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JARED JAMES NICHOLS
22.09.2018, Sala Razzmatazz 3, Barcelona
Promotor: Erinproduccions

En otoño de 2013 mi hermana, que por aquel entonces trabajaba en Los Angeles de asistente de Joseph Llanes fotógrafo de Rolling Stone, me envió un mensaje y me dijo “tete, escucha este grupo, seguro que te gusta”. El grupo en cuestión era Jared James Nichols, nunca había oído hablar de él así que decidí darle una oportunidad. Después de hacer una primera escucha a su cd mi respuesta fue “pregúntales cuándo vienen a Barcelona”.
Año y medio después, en 2015, con mi hermana, ya de vuelta, un viernes por la tarde, me escribió “tete te acuerdas de Jared James Nichols, pues mañana actúan en el Rocksound y me han dicho que les haga fotos, ¿quieres venir al concierto?” Me faltó tiempo para decir que sí.
Gracias a mi hermana, antes del concierto, tuve la oportunidad de hablar con el grupo, y en especial con Jared sobre música y sobre blues y quedó claro que ese chico vive por y para la música. Y después del concierto entendí porqué Lynyrd Skynyrd lo habían escogido para ser sus teloneros en su gira por USA.
Un año más tarde volvía a Barcelona teloneando a Zakk Wylde dónde se ganó un buen número de nuevos fans barceloneses que el sábado 22 de setiembre llenaron la sala 3 de Razzmatazz.

A las nueve en punto, con una puntualidad indigna de un rockstar, tomaron el escenario Jared, Dennis Holm, batería, y su nuevo bajista Gregg Cash y dieron el pistoletazo de salida a una hora y media de, como lo llama Jared, “Bluespower”.
Los primeros momentos del concierto fueron una muestra de lo que nos esperaba, una mezcla de ritmos “roncaroleros” y “bluseros” con solos de guitarra a mano descubierta pues Jared no usa púa y combinados a la perfección para que los allí presentes disfrutáramos desde el minuto uno hasta el último.
Tras cuatro canciones llenas de fuerza llegó el primer hit de la noche, “Can’t you feel it?”. Y cuándo ya nos tenía a todos en el bolsillo, casi sin darnos cuenta, Jared nos llevó desde uno de sus éxitos al éxito de uno de sus referentes, «La Grange» de ZZ Top, que acabó de levantar al público, si es que en ese momento todavía quedaba alguien en la sala sin mover ni pies ni cabeza al ritmo del trío americano.

El concierto avanzaba y la conexión y complicidad entre los tres integrantes del grupo quedaba patente en cada canción, en cada solo, ya fuera de guitarra, batería o bajo. Fue, precisamente, con un solo de bajo cuándo empezó otro homenaje de Jared James Nichols a otro de sus referentes, Black Sabbath, con su versión del «N.I.B.» que desató la locura en la sala 3 de Razzmatazz.
Esta sala por sus dimensiones hace que los conciertos sean muy cercanos, pero para que la experiencia fuera aún más cercana, Jared decidió bajar del escenario, abrirse paso entre los allí presentes, plantarse en medio de la pista y deleitarnos con uno de sus solos.
Pero no solo eso, en un momento dado decidió ceder su Gibson Les Paul a uno de los asistentes, no sabría decir si estaba planeado o no, para que éste se marcara un solo más que digno mientras Jared le animaba, cosa que animó a otro asistente a pedirle que le dejara su guitarra, y el músico de Wisconsin no tuvo ningún reparo en dejar que otro de sus fans tocara su Les Paul antes de volver al escenario para encarar la recta final.
Sin despedirse, el trío dejó el escenario para tomar aire y, al volver, después de avisar de que al acabar el concierto, en lugar de irse se quedarían en la sala para firmar autógrafos y hacerse fotos con quién quisiera llegó el momento de despedirse con su particular versión de “Mississippi Queen”.

Antes de que acabara ésta última canción ya había gente haciendo cola en el lugar reservado para conocer al guitarrista, y en cuánto sonó el último acorde de la canción de Mountain, tras más de hora y media de frenético concierto, sin ni siquiera tomarse un momento para recuperar fuerzas, empezó a firmar autógrafos y hacerse fotos con los fans.
Llevaba más de media hora firmando y haciéndose fotos pero no tenía ninguna intención de irse hasta que no hubiera contentado a todo aquél que quisiera un recuerdo más personal del concierto, demostrando que su grandeza no es solo musical, sino también personal.
Sin lugar a dudas Jared James Nichols es uno de esos músicos tocados por una varita con un gran futuro que gana adeptos en sus directos.

¡¡¡LARGA VIDA AL BLUESPOWER!!!

Texto: Jordi Thormas