ANNIHILATOR + LEPROUS + SPHERE + RENDEZVOUS POINT + HARLOTT + ARCHER
11/10/15, Razzmatazz2, Barcelona
Promotor: Madness Live!
Justo a tiempo, llegábamos a una Razz 2 a un cuarto de su capacidad, con unos Rendezvous Point que venían a presentarnos su ópera prima, y que justo salían al escenario. Una servidora tenía mucha curiosidad para presenciar cómo se manejaría la conocida por algunos como “La banda de Baard Kolstad”, batería de Leprous, quien iba a tener un extenuante reto por delante al tener entre manos una gira europea en la que estaba tocando dos veces por día.
Las primeras y delicadas notas de “Through The Solar Storm” empezaron a sonar, creando una misteriosa atmósfera de instrumentos enmudecidos que de pronto se vio atropellada por el vigoroso y pegadizo riff principal del tema con el que era inevitable no sacudir la cabeza, al ritmo de esos compases de amalgama imposibles que tanto nos gustan a algunos. La mezcla de sonido, aun no siendo perfecta, rayó a un buen nivel desde el principio y no originó ninguna desagradable sorpresa durante la actuación de los de Baard.
Con temas como “Para”, el cual sonó a continuación, dejaron clara la etiqueta que llevan en la frente estos jóvenes de Kristiansand, que no puede ser otra que la de Metal Progresivo. Esta canción en concreto, se percibe como si estuviera construida alrededor de ese intrincado ritmo de batería inicial, en el que Baard se distinguió sobremanera para el deleite de los allí presentes, que postramos nuestras miradas de manera constante sobre él durante todo el concierto, ignorando incluso a la bellísima aunque discreta bajista del grupo. Otro que adquirió protagonismo fue el solvente guitarrista, Petter Hallaråker, quien en esta gira también estaba dando soporte a Leprous, sustituyendo a Øystein mientras este disfrutaba de su reciente paternidad.
La larguísima “Mirrors” es otra de esas canciones que hacen gala de las etiquetas que mencionábamos, y que si bien contó con partes bastante interesantes –muy «a la Leprous”–, sí se hizo algo más pesada en su parte final. No obstante, salvaron bien la jugada con “Wasteland”, el single de “Solar Storm”, que cuenta con una exigente línea vocal salvada a la perfección por Geirmund, el carismático vocalista, que no dejó de recorrer el escenario. Tras cerrar con los dos cortes que concluyen el álbum, levantaron una buena ovación por parte de la reducida audiencia, de la que seguro, lograron conquistar a más de uno.
Pasados unos minutos, salían a escena los segundos noruegos de la tarde: Sphere, de Oslo. Hacedores de un sonido muy contundente aunque también enrevesado –dada su naturaleza “progresiva”–, inventado hace años por los maestros Meshuggah, y bautizado hoy en día como “Djent”. Aplastantes guitarras de ocho cuerdas, un mastodóntico bajo con seis de ellas, y cantos guturales mezclados con voces limpias, como viene siendo habitual en el subgénero. Sonaron técnicos y solventes, aunque no lograron llegar a sorprendernos debido a que solo pudimos presenciar un par o tres de sus temas. ¿El motivo? Irene tenía una cita ineludible con los chicos de Rendezvous Point: una sesión para dispararles las que serán sus nuevas fotos oficiales, y la menda quería echarles una mano.
Cuando terminamos con el reportaje fotográfico, me pegué un glorioso homenaje en el Pepe’s Bar de enfrente, a base de un buen bocata de morcilla y una cañita o tres… Llegué a tiempo para ver cómo terminaban de montar el equipo para el elenco más deseado, tanto por la escritora como por la fotógrafa de este artículo: LEPROUS, así, en mayúsculas.
Esta iba a ser la tercera vez que les viera en menos de un año, puesto que me acerqué a Londres para disfrutar de su gira conjunta con Haken del año pasado. En cierto modo, me preocupa que cada vez que disfruto de un directo de esta gente, aumenten más y más las ganas que tengo de repetir al abandonar la sala.
Con estas que se apagan las luces, parte de la ya abarrotada sala enmudece y empiezan a sonar los electrónicos latidos del inicio de “The Flood”; un inmejorable comienzo como ya pudimos constatar en el pasado Be Prog! My Friend. Einar, TorO y «los novatos” irrumpen en escena envueltos por un mar de aplausos. Y nos referimos al resto de integrantes así puesto que, recordemos, aún no llevan ni un año en la formación. Admito que tantos relevos y suplencias era algo que me preocupaba bastante, especialmente por la baja temporal de su magistral guitarrista, pero me bastaron un par de temas para erradicar toda duda acerca del joven Petter Hallaråker.
Sin dar tregua, continuaron con la sincopada y enérgica “Third Law”, en la que la –a menudo controvertida– ejecución vocal de Einar fue del todo estelar. Le vimos más comedido en sus movimientos sobre el escenario, y eso, sumado a su nueva técnica de canto gutural, parece que sus cuerdas vocales ya no sufren tanto durante las giras como pasaba antaño. Pletórico, tanto en el micro como sobre su sintetizador, fue la mejor interpretación que recordamos de su persona. En el interludio jazzero de percusión a mitad del tema, Baard se soltó dando rienda suelta a su creatividad improvisadora. Dio la impresión que se lució más en su interpretación con Rendezvous Point, pero quizás, simplemente el cansancio empezaba ya a hacer mella en él. No obstante, se nota que estas líneas de batería son de su puño y letra, ya que se le notó mucho más cómodo y fiel que en sus pasadas actuaciones.
