de guitarras dobladas con Marios Iliopoulos y Magnus Söderman en primera línea. Mención aparte merece el baterista, Lawrence Dinamarca, que parecía un chico con pintas de no haber pasado el casting de “La revancha de los novatos” pero que dio una lección de pegada, técnica y pasión; y todo ello con expresión hierática.
El bajista fue presentando al grupo y el público fue entrando en el concierto con “Scathing” y “The Venomous”. Grandes ovaciones tras la exhibición de contundencia y velocidad con muchos blast beats por parte de Lawrence en la melódica pero rasgada “Insidious”. Demoledores en “Wearing a Martyr’s Crown” y remarcar el gran papel de su líder y guitarrista Marios a la hora de realizar los coros con su voz más limpia.
Impresionante lección de coordinación en una banda muy trabajada que terminó con la primeriza “The Tremor”. Puede que no fueran la banda ideal para Voivod pero digámoslo todo… ¿Hay banda ideal para telonear a Voivod?
Voivod sobreviven a una invasión de escenario cansina
Se lo llevaron de calle y demostraron que una banda como Voivod se siente mucho más cómoda en una sala pequeña que en un festival. Había muchos que se inquietaban encima y pronto el concierto fue un constante pogo que derivó en invasión de escenario y stage divings de todo tipo. Arrancaron con “Post Society” y esos riffs disonantes y marcianos combinados con esa base punk impagable. Buen
sonido y creciente desmadre con circle pits con los que pronto Snake aprendió a convivir. Se aulló de placer en “Ravenous Medicine”, primera cápsula del tiempo hacia el seminal “Killing Technology”. Riffs siderales en “Obsolete Beings” de su último “The Wake”, demostrando que el nuevo material es más que recomendable.
Individuos de todo tipo y pelaje empezaron a tomar el escenario para lanzarse y los pipas y banda se fueron resignaron ante la continua invasión zombie. Impresionantes en “Technocratic Manipulators” con parte de la sala cantando el estribillo. Snake refrescaba el gaznate en cerveza y el bajista Dominique Laroche fue animando a las hordas invasoras de escenario, ya totalmente desatadas. “Into My Hypercube” mostró su cara más templada para luego deambular por las habituales estructuras
cambiantes. Los temas en Voivod crecen de forma orgánica y la lógica se escapa.
Punk cibernético y metal disonante
Grandes a nivel de coros con participación de Laroche y Chewy. Estelares en la complejidad de “Conspirancy” y enamorado todavía estoy de “The Prow”. Aquí la indagación punk (bueno… técnicamente más post punk) es evidente. “Order of the Blackguards” fue la segunda visita al “Killing Technology” y las primeras filas se armaron de valor. Escalaban el escenario como si tomaran el Abismo de Helm para continuar su fiesta al ritmo de “Fall” y “Always Moving”. Tras “The Lost Machine” encararon uno de los grandes momentos de la velada: la homónima «Voivod». Es un tema que consigue aunar casi todos los ingredientes de la banda de Québec, que no son pocos ni son fáciles de asimilar…
Antes del bis de rigor sacaron un pastel para celebrar el cumpleaños de uno de sus roadies; 24 primaveras cumplía el amigo que terminó soplando las velas. Y para cerrar la noche qué mejor que “Overreaction”, otra de las imprescindibles de su obra más aclamada, con un Away desatado tras los parches. Laroche terminó robándole la gorra a uno de los invasores de escenario, pero a esas alturas ya se abrazaban con el grupo.
Gran concierto de una banda que cumple como pocas y que tiene la humildad por bandera. Nada más bajarse del escenario estuvieron para y por el público, tras hora y 20 minutos de descarga cibernética. Su mezcla de punk técnico con base metal es tan icónica como ese logo ochentero de “insectores digitales”. Con Voivod pasa como con Anvil, están por encima del bien y el mal, y se lo han ganado tras 35 años. ¿Alguien conoce una banda que suene como Voivod? Quizá Watchtower… pero no es lo mismo.
Texto: Jordi Tàrrega
Fotos: Irene Serrano
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