BLACK STONE CHERRY / MONSTER TRUCK
Sala Razzmatazz 2, Barcelona
Promotor: MADNESS LIVE

Han tenido que pasar nueve años y cinco discos para que los americanos Black Stone Cherry volvieran a ofrecer un concierto por estas tierras. Culpa de ello la tiene que la gira de presentación de su anterior disco “Kentucky” (Mascot, 2016) se viera cancelada por motivos personales. Esa era una de las razones por las que entre los asistentes había muchas ganas por ver a la banda de nuevo en acción. La otra era el excelente doble cartel que había preparado para esta gira.

Los canadienses Monster Truck fueron los encargados de quitarnos de un plumazo el frío, tanto el de la calle como el del local medio vacío con el que tuvieron que enfrentarse. Y lo hicieron con creces. Entraron a degüello y sin intención de dejar prisioneros. Descargaron su repertorio con una fuerza que bien valía ya la entrada. Diez trallazos que, desde la inicial “Why are you not Rocking?” hasta “The Lion”, hicieron vibrar al personal y aumentar las ganas de escuchar buena música.

Y buena cuenta de ello dieron Black Stone Cherry, que no bajaron el ritmo. Sobre el escenario se vio a una banda que en este tiempo ha madurado, ha sabido aprender de los años en la
carretera y que son capaces de hacer que no mires el reloj en ningún momento. Algo que parece sencillo pero que no lo es. Y lo consiguieron con actitud, fuerza y sobretodo buenas canciones. Repasaron su discografía centrándose en su último trabajo ‘Family Tree’ (Mascot, 2018) del que sonaron hasta cinco temas comenzando el concierto con “Burnin’”. La única representación de “Magic Mountain” fue “Me And Mery Jane”y sirvió para volver a los orígenes de la banda y recordar su disco homónimo con “Maybe Someday” para seguir con el reciente y potente single “Bad Habit”. Con estas cuatro canciones iniciales ya se pudo comprobar que Chris Robertson, cuya voz sonaba con autoridad y que cantó a un excelente nivel, sirve como eje y núcleo sobre el que gira una banda en la que
Ben Wells a la guitarra y Jon Lawhon al bajo no pararon de intercambiar continuamente sus posiciones en el escenario. Y es que allí donde alguna voz crítica solo vio “postureo” a mi me pareció una gran muestra de actitud rockera, pero hay gustos para todo. “Cheaper To Drink Alone” dejó claro que Black Stone Cherry no deja de lado sus influencias ya que además de una larga jam instrumental hubo un momento para recordar “Purple Haze” de Jimi Hendrix. “Soulcreek” inició un bloque un tanto montaña rusa ya que se fueron alternando temas más tranquilos con los temas potentes.
El momento melancólico lo puso “Things My Father Said” que bajó un poco las revoluciones del concierto al colocarse entre “James Brown”, con la que consiguieron que todo Razzmatazz 2 bailara y coreara, y “Ain’t Nobody”, temazo Boogie Rock “AC/DC meets ZZ TOP” que sirvió a Chris Robertson y a
Ben Wells marcarse un incendiario duelo de guitarras que hizo que tanto la banda como el público se volviera a entonar, para después ofrecernos “In My Blood” y rebajar otra ver la intensidad ligeramente. Pero como en todas las montañas rusas siempre hay una gran bajada para ponerte el corazón en la boca y la de esa noche fue “Blind Man” que sonó brutal y que dio paso para que John Fred Young nos deleitara con un corto pero potente solo de batería. Aunque lo cierto es que con el catálogo de piruetas con las baquetas que ofreció a lo largo del concierto bien podría haberse cambiado por otro tema más pero luego recuerdas que es solo una excusa para que el resto de la banda se tome un ligero descanso.
El retorno al escenario sirvió para que Black Stone Cherry mostrara su particular manera de ver el blues con el clásico de Willie Dixon “I’m your Hoochie Coochie Man”. Una brutal “Lonely Train” dejó claras dos cosas: el sello de la banda y que el concierto empezaba su fase final. Terminaron el concierto con “Blame It On a Boom Boom” y con “White Trash Millionaire” dejando al respetable con ganas de más. Normal, teniendo en cuenta que en el resto de la gira los temas “Family Tree” y “Peace Is Free” son los habituales cierres de show. Aun así, la velada fue para enmarcar. Tanto por su actuación como por la de Monster Truck, que demostraron que es una banda a la que hay que seguir de cerca porque prometen grandes momentos. Quizás el único pero de la noche sea que no parece que, por el aforo conseguido, el estilo sureño con toques stoner y raíces bluseras de Black Stone Cherry tenga la llamada que tiene en otras partes. Y es una pena porque esta banda tiene calidad suficiente como para enfrentarse a locales mucho mayores. Espero que mientras eso ocurra podamos seguir disfrutando de la banda sin tener que esperar otros nueve años.

Texto: Sergio Leiva