Calificación del editor

Ha quedado un compacto más ecléctico que los anteriores en cuanto a estilo. Tenemos himnos con aire celta, hard rock, melodía y baladas. No se puede decir que todos los temas suenan ni parecido.

8.5
VALORACIÓN

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BLACK STAR RIDERS
‘ANOTHER STATE OF GRACE’
Nuclear Blast

Dentro de su ciclo habitual de un trabajo cada dos años, llegó lo nuevo de Black Star Riders. Seguramente estaba todo calculado para publicarlo en cuanto acabara la gira del 50 aniversario de la banda Thin Lizzy. Para mí esta banda tiene un algo especial, y es que, nada más ver a Rick me entran ganas de llenarme el cuerpo de tatuajes, calarme una corra y salir a las calles de Belfast a liarla. Comparado con los álbumes anteriores no sería mi favorito, pero sólo porque el primero está lleno de himnos para mí, igual lo pongo en un segundo lugar.

Recordemos rápidamente que han tenido cambio de miembros. En la guitarra se ausentó Damon Johnson y entró Christian Martucci (Stone Sour) y en la bateria se fue Jimmy DeGrasso y entró Chad Szeliga (Black Label Society). En cualquier caso, Ricky Warwick y Scott Gorham siguen ahí dando cuenta del alma de BSR y dicen estar muy contentos y haber congeniado mucho con los nuevos miembros, que incluso han colaborado en la composición de temas.

Metiéndonos en el meollo musical, que es lo que importa, el trabajo empieza con «Tonight the Moonlight Let Me Down», buen estandarte y puerta de entrada con toda la artilleria de la casa: fraseos de guitarra doblada y la voz rasgada de Rick, puro sonido Irish Rock fresco, como si no hubieran pasado 50 años desde que Thin Lizzy abanderó este estilo tan maravilloso.

«Another State of Grace» ya me cautivó como single. Percusión celta, fraseado de guitarra y de nuevo Rick que invoca a Phill con cada rasgado de su garganta. El calificativo que más se escuchó cuando salió fue: ‘Se parece a Dropkick Murphys’, pero es que estamos hablando de rock inspirado en Irlanda, las dos bandas lo practican. No es que se roben la una a la otra, simplemente usan recursos similares. Si la curiosidad te mata en este punto, escucha «Shipping Up To Boston» de los Murphys. Para mi BSR es más fino, DM es más rudo.

Respecto a «Ain’t the End of the World» aviso que el vídeo es un poco raro, pero míralo hasta el final porque la canción vale la pena. Esta va a ser la tercera y última del sonido Lizzyano más clásico, porque si algo tiene este nuevo trabajo es variedad.

Sobre «Underneath the Afterglow» diría que empieza con una guitarra cabalgante acompañada de un teclado que la complementa a la perfección. La melodia de la voz la acompaña y finalmente el bajo también tiene su momento de esplendor. Pero todo esto sólo sería una mera descripción de la magia que despierta: potente y muy rockera.

Si pensabas que el disco de Tool era el que te iba a hacer darle vueltas al coco hasta explotar, quizás esto te cambie el punto de vista. Me explico: hay dos temas en el disco que tienen el tono de The Hellacopters, una banda sueca que decidió recuperar el sonido de las bandas de rock duro de los setenta, como Thin Lizzy. Y de Thin Lizzy vienen los miembros de Black Star Riders. ¿Qué me dices, te ha explotado el cerebro ya? Si no me crees escucha los temas «Soldier in the Ghetto» con un hammond espectacular y «Poisoned Heart» último tema del disco.

«Why do you love your guns?» se convierte en la balada del larga duración, más lenta que las demás y con solo de guitarra precioso, diciendo que no hay nada más poderoso que el amor. Cuando ya te tengo convencido para ponérsela a tu pareja en una noche especial, te comento que la letra parece que trata sobre el tiroteo que ocurrió en la Escuela de Primaria Sandy Hook en Newtown en 2012, así que mejor nada de momentos románticos, vaya a ser que tu pareja sepa inglés.

«Standing in the Line of Fire» nos enseña otra de las mil maneras que tienen de aderezarnos con hard rock, riff poderoso de estrofa y riff poderoso de estribillo. Si le tengo que sacar una pega es la resolución del estribillo, ahí Rick me ha fallado.

Parece que se está convirtiendo en tradición y todo el mundo disfruta con que aparezca Pearl Adey colaborando con los chicos, en este caso en el tema «What will it take?». Cede su voz incluso cogiendo espacio de voz solista, no únicamente en los coros. La recordarás porque la oíste en «Testify or Say Goodbye». No es en la linea directa y dura a que nos tienen acostrumbrados BSR, tira más hacia ese folk americano, pero es muy agradable de escuchar y complementa el trabajo perfectamente.

«In the Shadow of the War Machine» vuelve a cambiar el rumbo, es pesada en cuanto a contundencia, machacona y aún así tiene sus momentos de luz con melodía que caracterizan a la banda, pero dándole una interpretación diferente. No dirías que es un tema suyo de entrada, hay que fijarse en las sutilezas y los detalles.

Y hasta aquí hemos llegado. Ha quedado un compacto más ecléctico que los anteriores en cuanto a estilo. Tenemos himnos con aire celta, hard rock, melodía y baladas. No se puede decir que todos los temas suenan ni parecido, aunque si que tienen un sonido común, que ya viene de los trabajos anteriores, parece que producción está de acuerdo en que este es el sonido diferencial de la marca.

Ymir Peiró