Calificación del editor

Un trabajo que tiene tantas posibilidades de gustar como de provocar una calvicie provocada por los tirones de pelo al escuchar este giro evolutivo hacia la música electrónica. Pero... ¿es realmente un cambio tan radical? en realidad este nuevo trabajo casi podría considerarse una vuelta a los orígenes.

7.5
VALORACIÓN

steven wilson the future bites

STEVEN WILSON
‘THE FUTURE BITES’
Caroline Records

Han pasado treinta años desde que Porcupine Tree publicara su primer disco. Treinta años de una evolución constante en la música que Steven Wilson ha ido creando hasta llegar al reciente ‘The Future Bites’. Un trabajo que tiene tantas posibilidades de gustar como de provocar una calvicie provocada por los tirones de pelo al escuchar este giro evolutivo hacia la música electrónica. Pero… ¿es realmente un cambio tan radical?

Cuenta la leyenda, bueno y el propio Wilson, que antes de que Porcupine Tree apareciera, él hacía música electrónica. Así que en realidad este nuevo trabajo casi podría considerarse una vuelta a los orígenes. Pero más allá de la anécdota, lo interesante es comprobar si ‘The Future Bites’ supone un cambio tan radical. Que Wilson es un enamorado de la música ha quedado claro durante su carrera en cada una de las facetas posibles, ya sea como compositor, productor, ingeniero de sonido o con las múltiples y variadas remezclas que ha ido confeccionando en los últimos años. Así que partiendo de esa base, lo que está claro es que en ‘The Future Bites’ no hay puntada sin hilo.

El disco se inicia con la dupla “Self” / “Unself”. La primera es una breve introducción para la segunda en la que la guitarra tiene una de las pocas apariciones claras de todo el disco. Tomada como una única canción podría, en cierto modo, recordar a la estructura de “Space Oddity” de Bowie, en la que “Self” ocuparía el espacio de esa introducción antes del lanzamiento de Major Tom a explorar un espacio que bien podría representar “Unself”. Ésta muestra el camino sonoro al que Wilson nos invita, en este presente con tintes distópicos sobre cómo las redes sociales y la tecnología están acelerando a demasiada velocidad los matices de las relaciones sociales. No deja de ser curioso que en un tema como este uno pueda apreciar ciertos matices de “Fame” de David Bowie en el retrogusto de nuevo, en la que ambas coinciden en concepto pero adaptado a la actualidad.
“King Ghost” es uno de los temas que ha ido dejando escuchar durante el tiempo en que el disco ha visto su fecha retrasada. Y si en ‘To The Bone’ el pop de los ochenta tenía un especial protagonismo, los aires electrónicos de la época toman el relevo y filtran entre sus compases recuerdos a Tangerine Dream, como en este caso, o a Kraftwerk. De hecho estos dos temas no están tan lejos de “Song Of I” de ese mismo disco. En “12 Things I Forgot” los seguidores de Wilson se reencuentran con el de anteriores trabajos y ofrece una sencilla pero efectiva balada con un estribillo tan pegadizo como chicle. Un soplo de aire fresco dentro del universo artificial que Wilson ha creado, un tema emocional dentro de la frialdad de las modernas relaciones.
“Eminent Sleaze” crece sobre la base de un simple aplauso, convirtiéndose en un tema de aires funky donde Prince se mezcla con The Temptations y un estribillo que recuerda a los The Beach Boys de ‘Kokomo’ (sí, ya se que no es el mejor trabajo de los californianos pero el oído lleva hasta allí) y en el que uno puede encontrar en ese solo de guitarra un punto de Robert Fripp en el tema “Fashion”. Otra vez aparece el duque blanco y con otro tema ahondando en esta sensación de “Sin likes no eres nadie”. La sombra de ‘To The Bone’ vuelve a planear para acercarnos a los ambientes a los que Wilson nos tiene más acostumbrados cuando escuchamos “Man Of The People” con un estilo más bien floydiano, pero rápidamente vuelve a la senda marcada de la electrónica en cuanto “Personal Shopper” entra en escena. Este fue el primer tema que salió a la luz del disco y el que hizo saltar las alarmas entre los seguidores de los sonidos más rockeros. Sintetizadores, beats sacados de los ochenta, coros femeninos… pero el bajo y la manera en que camina durante todo el tema hace que acabes entrando en el tema, tanto que los nueve minutos de duración no se hacen para nada largos. Todo eso, acompañado de un puente que los oídos mas rockeros podrían relacionar con Ghost tranquilamente, hacen de este tema uno de los cortes más interesantes del disco y el que mejor explica el concepto global del trabajo, que queda muy claro con el videoclip que le acompaña. Como curiosidad, la profunda voz narradora de la parte central no es otra que la de Sir Elton John.
“Follower” se presenta como una ligera subida en las pulsaciones, una especie de carrera de fondo desesperada que representa de manera musical el estrés que para muchos supone conseguir tener muchos seguidores.
Cierra el disco “Count Of Unease”, un tema tranquilo de despedida, algo habitual en los últimos trabajos de Wilson, una especie de canto al relax, al salir de toda esa vorágine creada por extraños algoritmos que deciden qué es o no de interés para nosotros.

Como a todo en esta vida, el tiempo pondrá en su sitio a este trabajo. Reconozco que la primera escucha del mismo puede llegar a ser chocante, y quizás hasta decepcionante, pero no son necesarias muchas oportunidades para poder apreciar algunos de los muchos detalles que esconden sus canciones. Cierto es que es difícil que desbanque a discos como ‘The Raven…’ o ‘Hand.Cannot.Erase’ en la lista, pero ‘The Future Bites’ es un buen disco en el que, para bien o para mal, sus cuarenta minutos de duración lo hacen perfecto para no cansarse de esos toques electrónicos en caso de no convencerte. Y si te ha gustado y quieres más, en su edición de luxe, además de versiones extendidas, puedes escuchar varios temas extra, de los que alguno podría haberse incorporado al equipo titular como por ejemplo “Move Like a Fever”, en la que añade al frasco de las inspiraciones a los Depeche Mode de la primera época, o “Wave The White Flag”, que se aleja ligeramente del concepto del disco pero nos acerca al Wilson de los últimos discos. Si ‘To The Bone’ era un homenaje al pop-rock de los 70-80 y recordaba a Tears For Fears, Peter Gabriel o incluso ABBA, en ‘The Future Bites’ la música electrónica de los 80 toma el relevo.

Quién sabe qué es lo que puede pasar por la cabeza de Wilson para preparar su próximo disco, si volverán las oscuras guitarras en nuestros tocadiscos a girar. De momento, se puede disfrutar de los beats, de los tintes de música electrónica, y si necesitas más caña, cada uno que tire de lo que tenga en las estanterías, es simplemente cuestión de encontrar un momento para cada música.

Maese Leiva