Calificación del editor

Sus dos anteriores discos están realmente bien, pero les sigue faltando un clásico o un tema inmediato por el que suspires. Con esta tercera entrega la cosa mejora. Lo mejor que han grabado hasta la fecha.

7.5
VALORACIÓN

Inglorious

INGLORIOUS
‘RIDE TO NOWHERE’
Frontiers Records

Toca recuperar un disco que se nos había pasado y ya lleva algunos meses allí fuera.
Inglorious es el grupo que montó el británico Nathan James, una de las mejores voces de la escena y un enamorado de Whitesnake y del hard rock de finales de los 70. Con ‘Ride to Nowhere’ llegamos a su tercer paso discográfico a pesar de que no hace mucho se largaron hasta tres componentes de la agrupación. Personalmente creo que Inglorious es una excepcional banda con una calidad rebosante pero que a nivel de composición la cosa no termina de despegar. Sus dos anteriores discos están realmente bien, pero les sigue faltando un clásico o un tema inmediato por el que suspires. Con esta tercera entrega la cosa mejora y me inclinaría por opinar que estamos ante lo mejor que han grabado hasta la fecha. Recordemos que les volveremos a ver en el Azkena, así que disfrutaremos de los temas de ‘Ride to Nowhere’.

La voz de James es un escándalo y sobresale en los 11 cortes que pueblan el compacto, producidos por todo un Kevin Shirley (Led Zeppelin y Aerosmith), un lujo que vuelven a permitirse. Temas como “Where Are You Now?” ya te indican que las labores compositivas han sido más trabajadas y el grupo “suena incluso más a grupo”, no unos meros acompañantes de Nathan James. Estribillos pegadizos para lucimiento de su líder e interesantes trabajos técnicos por parte de la banda, incluso coros en la cadenciosa y fresca “Freak Show”. El toque añejo siempre está allí, pero hay aquí composiciones maestras que elevan la nota final del disco, caso de la balada que cierra el álbum: “Glory Days”. Impecable trabajo de acústicas y demostración absoluta de poderío vocal. La mejor balada que ha grabado Nathan desde el “Someday” con la Trans-Siberian Orchestra. Incluso se adorna en detalles vocales técnicos al alcance de muy pocos, y lo mejor de todo… el tema transmite.
Las canciones son generalmente cortas pero el homónimo título rompe un poco la tónica sonando muy analógico y real, subiendo hasta los más de seis minutos de duración. Es otra de las joyas del disco, con un riff de guitarra muy descarnado y dominante. Gran trabajo de la dupla formada por Danny de la Cruz y Dan Stevens con pasajes atmosféricos muy logrados que elevan la composición. “Never Alone” se esmera en sonar asequible reafirmando que se han puesto las pilas en cuanto a composición, aquí destacan las líneas de bajo tan protagonistas de Vinnie Colla. En “Tomorrow” hay coros modulados, una bonita línea vocal y un piano que le pone la
puntilla al tema con mucha delicadeza y clase. De todas formas, hay temas del disco que
conectan excesivamente con lo que ya tenemos muy escuchado en las dos anteriores entregas, caso de “Queen”. Funciona, pero es un grupo que siempre ha pecado de hacer canciones algo similares entre ellas.
Mejoran las cosas con un “Liar” muy original en el que la voz se luce y la banda consigue un groove muy atractivo, especialmente por la labor de Phil Beaver a las baquetas. El sonido de la batería es de lo más cuidado del disco, y a pesar de los escasos tres minutos hay uno de los mejores solos del disco. Las coordenadas australes se nos presentan en un “Time to Go” con dejes AC/DC, aunque su puente y estribillo también se acercan a la orilla del rock sureño. Otro golpe de timón es la semibalada eléctrica que navega a medio tiempo «I Don’t Know», dejando patente que son maestros de los tempos pausados. En “While She Sleeps” hay algún toque funky. Ver cantar a Nathan James es un espectáculo y un privilegio, pero más lo será con las composiciones de ‘Ride to Nowhere’.

Musicalmente suben un peldaño más y demuestran que esta vez hay más banda que solista. Era importante que el grupo diera este paso pues mucha gente se refiere a Inglorious como la banda que acompaña a la Bestia Rubia y poco más. Hay madurez compositiva y se han exprimido a las musas pero yo sigo esperando un plus de magia que sí conseguí verle en Trans-Siberian Orchestra y que no se consigue todavía con Inglorious. Un tipo como Nathan ya debería estar algo más consolidado y ser un nombre común entre todos los amantes del hard rock. El primer paso par conseguirlo es ser parte de una banda, y esta vez Inglorious suena a grupo como tal.

Jordi Tàrrega