Esto ya era una fiesta, en las primeras filas nos estábamos dejando el cuello como si no hubiera un lunes a la mañana siguiente. La conexión que consiguen estos jóvenes con el público ya la quisieran muchos de los grandes, y tal y como nos dejó caer Einar en la entrevista de hace unos meses, el público español es de los más entregados –y ruidosos– de Europa. Y pudimos dar fe de ello.
Esa noche, cayeron los que en mi opinión son los seis mejores temas de su último larga duración, como la epiquérrima “Rewind” y otras de medio tempo, pero igual de imprescindibles, como “Moon” o “Down”. Simen D. Børven, el bajista, demostró unas grandes tablas y una eficacia que quedaron muy lejos de las de su fugaz antecesor, que si bien no participó en el álbum a nivel compositivo, sí fue el bajista de sesión en la mayoría de los temas del disco. Esperemos que a la sexta vaya la vencida y le acaben integrando como un miembro permanente, ya que promete, y mucho. Después de estas, llegó el turno del que ya es el himno de sus directos, “The Valley” del oscuro “Coal”. Un «progresivo regalo» para los sentidos con el que nos entregamos a corazón abierto y con el que, al terminar, abandonaron el escenario. Nos quedamos un poco con cara de tontos después de estar un rato aplaudiendo y esperando los cuatro o cinco bises que faltaban. Pero no volvieron a salir.
Mucho público abandonó la sala en cuanto Leprous acabaron su trabajo, y es que para nada son compatibles sus seguidores, al menos en un tanto por cierto muy elevado, aún y sí aumentó significativamente la presencia de thrashers dejando Razz 2 en un aforo que superaba la mitad de la sala.
A Annihilator los habíamos visto hacía pocos meses en el Rock Fest de Santa Coloma y no gozaron ni de lejos de un buen sonido, dentro de las limitaciones de Razz 2, con el que contaron esta noche.
El siempre risueño Jeff Waters, ahora de vuelta a la voz después de muchísimos años y los suyos, saben muy bien cómo caldear al público así que, sin anestesia, empezó a sonar por la PA «Rock you like a hurricane» de Scorpions entera, provocando los primeros saltos y cuernos señalando al techo con el consecuente enfado por parte de algunos seguidores de Leprous que aún quedaban por allí, que opinaban que para pinchar una canción les podían haber dejado a los noruegos tocar al menos un tema más. Divagaciones y opiniones que surgen del hecho de mezclar dos giras tan opuestas musicalmente.
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Poca importancia le han dado Annihilator en esta gira a su último «Suicide society» del que tan solo tocaron el tema que le da título al disco y «Creepin’ again» justo después de la gran «King of the kill» donde el público se dejó literalmente la voz. El repertorio de esta noche iba a ser casi idéntico al que descargaron en Rock Fest, donde no faltó «Set the world on fire», la jaleada «Never, neverland», «Phantasmagoria» o «Alison Hell». Los de Waters tambien sufrieron algún recorte en la duración de su set (volvemos a remarcar los problemas de juntar giras) y el consecuente cabreo del siempre fiel público thrasher. Un agradecido Jeff Waters se despedía de corazón de su público barcelonés, el cual nunca le falla, con «Human insectide».
A modo de conclusión, nos gustaría hacer una reflexión final acerca de la decisión de la promotora de juntar las giras de Leprous y Annihilator en el mismo evento. Por un lado, los que íbamos con ganas de noruegos, salimos ganando con el cambio de sala, ya que pasamos de la problemática La [2] de Apolo a una Razzmatazz 2 que goza de una acústica mucho mejor y una mayor capacidad. Por contra, tuvimos que asumir un incremento en el precio de la entrada. Algo más molesto fue tener que lidiar con la parte del público que venía para Annihilator y cía., que no tenía ni el más mínimo interés en las nórdicas propuestas de la noche, y que por ende, no dejaron de “rajar” durante el concierto de Leprous, que eran quienes tocaban justo antes de los thrashers. Y quizás lo más hiriente de todo, un recorte de más de media hora en el setlist de Leprous, del que se tuvieron de caer un par de temas tanto del «Bilateral» como del «Coal», así como otro de su último trabajo.
Estamos seguros de que fue algo que a la promotora le dolió tanto como a nosotros –al ser una de sus bandas fetiche–, pero estaremos de acuerdo en que el experimento no les salió nada bien dada la disparidad de estilo entre las dos giras, y que seguro mermó la afluencia de asistentes. Si es que es como si me juntas a Iron Maiden con los Sex Pistols, aunque sin acabar con heridos y eso.
No ha sido el caso del Be Prog! The Madness Day, que aun siendo un “mini-festival” de lo más ecléctico, la mezcla salió de lo más deliciosa, tal y como os contaremos en unos días.
Texto: Meri Gaig y Jero García (Annihilator)
Fotos: Irene Serrano
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