Opera Magna 1

KAMELOT + OPERA MAGNA + LEAVES’ EYES
06.10.2018, Sala Razzmatazz 2, Barcelona
Promotor: Madness Live

Siempre es un placer poder asistir a un show de Kamelot, pero más lo es cuando las dos bandas que le acompañan son gente de la talla de Leaves’ Eyes y Opera Magna. El combo multi-nacional llamado Kamelot ya no tiene a muchos de los nombres clásicos y queda sólo Tom Youngblood como superviviente, pero las piezas encajan y el grupo funciona y mantiene la calidad que siempre ha atesorado. Ya lo demostraron en el pasado Leyendas en Villena, están en un momento muy dulce. La gente fue puntual y ya desde las siete empezó a llenar una Razz 2 que terminó con una muy buena entrada.

Leaves’ Eyes se reinventa y trae a un ejército
Mucha expectación para ver a esta versión de Leaves’ Eyes sin la gran Liv Kristine, pues de hecho, el grupo y el nombre de este tomaron toda la inspiración en la diva noruega.
Alexander Krull sabe que está comenzando de cero y que muchos fans han tomado parte y opinan a favor o en contra de Liv y de él. Pero más allá de la pérdida de su gran vocalista esta versión de Leaves’ Eyes engancha, es dinámica, más festiva y Elina Siirala es un portento en directo. Se apoyaron en su nuevo disco con una “Sign of the Dragonhead” en la que estuvieron acompañados por siete vikingos armados con cota de malla incluida.
Dinamismo y contundencia y un ramalazo folk que no les queda nada mal como en “Across the Sea” y “Swords in Rock”. Suenan como si Santiano tocaran el “To Hell and Back” de Sabaton, pero les quedaron realmente bien ambas. Krull toma un segundo plano y va metiendo sus guturales, pero cuando disfruta más es al comunicarse con el público. Elina es un ángel y se ganó al público mientras Alex estaba más por tomar fotos y hacernos mover al ritmo de la música. Había mucha parte pregrabada, pero se agradece que los vikingos fueran entrando y saliendo dando color y acompañando el ritmo golpeando sus espadas en sus escudos. Destaco especialmente “Riders on the Wind” de pura inspiración Freedom Call (muy “Far Away”).
“Hell to the Heavens” evidenció que Elina no es Liv, pero que no lo hace nada mal. Se siente mejor en terrenos sinfónico-folks como en “Beowulf” y también se nota que el grupo lleva ya tiempo junto. Gran final con “Blazing Waters” y con las espadas en alto.
El grupo y los vikingos estuvieron en la zona de merchandising nada más terminar para hacerse fotos y firmar con un Alex organizándolo todo. Que diferencia con la última vez que tardó dos horas en salir… Se nota que tiene que trabajarse estos nuevo Leaves’ Eyes.

Leaves' Eyes 1

Leaves' Eyes 1

Opera Magna no tienen rival en la Península Ibérica
No me cansaré de decir que Opera Magna es una de las mejores bandas a nivel peninsular. Su propuesta es brillante y su ejecución técnica es sublime. La inspiración la toman de los Symphony X de la mejor etapa (no es casual que su cantante Jose Vicente llevase la camiseta de este grupo). Impresionante apertura con la instrumental “Rojo escarlata”. Gran sonido y puesta en escena para continuar con la épica “Para siempre”. Power metal sinfónico con galones y con multitud de detalles técnicos. Van
sobrados de técnica y calidad.
Rubén Casas edifica un castillo con los teclados envolviendo la velocidad de guitarras, batería y bajo, precisos y preciosos. Cuando recurren al disco “Poe” siempre es una buena noticia. Altísimo nivel para “El pozo y el péndulo” y velocidad para “Horizontes de gloria”, que suena primeriza, pero convenció a la parroquia más power-lover.
“Donde latía un corazón” es mucho más teatral y dejó espacio para que Enrique Mompó y Francisco Javier Nula se explayasen con sus guitarras. Excelente Jose Vicente a la voz, expresivo, y subiendo a los agudos de “El corazón delator” sin problema alguno.
Arremetieron con “Hijos de la tempestad”, otra que tira de épica y que es una perfecta muestra de lo que es este grupo. Pero si hay un clásico absoluto este es “La herida”.
Un tema monumental que engancha desde la primera escucha y que es capaz de mirar de tú a tú a Symphony X. Una maravilla del fenomenal “Del amor y otros demonios Act. I”. La bnda demostró una profesionalidad pasmosa, parece que tengan clarísimos los objetivos y que vayan a por todas. En su estilo no hay ninguna banda española que pueda hacerles sombra.

