Calificación del editor

'I loved you at your darkest' es un disco compuesto en subida. Un <em>crescendo</em> continuo de emoción y calidad (...) Si un disco tiene vida mas allá del éxito inicial es que es un éxito.

8
VALORACIÓN

behemoth

BEHEMOTH
‘I LOVED YOU AT YOUR DARKEST’
Nuclear Blast

Por suerte, la época en que el género que practicaban Behemoth era mera provocación parece haber pasado. El público parece haberse dado cuenta, tras su excelente ‘The satanist’, de que más allá del black, death, blackened death o de la pureza de su anti-mensaje, se encuentra un grupo que entrega contenido de calidad más allá de su reconocimiento masivo. Obviamente el debate sigue ahí, pues si no no estaríamos ante un disco de black metal de un grupo de primera división. Sin embargo, y lo que quiero destacar, es que sus trabajos ya no se limitan simplemente a provocar, si no a hacerlo a través de una calidad musical envidiable.

Por todos es sabido que el black es un género de miras cerradas. Sin embargo, en estos últimos años, la visión colectiva parece estar abriéndose y son minoría los que ahora se sienten ofendidos por que Nergal vaya a liderar (por segunda vez) un concierto en la sala grande de Razzmatazz a principios de año. Esto se debe -quiero creer- a la calidad a la que el grupo está acostumbrando a su público. Su
anterior trabajo ya revolucionó el gallinero más allá de dichas polémicas. Y desde luego ‘I loved you at your darkest’ es un disco absolutamente continuista con el camino que inició ‘The satanist’ que sigue apostando por la evolución hacia un sonido más limpio y atmosférico sin abandonar el contenido más extremo en cuanto a discurso. Composición comercial para muchos, sí, y accesible para todos gracias a las cuotas de calidad que alcanza.
Reconozco que me asusté un poco a primera escucha al empezar el disco con la que, a mis oídos, es el peor tema, «Wolves ov Siberia», que no explota la capacidad del grupo de crear melodías complejas y envolventes más allá de la mera brutalidad. Éste parecía una simple demostración de fuerza e intensidad que no les llevaba a ninguna parte. Sin embargo, y pasado el maravilloso single que es «God=Dog», la cosa no para de crecer. Las quejas que provocaron los coros infantiles, que además ahora forman parte también de la introducción del disco, se han visto disipadas con la aparición del resto de temas que conforman el disco. De todos modos, el uso de monaguillos y demás figuras infantiles en la iglesia no debería ser algo de extrañar para los afines a un grupo que mas allá de ser crítico con ella es absolutamente destructivo. En este caso Nergal suena más cabreado que nunca. Sin embargo, él mismo es consciente de que esto dejó de asustar hace tiempo, lo cual no omite lo interesante de su visión siempre irónica y extrema.

‘I loved you at your darkest’ es un disco compuesto en subida. Un crescendo continuo de emoción y calidad en el que las líneas de guitarra melódica toman el control absoluto a la hora de envolver al oyente bajo un manto de oscuridad muy a la noruega. En este aspecto en concreto el disco casi me encandila más que el aparentemente intocable anterior trabajo. Pero es que, por ejemplo, las partes más intensas de «Havohej pantocrator», que marca el inicio del clímax final del disco, juegan en otra liga. Eriza la piel de forma alarmante. Lo interesante es que en este trabajo casi todos los temas podrían ser singles. Y además gustar a la comunidad más generalista, como ya consiguió ‘The Satanist’. Y pese a su línea continuista, en ningún momento el álbum se vuelve repetitivo, en parte gracias a la incursión de temas diferenciales como «Bartzabel», que es el encargado de dividir, con su tonalidad más pausada y atmosférica, el disco en dos partes y crear con ello picos de interés en el oyente. La incursión de los medios tempos desde luego ha sido todo un acierto en pro de la evolución.

Sin duda estamos ante un trabajo sólido. Con elementos suficientemente bien hilados para que nadie pueda tachar a Behemoth de tirar por el camino fácil. Está claro que tras un trabajo como este hay intencionalidad y buen gusto a la hora de componer y producir. Y me parece difícil no apreciar esto más allá de las preferencias de cada oyente.
Para un servidor este es un trabajo duradero, que va a seguir escuchándose tras el bombazo inicial. Y si un disco tiene vida mas allá de ello, es que es un éxito.

Titus Bellés