KORPIKLAANI + MOONSORROW
14/04/2016 Razzmatazz 2, Barcelona
Promotor: Madness Live! Prods
Hay bandas que todo metalero debería conocer. Y no me refiero a bandas fáciles de digerir precisamente, sino a esas bandas que por desconocimiento, pereza o falta de interés, se quedan en el tintero de una gran mayoría que inconscientemente no sabe que les gustan y que harían su campo musical mucho más rico. Bandas como Kampfar, Primordial, Thyrfing o los que nos ocupan ahora, Moonsorrow. Bandas que gracias a sus épicas y complejas composiciones son más que conocidas fuera de nuestras fronteras pero que aquí tienen una minoritaria repercusión. A la vista están la cantidad de festivales europeos como el Ragnarök en Lichtenfels (Alemania), el Kilkim Zaibu en Lituania o el Hammerfest también en Alemania dónde los carteles son un auténtico lujo para los seguidores de este estilo.
Con una gira bajo el nombre de Finnish Folk Metal Mafia, Korpiklaani y Moonsorrow se han lanzado a las carreteras de Europa este mes de Abril para, durante veintitrés fechas, presentar ambos nuevos lanzamientos y dejar su huella con su folklore finés que tanto nos gusta. Una idea muy bien gestada desde su país natal ya que las dos bandas comparten escenario los mismos tiempos y con las mismas condiciones, o sea una hora y media, así que los dos combos son los cabezas de cartel de una exquisita gira que sólo pasaría por la península por Madrid la noche anterior en la sala Arena y en Barcelona por la mediana Razz 2.
A las siete de la tarde abrió las puertas la mediana Razzmatazz y mientras pasaba la media hora que faltaba para que salieran a escena Moonsorrow, sucumbí ante el enorme stand de merchandising compartido por las dos bandas dónde tenían a la venta todos sus catálogos textiles disponibles. Creo, y no exagero que es uno de los stands más grandes que he visto nunca, ocupando la pared izquierda que va de la rampa de entrada hasta la barra izquierda, y dónde allí habían infinidad de camisetas, sudaderas y todo tipo de objetos relacionado con las bandas. El resto de la sala pese a llenarse tan solo de la mesa de sonido hacia el foso, la mantuvieron intacta sin usar las típicas cortinas negras.
Moonsorrow hace tan solo trece días que acaban de sacar al mercado su octavo disco de estudio (“Jumalten Aika”) el primero que graban con el sello alemán Century Media, después de muchos años trabajando con Spikefarm y era obvio que el público no conociera el nuevo material, pero no fue motivo, todo lo contrario, para que los de Helsinki se sintieran arropados por la cantidad de jóvenes que fueron principalmente por Korpiklaani y que apoyaron por igual la propuesta de estos veteranos del metal pagano.
Con unas potentes luces azules traseras que dejaban ver tan solo las siluetas a contraluz de los músicos, los finlandeses abrieron con el medio tiempo “Jumalten Aika” tema de trece minutos que da nombre al nuevo disco, casi un cuarto de hora de composición épica dónde los teclados y los coros son los protagonistas, teclados que durante los primeros minutos solaparon a las guitarras hasta casi el segundo tema. Las caras de sorpresa de la gente que no conocía a la banda a estas alturas ya era un poema.
“Raunioilla” del aclamado “Kivenkantaja” fue el segundo tema y donde todos los músicos a modo de coro hicieron esta pieza más grande aún en directo.
Fue en “Suden Tuti” corte que fue subido a la red días antes para dar a conocer el nuevo álbum, donde el cantante Ville Sorvali se dirigió al público catalán y cuando preguntó si habían escuchado el nuevo disco, con la lógica y silenciosa negativa respuesta. “Suden tuti” precisamente no es que sea el mejor aperitivo para adentrarse en el nuevo disco, siendo el más lineal de los temas, aún y así levantó más de un puño al aire.
Si hay un tema que podría definir a la perfección el sonido de Moonsorrow, ese sería “Jotunheim” (“Verisakeet”, 2005) ya que contiene todos los elementos necesarios para ser una obra de arte épica. Su relajado inicio, sus cambios de ritmo, sus épicos y pegadizos coros y sus envolventes melodías hacen de este tema el estandarte perfecto del Pagan Metal. Toda una gozada vivirlo en directo.
“Ruttolehto” segundo corte del nuevo disco y que sonó al más puro estilo Einherjer calentó a una sala cada vez más en comunión con la banda consciente de que el final se aproximaba y que llegaba el turno de ver a sus queridos Korpiklaani.
Haciendo ejercicio de memoria y avisando que quedaban dos temas para acabar su show, la banda recuperó “Ukkosenjumalan poika” de su primer disco ,“Suden Uni”. Grandes y poderosos teclados son los que se apoderan de esta pieza que representaría perfectamente ese sonido finlandés al que tanto nos referimos cuando salen las continuas charlas sobre música.
Para la última media hora quedaba por descargar “Ihmisen Aika” y “Sankaritarina” finalizando así una descarga que encandiló y sirvió para ganar a una buena cantidad de personas que a estas alturas aún no conocían a uno de los referentes del metal pagano escandinavo.
Tras el cambio previo de equipo y a eso de las nueve y media de la noche, salían delante de una enfervorizada legión de jóvenes a escena los finlandeses Korpiklaani quienes siguen manteniendo una sólida base de seguidores en la ciudad condal que no dejó de saltar, cantar y festejar al ritmo del folk metal de estos ya, grandes de estilo.
Cambio total de estilo y de energía en Razz 2 con su propuesta festiva y que hizo que hubiera un ambiente festivalero notable. He de reconocer que nunca he sido un gran admirador del estilo de la banda y es que el Folk Metal que practican llega a parecerme en ocasiones lineal y repetitivo, pero ojo, esto solo es una opinión personal que se esfuma cuando uno ve el tirón que tienen en sus directos y como Korpiklaani es una banda muy querida, sobre todo entre las nuevas generaciones.
Desde el minuto uno, la hora y media de show fue una autentica fiesta repleta de pogos, aderezada por estos ya veteranos músicos (se cumplen ya trece años desde aquel debut “Spirit of the forest” que editó Napalm Records en 2003 ) dónde el mayor peso escénico cayó sobre una violinista, de la que desconozco su nombre y su trayectoria, y el rastudo Jonne al que en ocasiones se le vio más relajado que en anteriores noches. Y así fue como la banda, casi sin descanso, fue ametrallando al personal con una ristra incesante de temas, hasta un total de veintitrés para finalizar con las odas al vodka y a la cerveza. Dos propuestas musicales totalmente distintas dentro de un cartel que logró unir a veteranos y jóvenes y de la que todo el mundo salió más que satisfecho.
Texto: Jero García
Fotos: Irene Serrano
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