Opera Magna 2

Kamelot están en un momento dulce
Siempre he sido un enamorado de Kamelot a pesar de que después de “The Black Halo” mi amor por la banda fue disminuyendo progresivamente hasta volverme a enamorar con “Haven”. En directo no suelen fallar, y más con un Tommy Karevik que sustituyó a Khan en el momento justo. Escenario solemne, Karevik encapuchado, luces azules y negro riguroso en las vestimentas. Tras la ampulosa intro atacaron un “Phantom Divine (Shadow Empire)” que nos indica que siguen apostando por la misma fórmula que les ha hecho grandes. Impresionante Lauren Hart (Once Human), otro ángel con unos guturales muy limpios y personales.
Youngblood es el jefe y se encarga de dejarlo claro por gestualidad y posición. Visita al “Ghost Opera” con el sabor arábigo de “Rule the World”. Karevik se ha ganado a la gente con su voz, pero va más allá de ser un clon a Roy Khan. El chico tiene personalidad y carisma escénico. “Insomnia” era la primera del “Haven” y les quedó mucho más lucida que en el Leyendas. Aquí no llevaban fuego, pero sí esos cañones de humo que sustituyen a sus habituales fogonazos. Batería y teclados estaban en ambos flancos del escenario equiparando el estatus de Oliver Palotai y Johan Nunez. Éxtasis con dos ya clásicas como son “The Great Pandemonium” y “When the Lights Are Down”, recibida como el himno que es.
Un set list vertebrado por su última obra y “Haven” “End of Innocence” puso el toque suave a la velada para luego arremeter con uno de los grandes títulos de su discografía “Veil of Elysium” con la gente coreando la entrada, muy de inspiración Edvard Grieg. Cabe destacar el trabajo de Sean Tibbetts a bajo,
aunque muchos siempre echaremos de menos a Glenn Barry. No me quejaré de “Here’s to the Fall” pero sigo echando de menos material antiguo y baladas de la talla de “A Sailorman’s Hymn” o “Don’t You Cry”. “Ravenlight” me hizo pensar que tendré que escuchar más su nuevo disco, pero cuando el grupo arremete de una tacada con “March of the Mephisto (excelente Lauren Hart otra vez como Mephisto) y “Karma” es
un gozo, y más cuando suena esa intro cibernética que en su día llegó a ser criticada.
“Amnesiac” es el single del nuevo disco y posee todos los elementos habituales del combo. Convence, pero se nota que el grupo se encuentra cómodo con la fórmula ganadora. Solo de batería y teclado para dejar clara la inspiración clásica de Palotai y que Jo Nunez es un gran fichaje. “Sacrimony (Angel of Afterlife)” contó con la participación de su vocalista invitada en otro de sus temas fundamentales. Fue
entonces cuando Thomas Youngbood se aferro al público y dedicó unas palabras a la gente mientras la esta gritaba “Kamelot, Kamelot”.

Kamelot 4

Kamelot 5

Grandes momentos en los duetos de Karevik y Lauren. Tocaba “Forever”, posiblemente su tema más emblemático. Toma la inspiración en el “Peer Gynt” de Edvard Grieg. La audiencia lo daba todo en un corte de los de puño en alto y dejarse la voz en el estribillo. El único bis sería el “Liar Liar (Wasteland Monarchy)”, un corte que se ha ganado ese espacio de honor. No hay dudas de que con el “Haven” recuperaron su más alto nivel. Aquí el grupo echó el resto con humo, luces, poses y el dueto de Karevik y Lauren.

Kamelot 3

Kamelot demostró ayer que verles en su gira, con toda la producción y con el set completo les hace ganar muchos enteros respecto a los festivales. El único pero a hacerle al grupo es que se olviden sistemáticamente, ya no de los primeros discos, pero sí de “The Fourth Legacy”. A fin de cuentas, es el disco que les puso en el mapa y una obra maestra sin paliativos. Youngblood hace honor a su nombre y se nutre se nuevas caras cada cierto tiempo, y lo mejor de todo es que le funciona la cosa. A día de
hoy un show de Kamelot sigue siendo tan intenso y bueno como hace 20 años. No fallan y son regulares tanto en disco como en directo. Poco más les podemos pedir.

Texto: Jordi Tàrrega
Fotos: Josep María Llovera