METALLICA
‘S&M²’
Tras casi tres años presentando por todos los rincones del mundo su último disco ‘Hardwired… To Self Destruct’, Metallica confirmaba dos conciertos muy especiales para celebrar la inauguración del pabellón Chase Center en la ciudad que los vio crecer como banda, San Francisco. En ellos, y aprovechando el vigésimo aniversario del lanzamiento de ‘S&M’, volverían a contar con el respaldo de una orquesta sinfónica. Quizás debido a la polémica que hubo por la venta de entradas (parece ser que las del primer día iban destinadas casi en exclusiva a compromisos lo que hizo que apenas llegaran a los fans. Por suerte el segundo día se limitó exclusivamente a ellos) o simplemente por unirse a la ola de estrenos musicales parecidos en salas de cine, Metallica decidió ofrecer el pasado día 9 de Octubre un estreno simultáneo en todo el mundo con el resultado de la grabación de los dos días, que por cierto ya se ha anunciado como lanzamiento para el próximo 2020. Una oportunidad para vivir el evento de una manera diferente aprovechando la gran pantalla y la calidad de sonido que ofrecen los cines en la actualidad.
Antes de sentarnos en la butaca, hagamos un poco de historia. En 1991, Metallica unió sus fuerzas con Michael Kamen para que el compositor aportara su granito de arena con unos arreglos orquestales en el tema “Nothing Else Matters”. Aquella experiencia dio pie a retomar la idea, que ya tuvieron en 1969 Deep Purple, de unir los trabajados arreglos de la música clásica con los directos riffs del Rock. La culminación del proyecto llegó en 1999, justo cuando los cuatro jinetes de San Francisco estaban atravesando su peor momento como banda. Las desavenencias entre los miembros y las malas críticas cosechadas por sus dos últimos discos hicieron que ‘S&M’ volviera a poner al grupo en boca de todos. El resultado de aquel concierto tiene tantas opiniones distintas como oídos lo escucharon. Hay quien lo odia y hay quien lo ama. Veinte años después nos encontramos con su segunda parte y con sensaciones parecidas.
Pero entremos en faena con la proyección. Tras ver un pequeño publirreportaje sobre su fundación “All Within My Hands” y un corto making off de cómo se gestó esta segunda entrega, una serie de postales de la ciudad de San Francisco se convierten en un improvisado cicerone que nos acompaña al interior del Chase Center. Nos recibe un diseño escénico lleno de pantallas circulares que nos recuerda ligeramente al que mostraron en la primera parte de la gira por pabellones cerrados. Ya en el interior, suenan las primeras notas de “The Ecstasy of Gold” impecablemente interpretada por la orquesta, para dar paso a la banda y comenzar el concierto con “The Call Of Ktulu” como veinte años atrás. “For Whom The Bell Tolls” confirma dos cosas, que los arreglos de Michael Kamen se han respetado para los temas que ya sonaron en ‘S&M’ y que en cuanto la apisonadora sonora de Hetfield y compañía se pone en marcha no hay arreglos que se escuchen. En estos veinte años han habido tres discos con material nuevo que había que incluir también y “The Day That Never Comes” fue la primera en aparecer dejando todo el protagonismo inicial a una orquesta que, a lo largo del tema, se va diluyendo en favor del pesado sonido del cuarteto. Uno de los momentos más destacables del concierto fue “The Memory Remains” con un público entregadísimo en la parte final, cantando ad eternum la parte que Marianne Faithful tenía en la versión original. Y lo cierto es que seguramente hubieran seguido hasta el infinito, pero el concierto debe de continuar y la banda lo corta de manera tajante. Lo peor es que lo hacen para tocar uno de los temas más flojos de su último trabajo, “Confusion” que no mejora con los arreglos y lo extraño es que se decantaran por este en vez de por el tema que da nombre al disco. Por suerte “Moth Into Flame” subió el pulso del repertorio y dio paso para recuperar, el que para mi era uno de los mejores temas de la primera edición, “The Outlaw Torn” que volvió a sonar de nuevo sublime y engrandecida por la orquesta. “No Leaf Clover” tuvo su momento de gloria en esta primera parte del set que terminó con “Halo On Fire” y que sirvió para que, como en los conciertos clásicos, hubiera un descanso.
Hasta aquí, quitado los cambios de repertorio, nada nuevo. Fue al comienzo de la segunda parte en el que se pudieron apreciar más variaciones. Lars Ulrich fue el encargado de salir y agradecer al público proveniente de todo el mundo que estuviera allí en una ocasión tan especial (imagino que las imágenes serían del segundo día) y además presentar y dar la bienvenida a los nuevos miembros de la familia Metallica: La Orquesta Sinfónica de San Francisco dirigida por Michael Tilson Thomas y de Edwin Outwater. Tras la presentación Outwater, que había estado dirigiendo toda la primera parte, cedió la batuta y la palabra a Tilson Thomas. Tras una breve introducción, la orquesta interpreta el segundo movimiento de la “Suite Escita” de Prokofiev tomando un papel protagonista que continuaría con la siguiente pieza, “La Fundición de Hierro” de Sergei Mosolov, en la que los cuatro jinetes subieron de nuevo al escenario para una aportación que bien podrían haberse ahorrado. Y cuando uno ya piensa que el concierto seguirá su curso, una nueva sorpresa. Para el siguiente tema Hetfield se queda sólo en el escenario, rodeado por los cien músicos para interpretar “Unforgiven III” a voz y orquesta. Se le ve incómodo y sin saber que hacer sin una guitarra en las manos, pero queda como otro de los momentos estelares del repertorio. En cambio la incorporación de uno de los temas de ‘St. Anger’, “All Within My Hands”, aunque curiosa quedó bastante deslucida. La última de las sorpresas que la banda tenía preparadas para el concierto fue una sentida interpretación de “Anesthesia (Pulling Teeth)” por parte del primer cellista de la orquesta, con lo que cada uno de sus discos se vio representado esa noche con un tema al menos.
A partir de aquí vuelta a los clásicos para terminar por todo lo alto: “Whatever I May Roam”, ”One” (con una aparición bastante sonrojante de Lars Ulrich durante la intro), “Master Of Puppets”, “Nothing Else Matters” y “Enter Sandman”. Y mientras los títulos de créditos van citando a todos los involucrados en el concierto, uno va saliendo de la sala con cierto regusto amargo.
Creo que las novedades aportadas a esta segunda parte se han quedado a medio camino de lo que podrían haber sido. A mi entender, la banda ha perdido una excelente oportunidad de interpretar una “Unforgiven Suite” como llevan años diciendo que ojalá pudieran hacer. O trabajar algún tema más de “Kill Em All”, y lo más importante, los arreglos de los nuevos temas pecan de ser poco arriesgados y sin personalidad propia.
Por otro lado, es un concierto de Metallica y te pasas las dos horas largas cantando, pero la
frialdad de una sala de cine medio llena no acompaña a un evento como este y puede ser que eso influya para ver este como ‘S&M²’ un quiero y no puedo en el que se ha perdido el factor sorpresa. Quizás todo sea mejor cuando se pueda hacer un streaming en directo y que el público vaya para ver algo a lo que no puedan asistir por la distancia.
Maese Leiva
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